Ingresar al archivo histórico de la Marina de Guerra del Perú es hacer un viaje en el tiempo, que nos conecta a nuestros orígenes como nación. “Aquí custodiamos cientos de miles de documentos clasificados. Los más antiguos datan de fines del siglo XVIII”, comenta Michel Laguerre, jefe de la Dirección de Intereses Marítimos y magíster en Historia.
Hemos llegado a este lugar, ubicado en el cuartel general de la Marina, en el Callao, luego de que el oficial Laguerre digitara una clave en un aparato colocado en la puerta de madera, como si se tratara de una bóveda bancaria. La seguridad es máxima. Los anaqueles rebasan de libros, mapas, fotografías y documentación histórica, pero entre todos ellos son las cartas de Miguel Grau Seminario las piezas más valiosas.
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Con suma delicadeza, el personal del archivo nos muestra la primera de ellas: una carta dirigida a su esposa, Dolores Cabero, fechada el 8 de mayo de 1879. Se aprecian la caligrafía y los detalles con claridad, a pesar de que ha pasado más de un siglo desde que fue escrita. En esta misiva se lee cuál era la última voluntad de Grau, en caso de caer en combate: que toda su fortuna se disponga para brindarles la mejor educación posible a sus hijos.
Otra correspondencia nos ayuda a entender por qué lo llamaban el ‘Caballero de los Mares’. Luego de la caída del capitán de fragata chileno Arturo Prat en el combate de Iquique, nuestro héroe naval envió sus pertenencias a la esposa de este junto a una carta, la cual fue respondida de manera conmovedora. “Recibí su fina y estimada carta fechada a bordo del Huáscar, en 2 de junio del corriente año. En ella, con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted a acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo”, se lee en la misiva firmada por Carmela Carvajal de Prat.
“Las epístolas del máximo héroe de la Marina se han convertido, con el paso de los años, en un tesoro con un valor particular, pues son un testimonio irrefutable de sus cualidades morales y humanas”, señala Michel Laguerre. “Durante mucho tiempo estos documentos han permanecido guardados. Hoy lo que buscamos es darles mayor difusión y que la ciudadanía pueda conocerlos”.
Para ello, el archivo histórico de la Marina inició un minucioso proceso de digitalización, a cargo de especialistas. Hoy los documentos que han sido rescatados, curados y escaneados se pueden encontrar en el sitio web archivohistoricodemarina.mil.pe, el cual fue lanzado a inicios de año. “No cobramos ni un sol ni pedimos registro a los usuarios. La información está disponible para estudiantes, investigadores y cualquier persona interesada en nuestra historia”, complementa Laguerre.
Además de los tesoros de Grau –también hay una autógrafa, un discurso a puño y letra, y una tarjeta de presentación firmados por el héroe de Angamos–, la Marina ha compartido los expedientes de otros marinos notables, como Diego Ferré o Juan Fanning, y documentos de su intervención en los conflictos armados de este y otros tiempos, como la guerra peruano-ecuatoriana de 1941. “Luego de 30 años, los documentos pasan del repositorio general al archivo histórico. Nuestro objetivo es digitalizar unos mil documentos al año”, concluye el oficial de marina e historiador.
Nunca antes como ahora, las fuentes históricas están a un clic de distancia. //
En 2019, el gobierno declaró Patrimonio Cultural de la Nación a las cartas y escritos del almirante Miguel Grau, entre los años 1853 y 1879, “por ser una fuente valiosa de información al incluir pasajes sobre su vida familiar y militar”. Asimismo, la Marina firmó un convenio con la Biblioteca Nacional con el fin de registrar adecuadamente el material bibliográfico.