Hace dieciséis años, cuando aún era una niña, Deysi Cori (28) me ganó jugando al ajedrez. A mí y a una veintena de adolescentes aficionados al ‘deporte ciencia’ que habíamos llegado al pasaje Olaya, en Miraflores, para jugar contra ella en una partida simultánea. Como en la serie de Netflix Gambito de Dama, la entonces promesa del ajedrez peruano nos fue acorralando sobre el tablero, uno a uno, hasta que el rey no tuviera escapatoria. Sigilosa en cada movimiento que desplegaba, nos hizo jaque mate a todos en poco más de una hora y media.
“Desde muy chica, mi padre me hacía competir en torneos absolutos (en los que participan hombres y mujeres). Competía con gente más grande, con mucho más roce y experiencia”, me cuenta la hoy Gran Maestra, sentada en una de las bancas de la Plaza Bollar, en San Isidro, donde se han instalado unas seis mesas para jugar ajedrez. No veo el rostro completo de Deysi por la mascarilla, pero puedo observar en sus ojos la misma seguridad de la última vez que la tuve en frente. “En los torneos absolutos a los que voy a jugar en Europa normalmente hay cuatro chicas y, no sé, noventa y tantos varones… Pero bueno, yo estoy acostumbrada a eso y siempre trato de dar lo mejor de mí”, complementa.
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Hay no poca modestia en sus palabras. De acuerdo con la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), son alrededor de 800 millones los jugadores de este deporte en el mundo, pero solo 1500 son Grandes Maestros. Deysi Cori ha sido la ajedrecista más joven de toda América en obtener esa distinción y, actualmente, ocupa el puesto 73 en el ranking de la FIDE. “Si no existieran los torneos escolares, no habría llegado a dónde estoy. Por medio de ellos es que yo me entero del ajedrez. La primera vez que participé fue representando mi colegio de Villa El Salvador. Estaba en segundo grado de primaria. Enfrenté a jugadoras de otros colegios. Ahí gané mi primera medalla y la sensación fue increíble. Yo estaba ufff… muy contenta”, recuerda Deysi. Por ello no ha dudado en acudir al llamado de promover el Torneo Nacional Escolar de Ajedrez online, organizado por el Minedu, donde comenta en vivo las partidas de las rondas finales y que este año ha convocado a 9 mil participantes de todo el Perú, un tercio más que en su versión del 2020.
¿Dirías que hay un nuevo boom del ajedrez?
Lo que creo es que la pandemia, de alguna manera, ha impulsado la práctica del ajedrez en el mundo y eso ha repercutido aquí. A diferencia de otros deportes, la tecnología nos ayuda a practicarlo sin necesidad de tener un contacto cercano con otras personas, lo cual resulta oportuno en esta coyuntura. Incluso a nosotros, que somos ajedrecistas profesionales, jugar a través de Internet nos ha ayudado a mantenernos en forma. Y por otro lado, creo que la serie Gambito de Dama ha contribuido a que muchísima gente conozca cómo es el ajedrez.
¿Qué te pareció la serie?
Me sorprendió y gustó muchísimo. Yo como ajedrecista analizaba detalles más específicos, como posición de las piezas y que las partidas tengan sentido. Me pareció que en esos detalles estaba muy bien. También ha servido para derribar una serie de mitos en torno a este deporte. Mucha gente cree que solo se trata de jugar, pero hay toda una preparación detrás con profesores y largas horas de lectura.
¿Cómo te repones del desgaste mental?
Haciendo actividad física. Me ayuda a desconectar y a estar en buena forma. Una partida puede demorar seis horas y si no estás bien físicamente, a la hora tres o cuatro te puedes sentir cansado, lo cual afecta al momento de tomar una decisión. A mí el boxeo me gustaba mucho y me metí a practicarlo. Siento que si no hubiese sido ajedrecista, me hubiese dedicado a otro deporte.
¿Cuánto tiempo le dedicas a entrenar?
Más que jugar, la mayor parte del tiempo la paso estudiando. Unas tres horas al día, aunque me gustarían que fueran más. Conforme vas mejorando, los torneos son cada vez más fuertes. Te enfrentas a las rusas, a las chinas, que tienen a los mejores entrenadores. En el Perú tenemos un buen nivel en ajedrez, pero aún hay muchas cosas por mejorar.
UNA CAMPEONA
Por la pandemia se postergaron torneos que Deysi Cori tenía programados en Cuba y Rusia, pero hoy, con los aeropuertos ya operativos, sigue luchando contra el mismo mal que sufre cualquier deporte que no sea el fútbol: la falta de presupuesto. El próximo 24 de septiembre viajará a España para competir en el Campeonato Mundial por equipos, representando a América, y en octubre llegará a Letonia para medirse en un campeonato que reúne a los 100 mejores ajedrecistas del planeta. Deysi, con pena, me confiesa que aún no tiene su bolsa de viaje completa. “Para ciertos torneos nosotros solicitamos la ayuda del IPD, pero muchas veces no están dentro de su presupuesto. Hay que tocar puertas, pedir apoyo. Eso es lo más complicado”.
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¿En algún momento quisiste tirar la toalla?
No, nunca. Yo amo el ajedrez y espero poder practicarlo toda la vida. Desde un principio supe que no iba a ser sencillo dedicarme a esto de forma profesional. Pero hay que seguir adelante, nunca hay que dejar de persistir en alcanzar nuestros objetivos.
¿Qué sientes que te ha dado el ajedrez?
Al principio no lo veía así, pero con el tiempo me di cuenta que la vida es como una partida de ajedrez. En todo momento uno está tomando decisiones y tienes que pensar que movida te conviene hacer. En la vida puedes pasar por distintos momentos: estar ganando o perdiendo. Si te equivocas, tienes que reponerte y cambiar de estrategia. Planificar distinto. En mi caso, al tener que cumplir con horarios estrictos, este deporte me ha ayudado a ser una persona más responsable y disciplinada.
¿Hasta dónde quieres llegar?
Mi objetivo inmediato es escalar posiciones en el ranking mundial, pero para ello debo competir en los torneos que me dan los puntos. Y en un futuro me gustaría vincular el ajedrez a proyectos sociales. Cuando estuve en España, supe de un proyecto que les enseñaba a mujeres en las cárceles a practicar este deporte. El ajedrez puede ser un gran motor para la reinserción. Es algo que me gustaría aplicar acá. //
JUEGO MENTAL
Carlos Maury, representante de la Fundación Kaspárov
El ajedrez online brinda oportunidades para desarrollar competencias y valores jugando virtualmente, en plataformas diseñadas especialmente para potenciar habilidades intelectuales desde la comodidad de nuestros hogares. Podemos ejercitar la concentración, atención, percepción, abstracción y cálculo; capacidades fundamentales en la evolución ulterior de todo ser humano. A los más jóvenes los acerca al juego ciencia sin pertenecer necesariamente al círculo ajedrecístico, estimulando capacidades de razonamiento, actitudes analíticas y un espíritu noblemente competitivo. Por ello, aunque pasen los años, el cerebro de un ajedrecista jamás se jubila.
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