"No soy yo/ el que hace crecer tu alegría/ que ocupa en tu vida/ un lugar especial”. Los aplausos no se hicieron esperar ante las primeras líneas de una de sus más icónicas canciones. Era la noche del sábado 11 de mayo de este año, era el regreso de la muerte, era el escenario perfecto para volver a hacer sentir su voz. José Luis Rodríguez estaba cantando por primera vez desde que fuera sometido a un doble trasplante de pulmón, días antes de la Navidad del 2017.
Lágrimas de emoción resbalaban en el rostro de público y cantante y la atmósfera era absolutamente triunfal en el teatro Fillmore de Miami Beach. A solo 15 minutos en auto desde ahí queda el hospital Jackson Memorial, el lugar donde el Puma volvió a vivir. “No soy yo/ el que te hace soñar con la luna/ y ver en la lluvia/ gotas de cristal”, siguió cantando, más consciente que nunca de que, al fin y al cabo, nadie es dueño de nada. Después de todo, también era suya aquella de “Yo no soy la roca/ que golpea la ola/ soy de carne y hueso”.
¿Cómo prefiere que le digan? ¿José Luis? ¿Señor Rodríguez? ¿Puma? ¿Señor Puma?
[Risas] No, no me digas señor ni me trates de usted. Trátame de tú y me dices Puma, José Luis, como tú quieras [risas].
Buenísimo, Puma. Me imagino que la recepción del público en esta gira es muy cálida, como la que se hace a un querido amigo que volvió de un largo viaje…
Regresar de la muerte no es fácil, pero yo les digo a quienes no creen en milagros que me vean a mí, que soy un milagro de Dios.
Tantos años cerca de la muerte, ¿qué lección te han dejado?
Las cosas que uno creía que eran problemas ya no lo son. Todos los problemas son pequeños cuando te enfrentas a la muerte. Por eso, hay dos días con los cuales no cuento: ayer y mañana. Tenemos el hoy solamente, porque uno sabe cuándo sale, pero no cuándo regresa.
“Estoy volviendo a comenzar, estoy arrancando de cero. No sabía si iba a cantar de nuevo” - José Luis Rodríguez, el Puma.
Hace un tiempo confesaste que estuviste muerto tres veces. ¿Cómo fue esto?
Bueno, es regresar y el chance que te da Dios. Tú estás en una terapia intensiva y te hacen un procedimiento y sientes que te vas a ir. Hay mucha gente a tu alrededor, lo oyes todo, pero no puedes hacer nada. Eso, hasta que Dios me permitió, como a los 50 minutos, regresar, consciente, a mi cuerpo. En el propio trasplante, en el postoperatorio, me pasó tres veces eso. Realmente fue maravillosa la experiencia. Yo no me quejo. De hecho, tengo prohibido quejarme y prohibido olvidar. Todo lo que venga ahora es ganancia.
¿La fibrosis pulmonar idiopática que te aquejaba ya ha desaparecido por completo?
Tengo dos pulmones prestados, pero están excelentes. No conozco al donante ni a la familia. Algún día los conoceré.
¿Cuánto de la ilusión juvenil con la que empezaste a cantar a los 17 años se mantiene aún en el José Luis Rodríguez de hoy?
Nunca he perdido los sueños. Nunca debe perderse lo que uno visualiza desde niño. Estoy volviendo a comenzar, estoy arrancando de cero. No sabía si iba a cantar de nuevo. Música, palabras, alegría, lo que pueda llevarles. Esa es mi misión ahora.
Hay otras misiones importantes. Por algunas declaraciones tuyas, podía intuirse que te involucrarás en la política de tu país…
No tengo tiempo en este cuerpo para eso. Me encanta la política, me encanta el servicio público, lo veo de cerca, pero de verdad ya no me involucro tanto. Realmente el tiempo que me queda es para servir a la gente, pero de otra forma, espiritualmente y dándole aliento.
Algo que quizá te ocurra ahora es encontrar muchos más compatriotas tuyos allí donde vayas. ¿Qué significa esta situación para ti?
Significa una tristeza terrible, porque el venezolano nunca emigró de su país. Siempre salió para divertirse, hacer turismo y, como los demonios se soltaron en Venezuela, como se están soltando en otros países… Pero no hay mal que dure cien años. Lo de Venezuela tendrá que caer alguna vez. Estos mamarrachos que están gobernando ahora pasarán a la historia, pero como estúpidos, como dictadores, como asesinos, y no quedará ni el recuerdo de ellos.
¿Qué sensación te deja saber que hay algunas reacciones xenófobas contra tus compatriotas en otros países?
Hermano, no existe la nacionalidad cuando hay un delito. Un delito lo puede cometer cualquiera, un venezolano, un peruano, un argentino, cualquiera. Realmente, yo doy gracias a Perú por la acogida que les han dado a los venezolanos. Hay gente muy preparada, muy capacitada, son muchachos que han estudiado, que no tuvieron chance en Venezuela. No hay que juzgar a todo el mundo porque uno o dos cometen un error. Les digo a los peruanos que tengan paciencia y cariño con los venezolanos, y a los venezolanos, que de verdad amen a los peruanos, los respeten, sean puntuales, sean organizados, sean respetuosos, claros y limpios. //
Agradecido Tour
CUÁNDO: Lunes 7 de octubre
HORA: 8:00 p.m.
DÓNDE: Centro de Convenciones María Angola (Av. La Paz 603, Miraflores)
ENTRADAS: Teleticket