A Juana Burga le han ofrecido más de una vez cameos en películas de Hollywood. Aquellos en los que pudo haber sido la novia de paso de Justin Timberlake en alguna comedia romántica. Pero esa no ha querido ser la manera con que se recuerden sus primeros trabajos como actriz. La ‘top model’ internacional, la más importante que ha nacido en el Perú, tiene como interés roles en relatos fílmicos con mucha más sustancia. De ahí que esté por estrenar este 25 de abril “La piel más temida”, cinta dirigida por Joel Calero, en la que es Alejandra, una joven que retorna a Cusco después de radicar toda su vida en el extranjero para escudriñar en sus orígenes, aunque eso implique saber que su padre militó en Sendero Luminoso.
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A este proyecto cinematográfico ya le ha seguido uno tercero de corte histórico en Hollywood y la vorágine la tiene muy entusiasmada. Es consciente de que esta faceta suya recién está despegando, por lo que no deja de estudiar y audicionar. Mientras, radica en Nueva York como uno de los rostros latinoamericanos más reconocibles del mundo del modelaje. Además de ser activista por los derechos de los artesanos textiles peruanos a través de su proyecto Nuna Awaq. Sobre todo ello conversó con Somos.
—Se esperaba el estreno de esta película hace mucho. ¿Por qué demoró?
Hacer películas independientes toma mucho tiempo en el Perú. Hay proyectos que pueden tomar siete o hasta diez años. Una versión larga del filme ya se presentó en el Festival de Cine de Lima el año pasado. La que se verá desde el 25 es una edición editada. No falta nada.
—¿Por qué crees que es importante contar historias como “La piel más temida”?
Hay varios relatos en la película que me parece son vitales de abordar. Está el que toca el origen familiar de alguien, el cual, a su vez, se une con la historia de nuestro Perú. Entonces las versiones con las que se quede el espectador dependerán de qué fibras le toquen a este. En general, creo que hay que contar estas historias para tenerlas presentes. Mi generación, particularmente, no vivió la época del conflicto armado. No sabe bien qué paso y todos deberíamos conocer qué sucedió para que no vuelva a ocurrir.
—Tú vives en el extranjero hace mucho. ¿Este interés tuyo por el pasado se repite también con el presente del Perú? ¿Sigues la coyuntura?
Estoy pendiente de todo. Mis hermanos y yo tenemos un grupo de WhatsApp donde me comparten noticias que muchas veces yo ya he leído en Internet. Siempre estoy conectada con lo que pasa en el país, en el campo político, social, en el de la sostenibilidad que tanto me interesa. Esta noticia de Loro Piana [marca de lujo denunciada por no pagar precio justo a artesanos textiles ayacuchanos] explotó en Estados Unidos y en el Perú no tanto, curiosamente. Pero la compartí allá con la gente que conozco en el mundo de la moda, exponiendo el problema. Discutiéndolo, evidenciándolo. Si queremos que las cosas cambien hay que conversar, buscar soluciones. Yo soy positiva y tengo esperanza, creo que podemos lograr mucho.
—Tu coprotagonista en el filme fue Lucho Cáceres; y el director, Joel Calero. ¿Qué aprendizaje te llevas del trabajo con ambos?
Me llevo muchísimo. Ha sido un honor trabajar con ellos. Lucho es muy generoso en compartir lo que sabe. Tuvimos una relación como la de la película, casi de tío-sobrina. Nos bromeábamos, me hacía sentir muy a gusto en esta mi primera experiencia actoral en el Perú. Joel, igual, me ayudó a conectar mucho. Son extraordinarios.
—¿Qué surge primero, tu interés por actuar o la oferta de ser parte de “Los últimos”, tu primera película en Argentina?
Siempre me interesaron las artes en general. Entonces, cuando ya estaba encaminada mi carrera de modelo, me comenzó a rondar por la cabeza el actuar. Pero aún estaba en mis veintes y tenía que seguir afianzándome en el rubro en el que estaba…
—Hasta que en el 2017 te llegó un mensaje al Instagram.
Sí. Era el director argentino Nicolás Kuenzo. Quería que trabajara en una película de ciencia ficción que se llamaba “Los últimos”. Pero yo no vi el mensaje hasta mes y medio antes de empezar a grabar la cinta. Ellos estaban desesperados porque no encontraban una chica que hiciera el personaje de Yaku, una refugiada de guerra de origen quechua en un mundo posapocalíptico. Hice la audición y quedé. Esas historias me llaman la atención particularmente. Relatos profundos. La experiencia rodando con actores y actrices muy conocidos, como Peter Lanzani y Natalia Oreiro, fue maravillosa.
—¿Cómo te buscó el director si no tenías experiencia previa en actuación?
Fue su papá el que me encontró: el director Luis Puenzo, quien en la juventud había sido director de cásting. Comenzó a ‘googlear’ artistas con el tipo que necesitaban y aparecí.
—Tras esa experiencia, decides, entonces, ser actriz. Y estudias.
Así es. Me inscribí en una de las mejores escuelas de actuación de Nueva York, la de Lee Strasberg. Me gradué justo antes de que comenzara la pandemia. Luego conocí a una agente española y con ella busco proyectos en Hollywood y España. Estoy haciendo muchas audiciones. Gracias a ella, conseguí el papel de la doctora peruana Laura Meneses en la película “Mataron a Pedro” que está por estrenarse.
—Aquella es la biografía del líder independentista puertorriqueño Pedro Albizú.
Sí, Laura fue su esposa, la primera latinoamericana en ser aceptada en el Radcliffe College, de la Universidad de Harvard. No puedo hablar tantísimo de ello, pero ha sido mi primera experiencia en Hollywood.
—¿Cuál es tu meta con la actuación? ¿Irá a la par que el modelaje o priorizarás alguna faceta?
Creo que en estos tiempos no es necesario elegir lo uno o lo otro. Soy multifacética y puedo manejar ambos oficios. Yo sigo estudiando actuación con ‘coaches’ particulares, mientras veo proyectos y sigo haciendo campañas con marcas y editoriales fotográficos. Estoy muy contenta con ello y llena de expectativas por todo lo que se viene. //
Nuna Awaq viene del quechua y significa ‘espíritu del artesano’. Es una iniciativa creada por Juana Burga que emerge de la pasión y admiración que ella siente por los artesanos textiles peruanos. Busca a través de diversas acciones que se valore su trabajo en beneficio del desarrollo de las comunidades.
“Entre otras cosas doy vitrina al trabajo de los artesanos en la industria de la moda internacional. Ayudo a que se capaciten y a conectarlos con marcas extranjeras que puedan hacer negocios con ella con precios justos”, cuenta Burga. Más información en www.nunaawaq.org