El año pasado será recordado como aquel en el que la inteligencia artificial (IA) irrumpió al fin en la vida cotidiana de las personas, después de haber circulado durante décadas como un sueño en ciertas esferas académicas y en los terrenos de la ciencia ficción. Su llegada ha sido comparada con el impacto que tuvieron en el pasado tecnologías disruptivas como la electricidad, la televisión o incluso la misma computación, hallazgos que llegaron para quedarse y desatar su propia revolución cultural. Esto sucede en todas partes y, desde luego, en el Perú. Acaso un indicativo poderoso del constante uso de la IA en el país sea que la segunda palabra más buscada en nuestro país el 2023 fue ‘ChatGPT’, el chatbot de OpenAI que ha sido clave en la popularización de la IA.
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Hoy día no hay escolar o estudiante universitario, empleado oficinista o CEO que no sepa qué es el programa de marras o lo esté usando. La inteligencia artificial, ese sistema de algoritmos que busca emular la capacidad de los seres humanos de aprender, razonar, comprender e incluso tomar decisiones, ha llegado con debate. El año que pasó se discutía mucho si su arribo supondría una modificación radical del mercado laboral, con posibles despidos masivos, similar a lo ocurrido durante la segunda revolución industrial. Esto no ha sucedido. No aún. Pero ello no implica que las interacciones entre humanos y la IA sean perfectas, al menos hoy por hoy.
“Yo pienso que a la inteligencia artificial hay que abrazarla como si fuéramos alguien que está en el mar y que se quiere subir a una ola. Esa ola hay que verla como la posibilidad de salir adelante. Es una oportunidad. La magnitud de lo que está pasando con la IA es similar a la llegada de Internet. ¿Recuerdas cómo era el mundo antes? Imagínate si en esa época el Estado hubiera invertido en ella”, dice el ingeniero peruano Omar Flórez, especializado en IA y que ha trabajado en Twitter.
La analogía de la ola es interesante: su fuerza es tal que no hay forma de pararla. Lo sensato sería tratar de ir con ella. Flórez está convencido de que las máquinas no nos dejarán sin empleo, serán los seres humanos capacitados para usarlas quienes estén en una mejor posición. “Aprender a programar va a ser esencial en los próximos años. Cada peruano debería tener la oportunidad de aprender a usar algoritmos”.
Hay personas, sin embargo, que dándose cuenta de que detrás de estos avances asombrosos siempre hay empresas e intereses en particular han decidido marcar la cancha e irse a la guerra, no como en las películas de ciencia ficción, pero sí en los tribunales. Para defender lo suyo de las máquinas, los seres humanos han llamado a sus abogados. Hace dos semanas el “New York Times” demandó a OpenAI por utilizar millones de sus artículos para entrenar a su inteligencia artificial ChatGPT, lo que consideran una violación a los derechos de autor y una competencia desleal.
Lo mismo han hecho escritores famosos como John Grisham y George R. R. Martin (el autor de “Juego de tronos”). Por otro lado, el servicio de banco de fotos Getty Images demandó a Stability AI por utilizar sus imágenes para generar otras supuestamente nuevas. Y está el caso del activista Matthew Butterick, de Estados Unidos, que ha demandado a Microsoft y a Meta (Facebook) para defender los derechos de los creadores cuyas obras son usadas para entrenar IA. “Esta es la lucha por nuestras vidas”, le dijo a “El País”.
Las cosas se pusieron mucho más calientes y llegaron hasta las calles en mayo pasado, cuando empezó la huelga de guionistas de Hollywood, que tenía entre sus puntos de negociación, además de mejoras salariales, la exigencia de un mecanismo legal que los proteja contra el uso de la inteligencia artificial en guiones. “Se ha hecho un pronóstico y habrá un período de adaptación de diez años con respecto a la llegada de la IA a nuestra sociedad. En cada revolución industrial ha habido un período de desorden, en el que algunos trabajos desaparecieron. Yo pienso que hay que democratizar el uso de la IA, es la ventaja que deberíamos tener como país”, apunta Flórez.
PANORAMA DE LA IA PARA 2024
Hay mucha expectativa para este año con respecto a la IA. Lo primero que se anticipa será una guerra de empresas por ver quién se posiciona mejor en este campo. De un lado está OpenAI, que le pertenece en parte a Microsoft, y tiene su producto estrella ChatGPT. La misma compañía de Bill Gates desarrolla además Copilot, un asistente virtual inteligente, que se anticipa como un contendor poderoso en estas batallas. Google se prepara para la guerra con Gemini. De otro lado, está el multimillonario Elon Musk, que sigue entrenando a Grok, un chatbot que a su peculiar juicio sería mejor que su rival porque tiene “sentido del humor” y es políticamente incorrecto. Se esperan grandes noticias de esta batalla para este año.
Una nota del “New York Times” de esta semana cita algunas cosas que podrían llegar en 2024. Uno es la complementación de servicios de IA. Por ejemplo, OpenAI puede juntar a ChatGPT con su servicio generador de imágenes a través de texto, Dall-E 2. De esta forma, uno podría decirle al mismo chatbot que te genere una imagen automática, un gráfico, en cosa de segundos. Para este año se espera que la IA produzca videos instantáneos y de alta calidad, con características fotorrealistas, a partir de las indicaciones de texto que le demos.
Podrá componer canciones completas, con instrumentación, solo con unas cuantas órdenes. Y es posible que veamos robots más inteligentes, con mejores habilidades predictivas para leer sus entornos. El propio Elon Musk está en la carrera de hacer que los robots humanoides lleguen a los hogares en un tiempo razonable. En una nota negativa, se anticipa que los ‘fake audios’, generados por IA, estarán a la or - den del día. En tiempos electorales, esto será un problema para muchas campañas.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL PERÚ
Nuestro país está trabajando para no quedarse rezagado en la carrera de la inteligencia artificial (IA). En julio, el Congreso dio una ley declarativa para promover esta tecnología en el marco de la transformación digital. Su importancia es que se trata de una de las primeras leyes IA en el mundo. También está la estrategia nacional de inteligencia artificial que tiene objetivos más específicos y que se concretó justo a fines de año.
Las organizaciones también están haciendo lo suyo. Hay emprendimientos que están utilizando tecnologías de este tipo, para mejorar la inclusión. Hace unos meses, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos desarrolló a Illariy, la primera presentadora de noticias que habla quechua con ayuda de la inteligencia artificial. Además, se han logrado avances notables en la robótica, como el perro Tefi, que brinda asistencia a personas ciegas, e IrBIn, un robot reciclado que enseña a clasificar los desechos.
Entre estos avances, sobresale Yapaykuy, una organización dedicada a trabajar para las personas con discapacidad. Han creado herramientas de inteligencia artificial que contribuyen a la inclusión, como traductores con cámara para interpretar lenguaje de se - ñas, ideales para personas sordas. En un país donde solo existen 19 intérpretes de señas, este tipo de innovaciones es para destacar. Además, han desarrollado una aplicación para traducir el quechua y un reconocedor de objetos que se utiliza a través de un smartphone, para personas con discapacidad visual. Su enfoque es capacitar empresas y certificarlas como negocios que cumplen con las leyes nacionales de inclusión.
“La inteligencia artificial sirve para cambiar las cosas, para hacer un punto de quiebre, por ejemplo, en estos temas de inclusión, donde hablamos de siglos de exclusión hacia poblaciones. Esto puede cambiar con la tecnología. La IA no es una desventaja para el ser humano. Es una herramienta que optimiza lo más valioso que tenemos los seres humanos, que es el tiempo”, sostiene Jorge Rojas Barnett, de Yapaykuy. En su opinión, apenas estamos viendo el 5% del potencial de la IA. Cuando se habla de inteligencia artificial, hay que recordar la teoría de la evolución: el que no se adapta, puede desaparecer. //
Este año, muchos fabricantes de celulares incluirán características de inteligencia artificial en sus equipos, con lo que se buscar romper esta especie de “meseta” que hay con los celulares, en los que nos ves mucha diferencia tecnológica entre los equipos, año a año. Las marcas de procesadores como Intel, AMD y Qualcomm están incluyendo un chip integrado en su procesador solo para funciones y tareas de IA. Esto va a beneficiar a muchos campos, entre ellos, el de los videojuegos. De otro lado, en 2024 ocurrirá la consolidación del potencial de las IA, aplicadas a funciones que la gran mayoría de personas va a poder disfrutar. Empresas como Microsoft están totalmente involucradas en ese campo. Si tú ahora entras a su buscador EDGE, te sale de inmediato la opción de Bing search con ChatGPT integrado. Imagina que estás haciendo un artículo: puedes pedirle a la IA que te genere una imagen que lo ilustre, y lo hace en segundos. Esto nos lleva al cambio más grande de todos: las IA van a modificar la forma en que navegamos en Internet. Por décadas, hemos buscado en Google, pero eso será cosa del pasado. Lo más probable es que la IA te busque la información y te haga un resumen. Esto supondrá un cambio en el modelo de negocios de los buscadores. Por eso, están acelerando su proceso de IA para tener el control. //
En términos de lo que está por venir para este año, es más sencillo afirmar lo que no ocurrirá que predecir lo que podría suceder. ¿Qué no va a pasar? Falta mucho aún para que lleguemos a la singularidad, que es el momento supuesto en que la IA sobrepasará a los seres humanos, cambiando drásticamente la sociedad y su organización. El año pasado muchos decían que en cinco meses nos íbamos a quedar todos sin trabajo y eso claramente no es así. La singularidad no la vamos a ver ni en los próximos 30 años. Yo me animaría a decir que no la veremos en lo que queda de nuestro tiempo de vida. Este año vamos a ver más iteraciones de lo que ya se ha presentado. Más refinamiento en algunas cosas. Google va a intentar igualar lo que ha hecho OpenAI, que indiscutiblemente lidera hoy día. Por eso han anunciado Gemini, la que será su respuesta a lo que está pasando. Todavía falta para que la IA haga lo mismo que hacen los seres humanos. Un ejemplo es el portal Gizmodo en español. Ellos decidieron el año pasado eliminar su departamento de productores de contenido y quedarse solo con traducciones automatizadas del inglés. Los invito a revisar los resultados para que vean que es una desgracia.
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