Muchos de nosotros hemos escuchado, si no tocar, al menos hablar de la orquesta de los hermanos Silva. Pero pocos sabemos que esta orquesta nace en la navidad de 1955, cuando un grupo de cinco hermanitos de entre cuatro y nueve años recibe los regalos que habían pedido a Papá Noel: su máximo deseo era recibir los instrumentos musicales necesarios para formar una banda de músicos y así poder mantenerse unidos, mientras hacían música con su abuelito Andrés. Su deseo se cumplió y los pequeños se convirtieron en la orquesta infantil de los hermanitos Silva Tirado.
Por entonces, la orquesta se convirtió en la primera orquesta infantil del Perú. Los muchachitos tenían cuatro (José), seis (Luis), siete (Andrés), ocho (Mauro) y nueve años (Santiago) y sus maestros eran músicos reconocidos como Domingo Rullo, Rodolfo Coltrinari, Carlo Brescia, Lucho y Hugo Macedo y el gran Freddy Roland. Los pequeños habían comenzado a hacer sus pininos, muy chiquititos, en la academia de la señora Lily Rosas de Saz.
Dos años después, fueron invitados a participar en la inauguración de Canal 7 y los pequeños ejecutaron valses, polkas y temas como Cerezo o Rosa, Siboney y muchos otros éxitos de la época. También fueron invitados al programa Cita Limeña de Radio Nacional del Perú en dos ocasiones. De hecho, su primer LP lo recibieron como regalo. Era la grabación de uno de los programas en disco de acetato, disco que aún conserva como un tesoro Andrés Silva.
Después vinieron muchas actuaciones benéficas para la Cruz Roja, la Liga de Lucha Contra el Cáncer, el Hospital del Niño, etc. Parte de la historia musical de la orquesta incluye el primer viaje al extranjero de la Primera Embajada Artística Peruana (28 de julio de 1970), integrada también por Eloísa Angulo, Los Ases del Perú, César Altamirano y los Hermanos Zañartu.
Andrés Silva, uno de los pocos directores sobrevivientes de las grandes orquestas peruanas de los años 70, forma su propia orquesta el primero de octubre de 1980, para una fiesta del Día del Periodista. Y la historia que sigue ya es otra historia.