Fue un fin de semana intenso: en menos de tres meses los peruanos asistimos a las urnas en dos ocasiones y aunque la discusión esta vez fueron las reformas constitucionales, hay un tema mucho más grande que resolver: la corrupción en el Perú.
¿Cómo trabaja la mente de un 'Cuello Blanco', un 'Juez Hinostroza', un corrupto?
¿Existe algún mecanismo neurobiológico que pueda explicar la deshonestidad? Según un estudio del University College de Londres publicado en Nature Neuroscience, el cerebro humano es capaz de aceptar y adaptarse a la deshonestidad.
Los estudios demostraron que con los primeros actos deshonestos la amígdala cerebral se activaba fuertemente, pero con cada subsecuente acto deshonesto su actividad disminuía progresivamente; es decir, la amígdala cerebral se iba ‘acostumbrando’ a los actos deshonestos.
En resumen, al perder la actividad de su amígdala cerebral, la persona va perdiendo el miedo y se acostumbra al delito. En consecuencia, el corrupto avezado va aumentando la magnitud de sus actos deshonestos. El gran corrupto pierde completamente la actividad de su amígdala cerebral.