Por esos arrebatos locos del amor, un joven Luis Enrique Oré encontró su vocación a los 17 años en una encrucijada de esas que son “todo o nada” para un chico templado: quedarse en casa viendo pasar la vida o seguir a la chica que lo había cautivado. Ella era una talentosa artista en un circo de barrio. Y los circos, como se sabe, son nómadas por naturaleza. El precio que tuvo que pagar para estar cerca de ella fue dejarlo todo y abrazar la vida itinerante de una carpa. Así fue como se hizo payaso.
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Cuarenta años después, el veterano conocido como Trompetín (57) rememora con nostalgia ese episodio como el comienzo de su apasionante aventura. La chica en cuestión se convirtió en la madre de sus hijos, quienes también siguieron sus pasos en el arte de hacer reír. No obstante, esos tiempos eran diferentes. “En ese entonces, tenías que aprender observando. Nadie te quería enseñar a ser payaso, por temor a que te convirtieras en competencia. La carpa del circo era la escuela. No había otra opción disponible”.
Hoy día, los payasos cuentan con muchas más oportunidades para formarse y perfeccionarse en su técnica. El hijo de Trompetín, Christian Oré (34), también llamado Canchita, ha creado un espacio en Lima con el propósito de ayudar a sus colegas a adquirir nuevas estrategias en el oficio, así como acercar a los curiosos y espectadores a este mundo fascinante. Lo que ha notado en este público casual, que no necesariamente tiene como objetivo trabajar en la comedia o lanzarse tortas, es que después de tomar los cursos se sienten más desinhibidos y empoderados, como si hubieran recibido una dosis de confianza. El arte del circo les sirve como una terapia de superación con resultados sorprendentes.
La Escuela Experimental de Payasos (EEPA) fue fundada hace siete años por el hijo de Oré, después de haber ganado un campeonato nacional en este campo. “Yo también aprendí de niño, observando a mi papá y a sus compañeros mientras realizaban sus rutinas. Sin embargo, siempre he deseado que este arte se profesionalice. Por eso, en cuanto tuve la oportunidad, estudié Actuación en la Escuela de Arte Dramático, y me especialicé en Comedia. He tomado cursos y talleres. Creo firmemente que, con esfuerzo, podemos lograr que muchas personas dejen de asociar la palabra ‘payaso’ con simplemente pintarse la cara y salir a la calle a decir algunas groserías”.
TIEMPO DE RISAS
La figura del personaje que hace reír ha estado presente en casi todas las culturas a lo largo de la historia, con distintos colores y matices. Desde los egipcios, griegos y romanos hasta las culturas indoamericanas, emergían personajes peculiares cuya función social era entretener a una audiencia a través de un humor absurdo, a veces anárquico, o mediante la comedia física. El payaso moderno, surgido en el siglo XIX en Occidente, ha mantenido prácticamente inalterada su esencia hasta nuestros días.
Hasta ahora, estos personajes encarnan diversos roles muy bien delimitados. Por un lado, está el “carablanca”, que es el payaso serio, sensato, cuyas acciones están regidas por la lógica. Por otro lado, el “cómico” o “augusto”, que es el personaje tonto o chiflado que saca de quicio. “Si observamos ‘El Chavo del Ocho’, podemos notar esta distinción. Don Ramón cumple la función de un ‘carablanca’ y El Chavo encarna al ‘augusto’, el que lo hace renegar”, señala Canchita.
Aunque las dinámicas no han cambiado mucho, en el gremio de los maquillados sienten que su estatus ya no es el mismo en los últimos años. No se trata solo de que algunos utilicen su nombre en vano para insultar a ciertos políticos y congresistas (en esos casos, son los payasos quienes se sienten insultados), sino que en muchos circos ya no se les otorga la misma importancia de antaño. “Sin payasos no hay circo. Sin embargo, ahora se los ve mucho menos en las carpas. En los circos de las celebridades, que están de moda, el payaso ya no es un protagonista. En épocas pasadas, éramos los favoritos del público, ya que nuestra función era aliviar la tensión que a menudo se experimenta después de un número acrobático. Esto se ve cada vez menos”, relata Trompetín.
Sin duda, hacer reír es una tarea difícil. Como todo artista, el espectáculo está por encima de todo. Trompetín recuerda haber tenido que trabajar el mismo día en que le informaron sobre el fallecimiento de su madre. Le tocaba hacer reír al público, pero en los momentos de descanso se permitía llorar. En otra ocasión, mientras se dirigía a Juanjuí, el camión del circo en el que viajaba quedó varado durante 15 días en medio de la selva. “Sobrevivimos comiendo yuca y cazando aves. Y teníamos que llevar una linterna para iluminarnos, porque las culebras pasaban cerca de nosotros”.
SONRISAS QUE SANAN
El circo es el ámbito ideal del payaso pero no es el único. En años recientes se ha vuelto bastante común verlos involucrados en acciones sociales en hospitales y albergues o bien acompañando a poblaciones vulnerables en situaciones de desastre. Es el caso de la asociación humanitaria PayaSOS de Emergencia, fundada hace once años por la comunicadora y ‘clown’ Sara Castro, que empezó acompañando en su dolor a menores del Hospital del Niño. “Nuestro objetivo no es hacer reír en sí, sino acompañar a las personas desde el amor, la sutileza y la ternura. Hay personas que pasan por una situación de dolor físico o espiritual y están ávidas de que se les acerque alguien y les dé compañía, cariño y atención. Nosotros desdramatizamos contextos difíciles”, cuenta Castro sobre su misión. En PayaSOS de Emergencia también brindan talleres de capacitación en’clown’ para quien quiera aprender y caminar al lado de ellos en su labor de arrancar una sonrisa del rostro más triste. A veces, la risa y una mirada de afecto puede ser el mejor analgésico. //
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En la Escuela Experimental de Payasos hay un curso de impro ‘clown’ el 4 y 6 de julio. Informes al WhatsApp 902 6835 47
La Tarumba cuenta con una reconocida escuela de circo en la que abordan las distintas disciplinas. Los puede buscar en www.latarumba.com
PayaSOS de Emergencia comienza talleres en julio para aprender a ser “doctor payaso”. Más información en su IG: @ PayasosdeEmergencia