El año es 2009. Un niño aficionado a la tabla ha llegado a Lobitos, desde Máncora, para ver a Sofía Mulánovich en la World Surf League (WSL), el circuito que convoca a los mejores surfistas del planeta. Sofi había obtenido el título de campeona mundial de este torneo cinco años antes, por lo que el tour consideró incluir al Perú en su calendario. La playa está abarrotada, pero el niño ha logrado escabullirse y ser testigo privilegiado del triunfo de la sufista peruana ante la australiana Stephanie Gilmore, primera en el ranking. “Este es el campeonato en el que quiero competir”, piensa el niño surfista. “Voy a entrenar duro para estar allí”.
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Hoy ese niño tiene veinticinco años y puede decir que ha alcanzado su objetivo. Se llama Lucca Mesinas Novaro, nació en Lima, pero creció en el apacible norte peruano, corriendo una de la mejores olas de nuestro litoral y alimentándose con leche de tigre y pulpo al olivo en abundancia. Sus padres, Bruno y Verónica, también aficionados a la tabla, habían echado anclas en esa cálida tierra antes de que él naciera: son los propietarios de La Bajadita, uno de los restaurantes más antiguos de Máncora. Ellos le trasmitieron a su hijo su amor por el deporte y la vida sana, e impulsaron su carrera desde que empezó a competir en torneos infantiles.
Lucca explica que el apoyo de sus papás ha sido clave para convertirse en el primer surfista hispanoamericano en clasificar a la categoría masculina del Championship Tour de la WSL. Las primeras cinco fechas, que lo llevarán a correr olas de Hawái, Australia y Portugal, definen si seguirá en el certamen la segunda parte del año. “Prefiero ir al lugar de competencia con varios días de anticipación. Así entreno y me concentro mejor”, confiesa el tablista mancoreño a bordo de su camioneta, mientras buscamos una playa en la Costa Verde para hacer retratos.
Luego de pasar las fiestas de fin de año con su familia en Piura, Lucca estuvo tres días en Lima para cumplir una serie de compromisos con sus auspiciadores, antes de viajar a la primera parada del circuito, en la playa Pipeline de Hawái. El deportista nacional definió su participación en el tour mundial en diciembre pasado, tras quedar en el puesto 6 del ránking Challenger Series, coronando así una temporada de ensueño: medio año atrás había obtenido un histórico quinto lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Ni bien consiguió los puntos que permitieron su clasificación, lo primero que hizo fue mandarle un mensaje de voz a su mamá a través de whatsapp, agradeciéndole por haber creído siempre en él, por haberlo acompañado en los momentos más difíciles de su carrera, cuando era difícil juntar dinero para una bolsa de viaje y las marcas no vislumbraban que sería la gran estrella del surf peruano de estos tiempos. “Lo logramos, le dije”, cuenta Lucca. “Ella me mandó un audio súper emocionada, se le caían las lágrimas. No la quise llamar para no ponernos a llorar, pero fue inevitable”, recuerda.
—¿Qué pasaba en esos momentos por tu cabeza?
Que todo el esfuerzo que hicieron mis padres por mí valió la pena. Ellos son mi principal motivación para ser cada vez mejor y dejar en alto el nombre del país. Toda la vida me han inculcado que me sienta orgulloso de dónde vengo, quién soy y a quién represento. Siempre tengo en eso en mente.
—¿Cuán complicado ha sido para ti llegar este momento de tu carrera?
Lo más duro fue al inicio. Cuando tenía catorce o quince años, y ya necesitaba viajar a competir a torneos de mayor nivel, se me hizo difícil conseguir auspiciadores porque era del norte, de provincia. Todas las marcas estaban acá, en la ciudad, y solían apostar más por los chicos de Lima. Tenía amigos con los que competía y ya eran auspiciados, pero a mí me costó mucho en un principio.
—¿Qué sentías cuando pasaba eso?
De hecho un poco de impotencia. Tuve que esforzarme el doble para tener recompensa. De chico era recontra fan de Quicksilver, me gustaban mucho sus ropa de baño y accesorios. Y hoy es una de las marcas que me auspicia. Pero como te dije, no ha sido un proceso fácil, tuve que lucharla para llegar a conseguirlo.
—¿En algún momento pensaste en dejar el surf?
No, dejar el surf, no. De competir, puede ser, pero tampoco de una manera determinante. A veces hacía viajes larguísimos y perdía en primera ronda, o no pasaba de las preliminares en tres torneos seguidos. Es en esos momentos, cuando no consigues los resultados, cuando estás con las justas de plata, es que comienzas a cuestionarte: ¿Debería seguir haciendo esto? ¿Sería bueno dejar las competencias un rato? ¿O solo debería surfear por diversión? Todas esas preguntas me las hice.
—¿Qué te hacía seguir adelante?
Si bien mi familia me apoyó siempre, creo que al final uno es el que toma sus decisiones. Yo soy una persona bastante propositiva. Tal vez me entraban esas dudas dos o tres días, pero al cuatro yo mismo decía ‘quiero seguir en esto porque es lo que me gusta’.
—En los últimos juegos olímpicos se hizo énfasis en la salud mental de los deportistas. ¿Cómo trabajas ese aspecto?
Cuando eres joven e inicias en la alta competencia, creo que es importante tener la ayuda de algún especialista. Alguien que te oriente a manejar de forma positiva tus frustraciones y derrotas, pues es algo con lo que el deportista profesional siempre va a lidiar a lo largo de su carrera. Yo de chico tuve psicólogos que me ayudaron a enfocarme y estoy muy agradecido con ellos. Pero hoy en día no tengo ninguno, siento que estoy fuerte mentalmente.
—¿Tienes una preparación especial para competir en la WSL?
Para mí lo más importante es conocer la ola. Por eso estoy viajando varios días antes, ya que no he tenido la oportunidad de correr en la playa de la primera fecha. Tengo que habituarme al lugar. Este año voy a dedicarme exclusivamente al tour. Las primeras cinco fechas tengo que quedar en el top 20 para seguir peleando el torneo y mantenerme el 2023 en la misma división. Si no llego a estar entre los 20, tengo que salir del tour y volver a hacer los puntos para clasificar.
—Vas a estar prácticamente un año fuera de casa viajando por el mundo. ¿Qué es lo que más vas a extrañar de tu tierra?
Toda mi vida siempre ha estado vinculada al mar. Pero más allá de surfear, una de las cosas que más me gusta hacer es ir a pescar. También bucear y poder observar la vida submarina. Es algo que me relaja y desconecta. Lo hago desde niño con mi papá.
—Felipe Pomar, leyenda del surf, dice que quiere vivir corriendo tabla hasta los 100 años. ¿Es algo que también te gustaría?
Es un grande, Felipe. No he tenido el placer de conocerlo, solo hemos conversado algunas veces por chat. Pero sí, yo me veo surfeando de viejo. Nunca voy a parar, al menos hasta que me den las piernas. Yo corro olas todos los días. He crecido haciéndolo. Cuando tenga hijos, me gustaría compartir con ellos lo bonito que es la vida en el mar. Así que si puedo correr olas hasta los 100 años, yo feliz. //
***
Días después de nuestra conversación en Lima, Lucca atiende el teléfono desde Hawái, ya listo para enfrentar a Kelly Slater en la primera fecha del tour. A pesar de los 9 mil kilómetros de distancia, no se desconecta de los sucesos del país, como el reciente derrame de petróleo de la empresa Repsol que afectó la costa norte de Lima. Una noticia que, como hombre de mar, lo ha golpeado especialmente.
—¿Qué sentiste al enterarte el reciente derrame de petróleo en la costa de Lima?
Me da bastante molestia. Tristeza también. Creo que mucha gente no se da cuenta la magnitud de los que pasó. Para mí, nuestros océanos son lo más importante en este mundo. Me parece una falta de respeto de parte de quienes son culpables de que esto haya ocurrido. Son cosas que, hoy en día, ya no deberían suceder.
—¿Qué mensaje le debería llegarles a las autoriades y responsables?
Aprender de los errores que cometemos para esto no vuelva a pasar. El mar es un ecosistema fuente de vida submarina que debemos cuidar. No es algo que destaco por ser surfer, sino porque es muy importante el respeto por nuestro entorno. Creo que en estos momentos es donde debemos unirnos como país y tratar de solucionar este problema de la mejor manera. Y lo más rápido posible.
—¿Sientes que estamos cuidando nuestro mar cómo se debería?
Sí siento que lo hemos estado cuidando. Por ejemplo, en cuanto a las olas, hay una organización que cuida las rompientes del Perú, muchas de las cuales están malogradas por muelles o cosas así. Y en general, he visto cada vez más acciones para cuidar a nuestros mares. Pero lamentablemente, lo acaba de pasar, es un retroceso. Estamos volviendo atrás. No podemos dejar que pasen cosas como el derrame de petróleo en la costa de Lima. Proteger nuestro mar es tarea de todos. Sino seguimos cuidando de nuestros océanos, siento que la vida en el mundo se puede acabar muy pronto.
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