La historia de la Guerra del Cenepa, el último conflicto armado que ha habido entre dos países latinoamericanos, todavía no ha terminado de contarse. Con frecuencia llegan desde la frontera norte noticias relacionadas a los hechos ocurridos en los primeros meses de 1995, cuando Perú y Ecuador se enfrentaron en la selva más agreste y hostil que uno pueda imaginar.
Algunas historias no contadas son las de aquellos soldados cuyos cadáveres nunca fueron recuperados. Hasta el momento hay por lo menos diez cuerpos de militares peruanos en la frontera. En el sector de Tiwinza, las tropas que –casi 25 años después– trabajan en el retiro de minas antipersonales regadas durante el conflicto encontraron meses atrás a uno de ellos. Después de rigurosos exámenes de ADN, el Ejército reveló su identidad y así, la semana pasada, los restos del cabo EP Eusebio Bendezú Rebata fueron entregados a sus padres en Ayacucho.
Otra historia de posguerra que todavía no termina de contarse es la del mayor EP Luis Alberto García Rojas. El 29 de enero de 1995, en los primeros días del conflicto, García –en ese entonces tenía el grado de capitán– se ofreció de voluntario para pilotear un helicóptero que dirigiría un ataque contra las tropas ecuatorianas. A pocos segundos de llegar al puesto Tormenta, el punto de ataque, un misil enemigo disparado desde tierra derribó su nave.
En el 2006, más de una década después, el Congreso declaró a Luis Alberto García Rojas héroe nacional. Además, la Ley 28682 ordenó su ingreso a la Cripta de los Héroes. Recién en el 2016 sus restos fueron exhumados de un cementerio privado de La Molina, pero el Ejército canceló un día antes la ceremonia de ingreso a la cripta alegando “razones de seguridad” que no tenían mayor sustento. Desde entonces, Julia Panta, su viuda, se convirtió en un símbolo de resistencia. Ella guardó los restos de su fallecido esposo –apenas los pocos huesos que lograron recuperarse, y que estaban pegados al asiento de piloto de la aeronave– en su propia casa, hasta que se autorizó el ingreso a la cripta el 29 de enero del 2017, cuando se cumplían 22 años de su muerte. Fue una larguísima batalla judicial y emocional.
“Luis Alberto, con el sacrificio de su vida, supo escribir en el corazón de los peruanos una de las páginas más emotivas y brillantes de la historia actual, convirtiéndose en el primer héroe nacional del siglo XX”, dijo aquel día en una ceremonia en la cripta, ubicada en el cementerio Presbítero Maestro.
La historia de Luis Alberto Rojas, que es también la de Julia, será ahora llevada a la pantalla grande.
-GUERRA Y PAZ-
En el 2016, cuando Julia Panta aún conservaba los restos del mayor García en su casa, recibió una llamada desde Ecuador. Era Jenner Baquero, un investigador experto en la historia militar de su país, que la contactó porque había leído el libro que ella había escrito, titulado El valor de la lealtad. Baquero y Panta mantuvieron un contacto fluido por Internet: él quería conocer detalles sobre la heroica muerte de García, y ella quería dejar en alto el nombre de su esposo.
Tiempo después, Baquero –investigador incisivo es él– ubicó al oficial ecuatoriano que había disparado aquel misil que derribó el helicóptero piloteado por García aquel enero del 95. Aquí la historia dio otro giro, cuando el teniente coronel (en retiro) del Ejército de Ecuador Hernán Cáceres envió una carta a Julia Panta, en la que le muestra sus respetos y le ofrece sus condolencias. Todavía hay gestos épicos en las guerras modernas.
-BATALLA JUDICIAL-
“Hay, como punto de partida, una historia de heroísmo y patriotismo. Pero sobre todo es una película que ayudará a la reivindicación, porque gracias a Julia se aceptó que Luis García es un héroe”, comenta Rocío Lladó, la directora.
En Vidas paralelas, una película que dirigió en el 2008, Lladó plasmó la historia de un agobiado militar destacado a la lucha contra Sendero Luminoso. Años después, en el 2014, dirigió La amante del libertador, un filme de época que narra sucesos heroicos de civiles peruanos en los años de la Emancipación. Esta vez, en El legado-Cenepa 95 –así se titulará la película– se reúnen hechos militares (el acto heroico del mayor Rojas) con victorias civiles (la larga batalla judicial de Panta contra el Estado peruano). Es, dice Lladó, una historia de personas que dan el ejemplo.
El productor general, Ítalo Lorenzzi, comenta que la cinta se estrenará en el 2021, año propicio para recordar gestas. Por lo pronto, las grabaciones ya comenzaron y Gerardo Zamora, quien encarnará al héroe del Cenepa, ya se calzó el uniforme de la Aviación del Ejército, cuyo patrono es precisamente el mayor García Rojas. //