El lujo, especialmente en una ciudad como Lima, ha dejado de ser una simple cuestión de estética o calidad; se ha convertido en una forma de contar quién se es, o más bien, quién se quiere ser.
Quizá por eso, más que la ropa que lleva dentro, lucimos la bolsa de cartulina que la carga. Sobre todo si tiene más iniciales perfectas.
En una sociedad donde el “cómo te ven, te tratan” está tan arraigado, las marcas de lujo se convierten en más que casas de moda: son vehículos de estatus. Louis Vuitton, con su distintivo emblema global, representa este anhelo de exclusividad, donde cada prenda o accesorio no solo se adquiere, sino que representa un símbolo de pertenencia a un círculo selecto que trasciende lo material.
A solo 20 minutos en taxi desde Gamarra, el emporio comercial de la moda en Lima, se encuentra la única tienda de Louis Vuitton en Perú, ubicada en el Jockey Plaza. Este corto trayecto conecta dos mundos contrastantes: mientras en Gamarra las imitaciones circulan desde 35 soles, en el Jockey Plaza, el acceso a Louis Vuitton está reservado para quienes buscan una experiencia de compra envuelta en una sensación de exclusividad.
Desde que abrió sus puertas en 2021, la Maison ha recibido a clientes fieles, influencers y celebridades. Por sus pasillos han estado figuras públicas como Jefferson Farfán, Gianluca Lapadula y Paolo Guerrero.
Para conocer de cerca la experiencia y los productos que más consumen los peruanos, visitamos la tienda en “modo cliente”. ¿La razón? El hermetismo de la gigante maison francesa fue claro desde el principio: ni los trabajadores de la tienda - llamados client consultant - ni el staff del centro comercial tienen permitido declarar sobre la marca a un medio de comunicación. Como una buena marca de lujo, Louis Vuitton tiene una curaduría cuidadosa sobre qué se comparte con el mundo desde la casa matriz.
¿Cómo es visitar la tienda de Louis Vuitton en Lima?
Visitar la tienda de Louis Vuitton en Lima es adentrarse en un espacio donde el lujo se traduce también en una experiencia personalizada. Al cruzar la doble puerta, el cliente es recibido por una client consultant que se presenta con amabilidad y disposición, lista para guiar y asistir en cada detalle. “Busco una cartera pequeña”, es la consulta, y rápidamente aparece una Mini Bumbag Cream de cuero, delicadamente presentada, cuyo valor asciende a S/13.000. Este es solo el principio.
Poco después, aparece otra versión de la cartera, esta vez en denim, parte de la colección “LV By The Pool”, muy codiciada por influencers peruanos. La Mini Bumbag en denim está disponible a S/9.500, y se revela como la última pieza de la colección en la tienda. Es aquí donde Louis Vuitton despliega uno de sus mayores encantos: la exclusividad. Con solo una unidad por modelo en cada tienda y siendo la de Lima la única en todo el país, la posibilidad de coincidir con otro cliente portando el mismo accesorio es casi nula.
En Sudamérica, la presencia de Louis Vuitton se limita a solo 13 tiendas: una en Perú, otra en Colombia, una en Chile, y diez en Brasil. Hasta el 2022, Argentina también contaba con una tienda en Buenos Aires, pero fue cerrada. Esta escasez de tiendas subraya aún más el carácter selecto de la marca, haciendo que adquirir sus productos en Lima sea un privilegio que pocos pueden experimentar.
Preguntar por los productos más deseados de la temporada revela la imposibilidad de conseguir algunos modelos icónicos de inmediato. “¿Cuál es la más trendy?”, pregunto. Es la Neverfull Inside Out MM, un diseño icónico, esta vez reversible, valorizada en $3,000. Tres días antes de su llegada a Perú, la marca anunció la pieza. El día de arribo, hacia el medio día, la cartera ya había sido comprada. “¿Y cuándo traen más?”, pregunto ingenua. Descubro que es posible solicitar cualquiera de los productos en la web, y entre 10 a 15 días después, este llegará a la tienda de Lima, sin cargos extras de envío, totalmente sellada. Durante el viaje, hasta recibir el producto, el cliente es la única persona que finalmente lo verá y tocará.
El recorrido por la tienda de Louis Vuitton en Lima no culmina en la zona de carteras de mujer, sino que, después de pasar por esa sección situada a la derecha de la tienda, justo detrás del mostrador de perfumes, el cliente se adentra en el área de accesorios. Aquí, se despliegan lentes de sol y pañuelos, que complementan las colecciones de moda femenina. Este espacio está enmarcado por los muebles de caoba diseñados por el arquitecto Luis Ortiz de Zevallos y los bancos tallados por el escultor Paolo Scarpati, creando una atmósfera que invita a los clientes a sentarse y probarse calzados o a contemplar los detalles de los productos exhibidos.
La tienda no solo es una muestra del lujo global de Louis Vuitton, sino que también refleja el espíritu artístico local, con la intervención del muralista Xomatok, cuyo arte vibrante aporta un contraste fresco y moderno al diseño atemporal de la tienda. Este enfoque permite que los clientes experimenten una fusión entre la herencia francesa de la marca y la creatividad contemporánea peruana.
En el corazón de la tienda, se encuentra un módulo central que exhibe una selección de las piezas clásicas más icónicas de Louis Vuitton, junto con las novedades como las Low Key Cabas MM, diseñadas bajo la filosofía del “quiet luxury” o lujo silencioso. Estas bolsas, con su discreto candado dorado que lleva el logo de la marca, son una opción para quienes prefieren un lujo más sutil y refinado, alejándose de los grandes emblemas y optando por detalles minimalistas que hablan de sofisticación sin ser ostentosos.
Hacia el lado izquierdo de la tienda se despliega la sección dedicada a los hombres, donde destaca la Keepall Bandoulière 55, un bolso icónico que es parte del guardarropa de Jefferson Farfán, cliente habitual de la marca. Además, la tienda cuenta con una máquina de grabado en cuero, que permite a los clientes personalizar sus productos con hasta tres letras. Este servicio exclusivo está disponible tanto para las compras realizadas en la tienda de Lima como para cualquier artículo de Louis Vuitton adquirido en otras tiendas alrededor del mundo.
Los famosos peruanos que usan y visten Louis Vuitton
Las celebridades peruanas que visten y compran en Louis Vuitton han convertido la tienda del Jockey Plaza en un referente del lujo en Lima. Jefferson Farfán, destacado futbolista, es uno de los compradores más asiduos de la marca. Farfán ha sido visto en varias ocasiones saliendo de la tienda con productos exclusivos, demostrando que Louis Vuitton es parte integral de su estilo.
En esta foto, Farfán viste la Louis Vuitton x NBA Blue Denim Monogram Zip Hoodie, fuera de stock y valorizada en precio de reventa de hasta $3.500.
En julio de 2023, Christian Cueva protagonizó un incidente curioso durante una de sus visitas a Louis Vuitton. El jugador solicitó que la tienda cerrara momentáneamente para realizar sus compras con privacidad. Aunque este gesto generó críticas en redes sociales, también mostró la importancia que las figuras públicas le dan a su experiencia de compra cuando se trata de marcas de lujo.
Cueva posó recientemente para un carrusel de Instagram en el que aparece con el Dopp Kit Toilet Pouch, valorizado en $990.
Sheyla Rojas, otra de las celebridades más mediáticas del país, ha lucido en diversas ocasiones bolsos y accesorios de Louis Vuitton. En sus apariciones públicas y a través de sus redes sociales, Rojas ha mostrado su preferencia por los productos de la marca, que forman parte de su imagen glamorosa y sofisticada. En noviembre de 2021 fue captada por las cámaras de Magaly TV La Firme comprando unas botas y cartera valorizadas en $5.600, en la tienda de Louis Vuitton Lima.
¿Cómo es comprar en Louis Vuitton Paris?
La ciudad natal de la Maison cuenta con 10 tiendas y dependiendo de a cuál de ellas uno se acerque a comprar, la experiencia será diferente. La atención en la tienda principal de los Campos Eliseos es bastante similar a la de Lima, por ser la tienda más grande y que recibe a cientos de turistas al día. Sin embargo, en tiendas más pequeñas y especializadas de la marca, es posible vivir el lujo en toda su dimensión.
La experiencia es así: desde el ingreso, el cliente es recibido en un ambiente elegante con atención meticulosa. Los compradores son guiados a mesas con sillas altas, y el personal, impecablemente vestido –y con aspecto de modelos– atiende cada detalle. A los visitantes se les ofrece una copa de espumante en copas de cristal, un gesto que hace del momento algo especial, casi ceremonial, donde se siente que cada paso está pensado para elevar la experiencia.
El proceso de selección de los productos también es único. Cada pieza está guardada con sumo cuidado en cajones forrados de felpa, donde los empleados, usando guantes blancos, sacan las carteras y accesorios de sus estuches sin dejar huellas. Esto refuerza la sensación de estar ante algo delicado y valioso. Louis Vuitton en París se distingue por ofrecer piezas exclusivas, muchas de ellas únicas, lo que añade un valor extra a la compra. Para asegurarse de que el cliente pueda ver perfectamente cómo luce cada accesorio, los grandes espejos en la tienda permiten ver los productos en detalle. Una vez seleccionada la pieza, esta es cuidadosamente colocada en la famosa caja anaranjada, que se cierra con un imán, lista para partir a su nuevo hogar.
Louis Vuitton ha logrado establecerse en Lima no solo como una tienda de lujo, sino como un espacio donde el estatus social y el estilo se encuentran. La presencia de celebridades confirma que la marca no es solo un escaparate de productos, sino un reflejo de la identidad aspiracional de sus clientes. Cada visita a la tienda es más que una compra: es una reafirmación del éxito y la pertenencia a un círculo exclusivo. Así, Louis Vuitton no solo viste, sino que transforma la manera en que sus compradores quieren ser percibidos en la sociedad.
Contenido Sugerido
Contenido GEC