Desde hace un siglo la Plaza San Martín cumple la función de ser ombligo cultural de la ciudad, el lugar en donde las cosas pasan. Inaugurada por el presidente Augusto B. Leguía en 1921, por el centenario de la independencia, la plaza de estilo francés encontró su lugar como uno de los lugares turísticos y polos culturales de la ciudad. Allí estaban los mejores cines como el Metro, los lugares nocturnos más visitados por la bohemia. Solo compite en importancia con la vieja Plaza de Armas, con la que está conectada de modo umbilical por el Jirón de la Unión.
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La Plaza de Armas, sin embargo, suele estar cerrada por su ubicación estratégica cerca al poder. La Plaza San Martín en cambio casi nunca cierra y es más democrática al recibir a los inquilinos más variopintos. Tal es su importancia como escenario simbólico y de luchas que los dos partidos que competían por la segunda vuelta quisieron cerrar sus campañas en ella, como quien se baña de buena suerte. Meses antes, la convulsión social que albergó por una semana, donde gasearon hasta a la estatua del libertador, logró que un presidente muy impopular presentase su renuncia.
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Estas son algunas de las postales más conocidas de la centenaria Plaza San Martín.
Una plaza con historia
La plaza fue creación del urbanista español Manuel Piqueras, con suelo de granito, bancas de mármol y fuentes de agua ubicadas en un espacio de 12.300 metros cuadrados. Al centro se ubica la estatua del libertador José de San Martín cruzando los Andes. Los edificios que la rodean, como el teatro Colón, el edificio Giacoletti, que se quemó hace poco, y sus arquerías barrocas fueron erigidos después, dando una armonía al conjunto.
Un lugar de paso para famosos
Solo cuatro años después de fundada la plaza, se inauguró a sus alrededores el Hotel Bolívar, uno de los más suntuosos que vio la ciudad en su época y que aún subsiste. El Bolívar era el sitio obligado al que iban a alojarse las estrellas de cine y de la radio que venían al país, que gozaban del panorama de la plaza desde sus suites. Ahí se hospedaron Ernest Hemingway, Orson Welles, Charles De Gaulle, Ava Gardner, Cantinflas, Nat King Cole, Pablo Neruda, Los Rolling Stones (que fueron expulsados) y el entonces candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos, Richard Nixon, a quien vemos en la foto saludando a los curiosos durante su accidentada visita al país en 1958.
Postales de la Plaza
Durante los años cincuenta y sesenta, la plaza San Martín vivió lo que podríamos llamar un esplendor mesocrático. Aunque tenía muy cerca al exclusivo Club Nacional, era usada como lugar de visita y de tránsito por obreros y empleados de clase media que trabajan en los numerosas compañías que se situaban alrededor. El Jirón de la Unión ya no era el exclusivo point de paseo de las clases altas que habían mudado su atención a Miraflores. El Perú se expresaba en todo su diversidad en el cuadrilátero del libertador.
Mamita, los hippies
En 1971 la prensa peruana solo hablaba de los hippies, subcultura juvenil estadounidense cuya filosofía pacifista empezaba a pegar de forma tardía en algunos jóvenes locales. Se hizo varios reportajes, como quien da cuenta de una invasión extraterrestre, sobre esos muchachos y muchachas que gustaban apostarse en la plaza; aderezados con infaltables adjetivos como “vagos”, “sucios”, “descarriados”. Dos de esos “hippies”, Mick Jagger y Keith Richards, de los Rolling Stones, fueron expulsados del Hotel Bolívar, justo al frente de la Plaza San Martín, por supuesta indecencia.
El Petiso: muerte en la madrugada
El 3 de setiembre de 1984 la capital despertó impactada con la triste noticia de la muerte de un niño en la Plaza San Martín. Tenía 7 años y nadie supo nunca su nombre. Era un pequeño sin hogar, de los muchos que vivían por entonces en la plaza, lustrando botas. El “Petiso”, como fue apodado, fue a cobijarse en una de las cajas reflectoras de la plaza sin percatarse que el cableado estaba expuesto y murió electrocutado. Luego de esto, se creó La Casa de los Petisos en el Jr. Conde de Superunda para ayudar a esta población vulnerable.
Vargas Llosa se lanza a la política en la plaza
En 1987 el escritor Mario Vargas Llosa dejó los libros momentáneamente para subir a un estrado en la Plaza San Martín y protestar desde ahí contra la intentona de estatización de la banca, propuesta por el gobierno aprista. No cabía un alfiler en el cuadrado. La imagen del futuro nobel en la plaza con la cabeza salpicada de pica pica se volvió icónica al punto que fue usado en posters de su agrupación, el naciente movimiento político Libertad. Vargas Llosa tentaría la presidencia tres años después pero fue vencido por el candidato Alberto Fujimori.
Horas de Lucha: La Marcha de los Cuatro Suyos
La cuestionada reelección de Alberto Fujimori en julio del 2000 generó tal malestar nacional que desembocó en la madre de todas las marchas. El gobierno autoritario nunca había presenciado una protesta de tal magnitud, que se convocó para los días 27 y 28 de julio. En la Plaza San Martín hubo un lavado masivo de banderas, un gesto simbólico que sería imitado muchas veces más en distintas protestas en los próximos 20 años. El desgaste del régimen quedó expuesto y muchas cosas no serían más las mismas.
El incendio del Edificio Giacoletti
El 27 de octubre del 2018, uno de los primeros edificios de la plaza, el Giacoletti, fundado en 1912, fue víctima de un incendio de proporciones que lo dejó inhabitable. Debía su nombre a una confitería que funcionaba en su primer piso. Los constructores fueron los hermanos italianos Masperi y lo hicieron al estilo Art Noveau, y de alguna forma sirvió de patrón al resto de edificaciones que se levantaron en el lugar. A tres años del incendio, aun no se ha iniciado la reconstrucción del monumento.
Un triste noviembre del 2020
En los últimos años la plaza San Martín se ha consolidado como un símbolo de lucha política. Es ahí a donde todas las manifestaciones suelen llegar, donde se baila y se grita más fuerte. En noviembre del 2020, miles acudieron durante días a protestar contra el fugaz presidente Manuel Merino y por las muertes aún no esclarecidas de los jóvenes Inti Sotelo y Bryan Pintado. En la segunda vuelta, fue el escenario disputado por los dos candidatos en la brega. Y fue el lugar donde acamparon muchos partidarios del partido Perú Libre que llegaron desde diversos puntos del país.
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