Doménica Padilla y la historia detrás del imperio ‘beauty’ que levantó en Lima

En los últimos años el negocio de la belleza ha pasado de ser un concepto quizá superficial a convertirse en un rubro más vinculado al bienestar. Teniendo ello como premisa, la peruana Doménica Padilla no se cansa de diversificar su propuesta hasta consolidarla como un verdadero oasis con tratamientos para engreírse y lucir bien.

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Convencida de que el mundo ‘beauty’ era su pasión, Padilla Moyano se embarcó en el camino de los emprendimientos hace poco más de cuatro años, sostenida por el ‘expertise’ de más de una década en el rubro bienestar, trabajando en otros lugares. “Mi primer lugar fue mi casa. Habilité un espacio y yo misma hacía ‘skincare’, ‘lashes’ y micropigmentación. Luego tuve que salir, porque la demanda era tanta que mi casa se volvió literalmente un centro estético”, recuerda.

Así, apostó por su primer local que ofrecía tan solo micropigmentación y tratamientos para pestañas, servicios que hoy se han diversificado en una carta mucho más completa y con opciones para las uñas y el cabello también.

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“Nuestro diferencial, en el que trabajamos día a día, se centra en elevar el bienestar y la comodidad desde que llegas a una sede de Doménica Padilla. No es como una peluquería estándar, estamos hablando de un concepto más personalizado, con especialistas altamente capacitados y artistas de uñas y pelo. Esa es nuestra visión”, comenta la empresaria, que ya tiene en su haber cinco locales en la capital y planea sumar dos más.

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Para Doménica, potenciar la belleza a través del cuidado es pieza fundamental del amor propio. “Es algo que se refleja. Considero que el deseo de vernos lindas va mucho más allá de lo superficial y es más bien algo que puede sumar confianza, seguridad y actitud”, precisa.

Por ello, para la empresaria es importante que en todas sus sedes los clientes encuentren un clima de calidez y no solo de experiencia y calidad. Desde la infraestructura hasta la comunicación, cada detalle en estos oasis de belleza, están pensados para que el público pase un buen momento. “Por eso también era tan importante para mí diversificar la oferta. Iniciamos con cejas y pestañas, pero al incluir el ‘nail bar’ (con tratamientos para uñas), las clientas ahora tienen una opción más para relajarse en el mismo lugar. Nuestra más reciente adición son los tratamientos para el cabello, que están enfocados en mantenerlo saludable y con vitalidad”, expresa.

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Repartiendo sus días entre Lima y el extranjero, Padilla aún conserva el espíritu de aprendiz, por lo que constantemente viaja para capacitarse en técnicas de vanguardia y tendencias que pueda aplicar en Lima.

“La enseñanza es algo que se necesita de todas maneras si quieres trascender. Yo empecé sola y luego fui creciendo en equipo, así que para mí no hay nada más gratificante que impactar en más personas con mis estudios, con las asesorías que puedo tomar fuera y luego replicar aquí, con mi equipo”, señala. Expresa también su deseo de poder sumar, a mediano plazo, una escuela para profesionales ‘beauty’ en la capital.

Aunque su éxito es indiscutible, la empresaria rescata el temple y liderazgo que ha tenido que mostrar para consolidar un imperio como el que maneja. A los interesados en incursionar en el mundo ‘beauty’, o en cualquier otro tipo de proyecto, los anima a capacitarse, contagiar sus aprendizajes y enfocarse en algún diferencial poderoso y apasionante.

“Si es algo que te fascina, el impacto llegará tarde o temprano. Será difícil, claro, como cualquier camino al principio. Pero el esfuerzo continuo y las ganas de aprender, desarrollar y crecer podrán más. Hacen falta más jóvenes que den vida a sus ideas a pesar de los retos que ello implica”, concluye, consciente de que ella, en su momento, también se hizo cargo de sus sueños a pesar de las dificultades. //