Los nuevos sueños de la señora Santa Inés Melchor

Ella, Inés Melchor, es una atleta considerada como la mejor maratonista de Sudamérica. Él es un teniente de la Policía Nacional –trabaja en la Unidad de Servicios Especiales (USE)– cuya misión es proteger a la sociedad. Ambos se conocieron por casualidad cuando Inés acudió a una dependencia policial para seguir un trámite vehicular.

Luego el destino los volvió a unir cuando Inés y unas amigas visitaron un penal en Huancayo para dejar regalos. Él las acompañó en su recorrido, como buen policía, y al final del día salieron a comer.

Entonces reparó en que aquella chica dulce y un poco tímida era la gran campeona cuyo nombre es celebrado en medio mundo. El teniente Raúl Guzmán estaba cenando con Santa Inés Melchor Huiza, la mujer más rápida del continente en los 42,5 kilómetros.

Ambos recuerdan esa anécdota por estos días en que acaban de casarse en Huancayo, en una boda que ha dado que hablar. Quizá porque los invitados fueron también maratonistas del centro de alto rendimiento de esa ciudad, la noche de la fiesta se bailó una maratón de huaylarsh que dejó a pocos en pie.

Inés y Raúl me pidieron que les hiciera fotos antes de la boda. Querían que la sesión fuera en Lima porque la capital les recordaba sus primeros días de noviazgo. Tuvimos la vista panorámica del Morro Solar y luego bajamos a la playa, donde no dudaron en correr entre las olas que bañaban la orilla. Ambos estaban muy emocionados por la experiencia. Finalmente, hicimos fotos en el centro de Lima. Y hemos quedado en continuar dentro de unos días en el valle del Mantaro.

Raúl admira la gran voluntad de Inés para seguir siendo una campeona. Cuando ella supo que tenía una lesión y no podría participar en los Panamericanos, él la consoló y le dio el soporte necesario. Eso le gusta a ella. Sentirse protegida por este caballeroso policía que tiene la responsabilidad de hacer feliz a una de las mujeres más admiradas del Perú.

Para él, lo único problemático es salir a correr con ella. Cuando Raúl ya está agotado y no puede más, ella le dice: “Ya calenté, ahora empezaré a correr”. //