No se alcanzan a ver los tatuajes que tiene en el brazo derecho durante su participación en el Miss Universo de este año, certamen en el que quedó como segunda finalista, la mejor posición de una peruana desde que Gladys Zender fuera coronada en 1957. Pero sí en las fotos que le tomó Somos para esta entrevista, así como en su cuenta de Instagram donde hay videos de ella metiendo buenas patadas en sus entrenamientos de Muay Thai. Janick Maceta del Castillo, quien está a punto de dejar el título de Miss Perú y, con este, los concursos de belleza, cumplió con el objetivo que se puso al ser parte de ellos: conseguir una vitrina para todo lo demás. Y todo lo demás no es poco: trabajar por su ONG en beneficio de niños abusados; impulsar artistas que precisan de una plataforma para brillar con el sello discográfico que posee en Nueva York o competir a nivel internacional en artes marciales. “He roto mil estereotipos toda mi vida. Puedes hacer cinco cosas a la vez y no te vas a morir, te lo prometo”, le dice hoy a esta revista la hija de quien fue un agente de la Dircote, la misma que pasó buena parte de su infancia en la casa de sus abuelos en San Juan de Lurigancho.
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