Si te gusta comer queso con vino, aprende cómo combinarlos a la perfección. (Foto: http://bodegavalledeguimar.com)
Si te gusta comer queso con vino, aprende cómo combinarlos a la perfección. (Foto: http://bodegavalledeguimar.com)

Escribe Cristina Vallarino

Muchas veces vamos a matrimonios o cenas donde nos encontramos unas mesas maravillosas de queso pero con la 'pobre' botella de vino. Y cuando digo pobre no me refiero a que sea mala o de un nivel bajo, sino que un vino no puede ir con todos los niveles de fuerza de los diferentes quesos.

Por ejemplo, tenemos un Cabernet Sauvignon el cual es fuerte por lo tanto nos irá con quesos fuertes como parmesanos o quesos manchemos, pero ya no me irá con un queso fresco, ligero, ya que lo opacará totalmente.

Y es una pena destruir este matrimonio por falta de conocimiento. Si por separado son espectaculares imagínense cuando se juntan. No solo tenemos que tener en cuenta la fuerza del queso también la textura. Lo ligero con lo ligero y lo fuerte con lo fuerte. Para un crianza podemos acompañarlo con quesos de oveja semicurados, o con trufas. Un rosado nos puede ir con un brie, estos son algunos ejemplos.

Lo que recomiendo es poner tres tablas. Una que va con vinos ligeros y, por ejemplo, pongo un Pinot Nori. Otra tabla de quesos medios con un Merlot. Y los más fuertes con un Cabernet Sauvignon. Y no sale más caro. En vez de poner una cepa ósea y comprar 3 botellas de una misma, compro 3 diferentes del mismo precio.

Hay que tener en cuenta que el sabor del queso debe ser menor al del vino y no al revés. Así como nos encontramos vinos crianza, reserva y gran reserva en los vinos, en los quesos también y tendrán que ir de la mano. Como la página se me queda corta para todos los quesos y los vinos habrá una segunda y tercera publicación.

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