El año no lo recuerda bien, pero calcula que sucedió a inicios de los 80. Una delegación de escolares partía rumbo al convento de Santo Domingo para una visita. En ella iba un niño Gonzalo Torres, quien rememora los detalles de la anécdota con la emoción de quien relata los pasajes formativos de su vida. Ese día, el pequeño ingresó a la biblioteca del lugar, que data del siglo XVI, y lo que vio lo dejó asombrado. Más de 25 mil libros, incunables muchos, descansaban en libreros altos, como columnas que llegaban al techo. Sobre todo, le llamó la atención una puerta abierta: en ella encontró una ruma de libros apolillados. Abrió uno. La fecha decía 1712. El dato le impactó. Se sintió pequeño al sentir el peso de la historia en sus manos.
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“A las personas a veces nos gusta percibirnos como seres únicos, como solitarios en un periodo histórico, y nos olvidamos en verdad que somos una parte de algo más grande. Nos olvidamos especialmente de lo mucho que la historia tiende a repetirse, con otros nombres y personajes”, reflexiona Gonzalo Torres, de 52 años, desde la hemeroteca de El Comercio, otro lugar cargado de historia, simbolismo y de un aura de recogimiento. En sus tomos, repartidos en tres ambientes a dos niveles, están reunidas todas las ediciones de este Diario, desde su primera portada, en 1839, hasta los últimos años. Cada tomo abierto debe pesar unos ocho o diez kilos y es una cápsula del tiempo que revela los hechos y el pensamiento de la gente y de su época.
Una vocación frustrada Torres, que estudió publicidad y fue músico en bandas de rock como Nosequién y Los Nosecuántos y La Liga del Sueño, además de actor y miembro de la generación de oro de Pataclaun, todavía guarda el sueño de volver a la universidad y estudiar Historia, la profesión que se le escapó cuando era joven y había que definir su futuro vocacional. “En el colegio era muy bueno en Historia, aunque fue el único curso del colegio en el que me pusieron un ‘rojo’. Fue un día que estuve inseguro y tuve la mala suerte de hacer un ‘plage’. El profesor me lo encontró y me pusieron mi ‘serapio torres’. Eso me motivo a esforzarme más y ser el mejor”.
Gonzalo comparte la idea de que en el colegio, salvo honrosas excepciones, se enseña mal la historia. Se hace mucho énfasis en la parte memorista, en los datos fríos, y se descuida lo importante: el contexto y, sobre todo, las motivaciones y pasiones de los personajes históricos, un factor que los humaniza. Con su programa de TV A la vuelta de la esquina, intentó corregir en algo esto, y es un afán similar el que lo inspira en el nuevo proyecto, Cuenta la historia, una serie de microprogramas web de El Comercio en la que, como su nombre lo dice, contará las historias poco conocidas que transcurrieron en el país y que han caído en un manto de olvido, pese a marcar su tiempo. Este se verá todos los jueves a través de nuestra plataforma digital.
Para ello cuenta con el apoyo del Archivo Histórico de este Diario, de sus recursos humanos y materiales, como las notas periodísticas y un banco de imágenes envidiable sobre los sucesos más importantes del siglo XX. “Lo que tratamos es de poner en valor el archivo tan extraordinario que tiene El Comercio, que es histórico en el sentido más justo de la palabra, porque es el registro de lo que hemos vivido y cómo hemos recibido las noticias de afuera, por casi dos siglos”. Acá están recogidas las historias del Perú republicano; las historias de presidentes y dictadores, de grandes escándalos políticos y golpes de Estado, hasta las pequeñas historias de los peruanos de a pie que hicieron noticia.
Para Gonzalo, el proceso de investigación ha sido largo y ha supuesto un auto descubrimiento. Como cuando encontró que su abuelo marino formó parte de las acciones militares y navales que bloquearon la flota del magnate griego Aristóteles Onassis, que había venido al Perú en 1954 a depredar nuestras costas. “Esa historia es parte de un capítulo en el que recordaremos cómo el Perú hizo valer sus derechos e hizo respetar la tesis de las 200 millas. Hubo un escándalo internacional, pero el Perú se mantuvo firme y Onassis tuvo que pagar tres millones de dólares de multa para recuperar sus embarcaciones. Es importante porque siempre se dice que el Perú se deja avasallar, pero no pasó en esa ocasión”.
El proceso para terminar los ocho guiones de Cuenta la historia ha sido largo. Hubo que investigar mucho, recopilar notas y escoger las que mejor pudieran adaptarse al formato audiovisual. El apoyo de los periodistas del Archivo Histórico y del área de video fue fundamental para poder dar forma final a los guiones, ya en fase de producción. En ellos podremos ver a Torres encarnar a algunos personajes, para hacer más ameno el visionado. En la miniserie se abordarán hechos relativos a la política de antaño, las noticias sociales que cambiaron el país y también algo de la llamada crónica roja.
Una de estas notas policiales destacadas será la de los asesinatos del ciudadano japonés Mamoru Shimizu, que un 2 de noviembre de 1944 asesinó a siete de sus compatriotas y los arrojó en una acequia de Breña. Fue un crimen que aterrorizó a la ciudad. Es un caso que a Torres le llama la atención porque apareció justo en un momento en que se atestiguaba xenofobia por la Segunda Guerra Mundial. En un plano más ligero, se contará la historia de Emma McBride, la primera Miss Perú, cuya elección se dio en un contexto de lo más interesante.
“El jurado esa vez estuvo compuesto por escultores, fotógrafos e intelectuales como José Gálvez Barrenechea o Clemente Palma. Y hubo una señorita que se negó a participar en la fase de ropa de baño, lo que te da a entender una primera posición disidente en un con - curso que siempre ha estado cargado de polémica”. Atentos, que el programa debuta en mayo. Es decir, está a la vuelta de la esquina. //
GRANDES COBERTURAS
Con más de 19 millones de fotografías en su colección y más de 180 años de noticias registradas en sus tomos y en sus microfilms, el Archivo Histórico de E l Com e r cio es uno de los más completos que existen en el país. En él están registrados prácticamente la totalidad de sucesos importantes ocurridos desde que el Perú era una república con solo unos pocos años de nacida. Hasta antes de la pandemia, el material del archivo era de frecuente uso por académicos, estudiantes y público general, que podían consultarlo previa cita. Por estos días, lo que se está potenciando es la tienda virtual, que contiene una selección de copias de las mejores ilustraciones, fotos y páginas históricas, que se pueden solicitar y adquirir a través de un formulario sencillo en www. tiendaelcomercio.com.
Los periodistas que integran el Archivo Histórico, creado específicamente con ese nombre en 1928, escriben regularmente, en la web de El Comercio, sobre las historias perdidas que van encontrando. Cualquiera puede perderse leyendo las historias de Carlos Batalla, Miguel García, Lili Córdova y Jean Pierre Andonaire, siempre muy bien documentadas y con fotos inéditas, en la dirección www.elcomercio.pe/archivo-elcomercio.
Todas estas coberturas son recomendadas, como aquella que narra los pormenores de la hazaña del Apollo XI, en 1969, pero vista desde el peruano de a pie. En ¿Cómo vivieron los peruanos la llegada del hombre a la Luna en 1969? (2019) nos enteramos de la excitación que se vio por ese tiempo, cuando los peruanos se reunían en casas para compartir una televisión y poder presenciar el alunizaje. Los que no tenían tal privilegio, se juntaban en plazas públicas, con una radio, para escuchar lo hecho por Neil Armstrong y compañía. Los famosos, como el legendario boxeador Mauro Mina, opinaban sobre si sería posible hacer peleas allá tan lejos, y los capos de la publicidad adaptaban sus mensajes para que fueran en consonancia con la importancia de la fecha.
Otra cobertura destacada ocurrió cuando Perú clasificó por primera vez a un mundial de fútbol. Fue en 1969 y es una fecha difícil de olvidar para quienes la vivieron. Ese partido ante Argentina en La Bombonera paralizó al país. Al Perú con empatar le bastaba y fue el resultado que se obtuvo, gracias a un Oswaldo ' Cachito’ Ramírez en estado de gracia ese día. El júbilo de la clasificación se vivió en las calles de todo el país, con una masa embriagada de felicidad, que fue hasta la casa de Juan Velasco Alvarado para pedir que declararan feriado ese día. //
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