Aún no comienza la función. No hay nadie más bajo la gran carpa azul. Sin embargo, uno ya puede irse dando cuenta, desde una de las butacas de colores del circo de la Chola Chabuca, que el espectáculo que presentan allí va a ser impecable. Todo está cuidado al detalle. El sistema de luces, el de sonido. Las pantallas de video. Los vestuarios que cruzan en percheros por los pasillos. Hasta los tachos para descartar los palos de algodón de azúcar y las cajas de canchita. Hemos ido a Plaza Norte, en Independencia, para hablar con Ernesto Pimentel sobre su tradicional show de medio año, pero también sobre otro gran proyecto cuyo rodaje empezó esta semana: la película sobre una etapa de su vida que Tondero está produciendo bajo la dirección de Jorge Carmona: “Chabuca”. Conversamos con él en su camerino, el mismo que tiene pegadas en las paredes cartas y cartulinas escritas con plumones, con mensajes del público. Una muestra del cariño de varias generaciones de peruanos, que lo siguen desde hace más de 30 años.
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—Componer historias autobiográficas (en este caso, para una película) suele remover emociones. ¿Cómo te sientes en este proceso?
Me siento en una zona de peligro, estoy exponiéndome de forma vulnerable. Sin embargo, el miedo no me ha parado nunca, al contrario, es adrenalina para avanzar. Tengo ansiedad, sí, pero también la certeza de que estoy actuando de la forma más honesta posible.
—¿Existe algún tramo de tu vida que te haya sido más difícil de contar?
No ha sido sencillo repensar los años ochenta y noventa. He tenido que entender de qué estamos hechos los que crecimos en aquel tiempo. Entonces, no estaban bien vistas muchas cosas y la apariencia era muy importante. Aparentar cuesta mucho y no hablo de dinero. En toda esa época, yo le pedía a Dios no ser quien era. Cuánto costaba aparentar…
—¿Por qué eligen al actor Sergio Armasgo como protagonista?
Fue medio rebuscado el asunto porque necesitábamos un actor que interpretara, a su vez, otro personaje: a Chabuca. Una ficción de la ficción. Vi a Sergio en la obra “Los inocentes” y la fisonomía era parecida a la mía, en principio. Luego, conocí su registro de actuación, su entrega como profesional. Es muy talentoso.
—Tu historia tiene ejes temáticos, que incluyen la homosexualidad o el VIH, que podrían parecerles “problemáticos” a posibles auspiciadores de la película. ¿Está siendo difícil hallar aliados?
Está siendo, sí. Somos una sociedad que no es consecuente. Yo puedo pintar mi empresa de colores LGTBIQ+, pero a la hora de tomar decisiones de soporte, de alinearme realmente a una causa, busco lo que menos pueda tocar.
"Somos una sociedad que no es consecuente. Yo puedo pintar mi empresa de colores LGTBIQ+, pero a la hora de tomar decisiones de soporte, de alinearme realmente a una causa, busco lo que menos pueda tocar"
—Y, sin embargo, la Chola Chabuca es uno de los personajes más queridos del Perú. ¿Cómo la defines tú? ¿Es la primera gran ‘drag queen’ peruana?
Esta es una generación que le puede poner la etiqueta que quiera. Lo que hoy llaman ‘stand up’, era mi rutina hace años. Lo que llaman ‘drag’, para mí era solo un personaje. No la concebí en función de esos conceptos porque no existían en mi época.
—Quienes están haciendo ‘drag’ en el país hoy, empero, hablan de ti con admiración y respeto.
Yo me siento querido por mi comunidad en todas sus variantes. Una puede ser la LGTBIQ+. Otra es la que está integrada por pacientes de VIH o por otros problemas de salud crónicos. Yo conté, por ejemplo, lo de mi trasplante de cadera, y a partir de eso me escribió mucha gente diciendo que temía ir a cirugía, pero que me veían bien y por eso se animaban. Creo que he trascendido en el tiempo porque he usado mi propia voz.
—¿Cómo va la salud en general?
Muy bien… Me puse el balón gástrico y lo único que perdí fue la plata que pagué en la operación (risas). Me cuesta hacer dieta, mi ansiedad la calmo con comida… Mi cadera, súper.
—Y está tu circo, el que pones cada julio desde hace 24 años. ¿Cómo entraste a ese mundo?
Los hermanos Fuentes Gasca me propusieron hacer un circo hace 26 años. No acepté al inicio, pero con el tiempo lo intentamos. Quedamos todos muy contentos. Después me uní a otras familias circenses tradicionales, pero me di cuenta de que para hacer que la cosa marchara en comunión tenía que hacerlo todo yo. Así que fui invirtiendo en mi circo. Y en otros también porque empecé a ser productor y a traer circos internacionales. Hoy vienen de todas partes a ver nuestra propuesta de infraestructura, es la carpa más grande del Perú… También de sonido, pantallas…
—¿Todo es tuyo? ¿Hasta la última butaca?
Sí.
—¿Y dónde guardas todo cuando acaba la temporada?
Alquilo un terreno y ahí duerme hasta el otro julio.
"A mí me han venido a entrevistar del “Washington Post”, del “Miami Herald” y de la BBC para entender por qué tenemos tanto éxito con el circo"
—He visto la primera parte de la función. Es estupenda.
Estoy muy orgulloso. A mí me han venido a entrevistar del “Washington Post”, del “Miami Herald” y de la BBC para entender por qué tenemos tanto éxito. Sucede que esto pasa desapercibido aquí porque el circo aún tiene una connotación peyorativa, se lo asocia con desorganización y caos. Pero no. El circo es arte, familia, tradición. El show de este año se basa en la historia de “Alicia en el país de las maravillas” y tiene entre sus protagonistas a Karol Sevilla, talentosa artista mexicana. También a Michelle Gereda, gran bailarina de ballet nacional, a la primera actriz Haydeé Cáceres. Tengo artistas circenses de Europa, 14 bailarines en escena. Es pulcro lo que ofrecemos. Hay quienes critican que lo ubique en Independencia. Yo hago circo. El mismo que haría en Londres o donde sea.
—Participaste hace poco de un pasacalle junto a compañeros del gremio para exigir que se declare al circo patrimonio inmaterial.
Pertenezco a una asociación que reúne a gente que hace circo. Lo que pretendemos es que al circo se le mida con los mismos parámetros que a otros espectáculos culturales. Queremos que se declare así, y en eso estamos trabajando junto con Fernando Zevallos, de La Tarumba, y muchos más. Si haces teatro, ballet u ópera y traes a un artista del extranjero, este no tiene que pagar renta. Se exonera del pago a tu espectáculo. Nosotros en el circo tenemos otras reglas de juego. Eso hace que el arte del circo no pueda crecer y desarrollarse.
—Me recuerdas un poco a Hugh Jackman en la película “El gran showman”.
(Ríe). Conozco al dedillo el negocio del circo… Tenemos el Cuarto Congreso Internacional de Circo Latinoamericano en Lima este agosto. Soy jurado de concursos internacionales vinculados a descubrir talentos. Traigo otros circos… Sí, esta es una de mis más grandes pasiones y la gente no puede ser más maravillosa. No concibo mi historia sin la generosidad de la gente. Mira, es lunes (fecha en la que se realizó esta entrevista) y cómo hay de público afuera…
La película contará un período determinado de tu vida. ¿Compartirías más detalles en un libro?
Sí, de hecho, ya está escrito. Igual tengo más desafíos por cumplir. Yo estoy tirado en el mar y no pararé de nadar, no importa a la orilla que llegue. Eso sí, siempre abrazado a mis ganas de vivir. //
“El reventonazo de la chola” es uno de los programas de TV de señal abierta más longevos que existen. “Es uno de los diez más vistos, además, y el reto con este es seguir rodeándome de artistas que sean más talentosos que yo. Esa ha sido la clave de su éxito”, explica Ernesto.
Quien ilumina su vida por completo, no obstante, es su hijo de cuatro años: Gael. “De la paternidad me deslumbra esa incertidumbre cósmica de no saber qué va a pasar, de cómo hacer un mundo mejor para él. Y también lo cotidiano. Todos los días le hago el desayuno a mi hijo, lo recojo del colegio. Él me habla, me mira y yo soy feliz”.