Cuando llegamos a la edad adulta, el ahorro es uno de los hábitos que más riesgos corre, ya que los gastos fijos y otros gastos no planificados atentan en su contra. Por esta razón, como todo hábito, es recomendable aprenderlo desde la niñez o adolescencia. “Como todo buen hábito, este empieza desde el hogar y en compañía de los padres o del adulto responsable del adolescente. Pequeñas tareas, metas y labores que se incluyan en la rutina diaria pueden ser la base para una vida financiera saludable a futuro”, comenta Isabel Palao, CEO de la fintech peruana Máximo.
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