Ese héroe de nuestros tiempos llamado “lector”, por Ana Núñez

Estación Central del Metropolitano, 18:15 horas. La tarde trae dos bonitas sorpresas: la primera, encontrar un asiento vacío en un bus, un lunes en hora punta. La segunda, y más bonita aún, descubrir en un pequeño espacio entre los asientos y el conductor a un muchacho de unos 18 o 19 años que, sentado en el suelo, ha encontrado la privacidad y comodidad necesarias para continuar devorando las páginas de El huerto de mi amada, de Alfredo Bryce (uno de los escritores favoritos de mis épocas universitarias “además y todavía”). 

La emoción me hizo sacar el teléfono y hacer “click” varias veces. Busqué el mejor ángulo, uno donde se vea el libro, también la comodidad que había encontrado en el piso de un bus a hora punta. Él ni se inmutó. Tenía todo para ser feliz absolutamente abstraído de este mundo: un libro. 

La historia no terminó ahí. La foto del muchachito llamó la atención de varios amigos. Algunos, incluso, la compartieron en redes. "Esto nos devuelve la fe", decían unos. ¿Quién dice que el hábito de la lectura ha muerto?, comentaban, otros, conmovidos. 

El amigo de un amigo identificó al joven. “Creo que es uno de mis ex alumnos”, le escribió. Entonces la magia de las redes sociales hizo lo suyo: “¿Paul Piscoya, eres tú?”. La respuesta fue afirmativa. 

En los últimos años, varios países hicieron diferentes campañas en las redes para promover la lectura. Las campañas invitaban a los usuarios a tomar una foto a quienes encontraran leyendo en algún rincón público de la ciudad. ¿Qué tal si intentamos hacerlo en Somos? ¿Qué tal si cada vez que veas a una persona leyendo en la calle, en el metropolitano, en un parque, etc, le haces una foto y nos la mandas y nos cuentas su historia? Será como un pequeño homenaje a estos héroes de libro en mano.