En mayo de 1990 el frontis de la casa de Mario Vargas Llosa parecía la improvisada sucursal de un canal de televisión. Estrellas de la pantalla chica como Gisela Valcárcel, Tulio Loza, Roxana Ávalos, Camucha Negrete, Guillermo Rossini, Mirna Bracamonte y varios más fatigaban entonces el timbre del candidato novelista para saludarlo y, ante las cámaras, darle su respaldo en la ya anunciada segunda vuelta presidencial de ese año. El futuro Nobel los recibía contento. No estaban las cosas en ese momento para desdeñar apoyos.
En un hecho insólito para la política local, el FREDEMO importaba la tradición de los “endorsements” de celebridades en una campaña peruana, algo que en la política norteamericana era moneda común, pero que en Perú de los ochenta había ocurrido de forma insular, no masiva, entre algunos presentadores de TV y nada más. Hasta ese entonces, lo que la memoria evoca es que apoyos así se solían dar en función de las conveniencias congresales de los partidos. Entre políticos se entendían.
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De ahí la sorpresa que causara la promesa de Augusto Ferrando, la figura de la TV más querida de su tiempo, de retirarse de la televisión “para siempre” si es que Vargas Llosa perdía en esa segunda vuelta. Ferrando lo dijo con todas sus letras, poniendo a su madre por delante, lo que en otras ocasiones suele conferir alguna seriedad a ese tipo de juramentos. Naturalmente, el hecho fue portada en los diarios al día siguiente y la comidilla en las oficinas.
Se puede discutir sobre los alcances interpretativos de la expresión “para siempre”, pero lo cierto es que Ferrando no tardaría en acomodarse. Años después, en 1995, recibiría a Fujimori en su set y aceptaría la propuesta de este de quedarse en televisión diez años más, ante las lágrimas de Ferrando, “Tribilín” y de sus otro co presentadores. La euforia laboral no duraría mucho. Un 11 de mayo de 1996, Don Augusto se despediría ahora sí para siempre de su público con la expresión “un comercial y no regreso”.
¿SUMAN VOTOS LOS RESPALDOS DE LOS FAMOSOS?
La candidatura de Vargas Llosa obtuvo respaldos no solo de la farándula sino de iconos del deporte como Teófilo Cubillas, Lucha Fuentes, Cecilia Tait, Irma Cordero, Ricardo Duarte, Roberto Abugattás, Alfredo Deza y Mauro Mina, como lo recuerda el politólogo Martín Tanaka en su libro Los Espejismos de la Democracia (IEP, 1998), pero como él mismo señala, nada de esto fue muy efectivo. “Las muestras de adhesión que recibió el candidato [Vargas Llosa] en este sentido fueron abrumadoras. De igual modo, es impresionante la convicción del electorado que no se dejó persuadir por el Fredemo y optó por un candidato prácticamente desconocido, sin antecedentes”, escribe.
Fujimori continuaría con su estrategia de respaldos faranduleros en siguientes re elecciones. En el año 2000, buscaría la compañía de grupos de tecnocumbia, el género musical más popular por entonces, que solían amenizar sus mítines y cumpleaños. Según reveló el asesor Vladimiro Montesinos el 2002, algunas de esas adhesiones y simpatías no fueron nada gratuitas. Si bien en aquella campaña se logró la meta de ganar las elecciones, las acusaciones de fraude que siguieron fueron tan sonoras y atendibles, que solo queda por concluir que los respaldos de famosos nuevamente no surtieron efecto.
“En el Perú no existen los endosos o, en todo caso su efecto es muy bajo. El elector peruano tiene niveles altos de autonomía -precisa el analista político Fernando Tuesta-. Creo que [en este tipo de campañas] se establece una relación que no resulta muy lógica. A mí me puede gustar mucho el fútbol, pero la opinión de Waldir Sáenz o el Puma Carranza no tendrían por qué cambiar mi visión u opinión política”. Para Tuesta, muchas veces estos respaldos pueden crear un efecto contrario. “Ocurrió con Vargas Llosa en los 90s. Saturaron tanto los medios que acabó por no tener ningún efecto”.
LOS ROSTROS POR EL NO Y EL CASO VILLARÁN
Tendrían que pasar varios años, hasta mayo del 2013, cuando volveríamos a ser testigos de un fenómeno similar de respaldos públicos, esta vez durante el proceso de revocatoria a la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán. Como se recuerda, la campaña “voces y rostros por el NO” se llenó de paneles con caras conocidas de figuras de la televisión, el cine y la música que cruzaban sus brazos en señal de rechazo a la intentona de revocar a la burgomaestre, por parte de allegados al partido Solidaridad Nacional.
Mónica Sánchez, Christian Thorsen, Gustavo Bueno, Jason Day, Magaly Solier y varios más fueron parte de una campaña publicitaria que quedó ensombrecida cuando se supo la oscura naturaleza de su financiamiento, por el que Villarán debe responder ante la ley. Desde entonces, muchos de los artistas han negado tajantemente haber recibido un pago o beneficio posterior por participar en esa oportunidad, que hicieron, en su testimonio, por convicción política.
“YO VOTO POR LA DEMOCRACIA”
La segunda vuelta 2021 ha empezado a calentar de a pocos, con las adhesiones de aquellos que afirman en redes que votarán “por la democracia” (así dicho, no queda claro a qué opción política se refieren) o por su familia. Ahí está el spot de Waldir Sáenz y del Puma Carranza, quienes dejan las diferencias en la cancha de sus recuerdos para hinchar por el Perú. Algo así. En otras cuentas de celebridades abundan los llamados a “tragarse el orgullo”, a “escoger el mal menor”, o “votar por el Perú”, en un límite de la función interpretativa que más confunde que otra cosa.
Lo que hemos visto mucho, y es triste síntoma de estos tiempos, son los respaldos fraguados. En estos tiempos de fake news abundan las capturas de pantalla de personalidades que aseguran votar por una opción aunque sea un montaje. La alianza PeruCheck ya ha desmentido que las capturas que circulan de famoso como Paolo Guerrero, Susy Díaz, Karen Schwarz respaldando a la candidata Keiko Fujimori sean ciertas. El Grupo 5 ha negado que la canción viralizada en apoyo a Fuerza Popular sea de ellos. “Nosotros no nos metemos en política”, le aseguraron al portal Ojo Público.
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— Pormifamilia (@pormifamiliape) May 6, 2021
¡No más odio! ¡No al comunismo!
@tililozano pic.twitter.com/CW5oSNaNyg
La semana pasada, la modelo Tilsa Lozano lanzó un video compartido por la cuenta @Pormifamiliape, en el que expresa su rechazo “al comunismo” y pidiendo que ya no haya “más odio en el Perú”, una expresión muy socorridas por el proselitismo keikista. Por su lado, la bailarina Vania Masías ha hecho explícito en un video que marcará la K “aunque le vaya a costar”. Y la fondista Inés Melchor ha elaborado un video en el que afirma que “no votará por odio sino por el Perú”. Versiones del mismo video, adulterado para favorecer al candidato del lápiz, circulan en redes y han sido denunciadas. //
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