Celeste Pérez

(29) no siempre pensó en dedicarse a la actuación. Cuando era pequeña, soñaba con ser veterinaria, hasta que un día un profesor le abrió los ojos con los pros y los contras de esta profesión: “En algún momento te tocará decirle adiós a un animalito, me dijo. Ahí se me cayó la idea. No sabía si podría enfrentarme a eso”, dice.

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También, pasó por su cabeza convertirse en bailarina, inspirada por su madre, quien se dedicó a la danza clásica por muchos años y cuyas fotos inundaban los rincones de su hogar mientras crecía.

Sin embargo, la vida le tenía preparada otra cosa. Los reflectores aguardaban por ella.

¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser actriz?

Creo que no hubo un momento claro en que lo decidí. Pero el arte siempre estuvo presente en mi crecimiento, me gustaba participar en las actuaciones, sobre todo declamando.

O sea, no fuiste una niña con pánico escénico o tímida.

Sentía miedo, sí, pero no dejaba que me frenara. Lo tomaba e igual subía al escenario a declamar. De hecho, atesoro un recuerdo muy importante a propósito de eso. Tenía entre 7 y 8 años, y me encantaba declamar las décimas de Nicomedes Santa Cruz. En una de esas, me vieron y me invitaron al Congreso de la República para un homenaje que le estaban haciendo, para hacer una presentación. Pero no quedó ahí, porque en ese homenaje la familia de Nicomedes me conoció y me invitó a un aniversario de fallecido de él, para presentarme también. Fue hermoso. Ahí caí en cuenta que mi voz tenía mucho poder.

A sus 29 años, Macla Yamada no deja de soñar y no le teme a la crisis de los 30. Le gustaría estudiar psicología, repostería e incluso dedicarse de lleno a su labor animalista. Todo, en paralelo a su carrera en la actuación. (Foto: Richard Hirano)
A sus 29 años, Macla Yamada no deja de soñar y no le teme a la crisis de los 30. Le gustaría estudiar psicología, repostería e incluso dedicarse de lleno a su labor animalista. Todo, en paralelo a su carrera en la actuación. (Foto: Richard Hirano)
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En redes sociales y en la vida real proyectas mucha energía. En el día a día, ¿qué otras pasiones comparten lugar con la actuación?

Me gusta ser muy libre con lo que me gusta. Hoy en día actúo, pero hay otras cosas que también me motivan, otros grandes mundos que me gustaría descubrir. Por ejemplo, me encanta tejer, hago pole dance, ahora estoy incursionando en el streaming con Carlos Orozco, en “Ouke”, y también me gusta la cocina. De repente, los próximos años me meto a algún curso de pastelería, y también me encantaría poder estudiar psicología. Aunque aún lo estoy pensando.

¿La edad es un freno?

En mi caso no, la verdad. Lo que pasa es que quiero poder dedicarle tiempo. Hace un par de años lo pienso, y digo, si no se me va la idea, quizá es porque está esperando que le abra la puerta. Ya veremos, tal vez me meto a estudiar a los 35 o 36, pensando en que a los 40 podré dedicarme a dos carreras (psicología y actuación) en paralelo. Tengo mucha curiosidad de niña, me alegra que eso no se haya desvanecido en el tiempo.

¿Crees que enseñar a niños actuación mantiene esa curiosidad viva?

Totalmente. ¿Sabes que en un principio me daba mucho miedo hacerlo? Es que yo sufro mucho del síndrome del impostor. No me sentía merecedora de pararme frente a ellos y enseñar. Pensaba, ¿qué les puedo ofrecer yo? Pero una de mis mejores amigas, Gina Yangali, me animó y no me arrepiento de hacerlo. Quiero pasar a la historia de los niños que toco como esa profesora que les permitió soñar. A veces ese primer impacto es muy importante en sus vidas.

Hace unas semanas, Yamada debutó en el programa digital “Ouke”, junto a Carlos orozco y Daniel marquina. Su imitación de Tilsa Lozano en ese espacio se volvió viral. (Foto: Instagram)
Hace unas semanas, Yamada debutó en el programa digital “Ouke”, junto a Carlos orozco y Daniel marquina. Su imitación de Tilsa Lozano en ese espacio se volvió viral. (Foto: Instagram)

Hace poco incursionaste en el mundo digital con Orozco y Marquina. ¿cómo te está yendo en ese nuevo espacio?

El streaming es algo que está cobrando mucha fuerza. Me divierto pero aún le estoy encontrando la maña. Las redes sociales traspasan muchas cosas, y definitivamente ahora estoy más expuesta a comentarios. Recién ahora que estoy entendiendo la dinámica y me divierto más libremente, además que Marquina y Orozco son unos capos. Igual tengo claro que no puedo gustarle a todo el mundo, y tampoco pretendo hacerlo. Prefiero vivir feliz y tranquila en lugar de ser infeliz creando una versión que complazca a los demás y no a mí.

Te volviste viral imitando la voz de Tilsa Lozano. Te pusieron muchos apodos a raíz de eso.

Mi favorito es Petilsa. Cada apodo es mejor que el otro, yo me lo tomo con mucho humor. La imitación a Tilsa recién ha tenido su ‘boom’, pero nació en el 2018 en un evento, que dije una de sus frases. Creo que incluso está registrado. Poder conocerla (en “Ouke”) fue igual de lindo y divertido. Tilsa es súper amable, una mujer directa y fresca. También es un poco intimidante, llena el espacio con su energía vibrante.

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Otra de tus amigas más cercanas es Milett Figueroa. ¿Cómo coincidieron y qué las une?

Nuestra amistad nació porque yo soy una juzgona. Yo fui de esas personas que pensó que a Milett le regalaban todo porque era una chica muy bonita. Agarré el libro por la carátula y me fui de cara. Yo se lo confesé, me acuerdo que la invité a almorzar y le dije he sido una de las personas que te ha infligido daño indirecto. Solo necesité cinco minutos para darme cuenta de que Milett tiene una bondad infinita, una mirada transparente y un corazón como ningún otro. Me alegra que sigamos siendo amigas cercanas, la quiero un montón.

Macla mantiene viva su pasión animalista con la comunidad dejando huella encargada de adopciones y apoyo a mascotas en vulnerabilidad, y cuidando de sus engreídos: Kipu, Amelia y Ulises.(Foto: Archivo personal)
Macla mantiene viva su pasión animalista con la comunidad dejando huella encargada de adopciones y apoyo a mascotas en vulnerabilidad, y cuidando de sus engreídos: Kipu, Amelia y Ulises.(Foto: Archivo personal)

Te preparas para debutar en el Gran Teatro Nacional con el espectáculo “Forte”. ¿Qué te está sumando este papel?

Este proyecto ha venido a sacudirme por completo. Llegó en un momento en el que yo ya no quería interpretar a adolescentes, pero cuando me senté a leer más del proyecto me cautivó. Siento que fue una señal para cerrar ciclos en mi vida también.

“Forte” crea conciencia sobre el bullying. ¿Cómo impacta eso en ti?

Aún tengo recuerdos de mi niñez y adolescencia que no son los más lindos, que me duelen aún. Este proyecto ha llegado a curarme, a hacerme dar cuenta de que no soy más esa persona de 15 años y puedo seguir adelante.

La actriz debutará en el Gran Teatro Nacional con un papel que busca crear conciencia sobre el bullying. Ella comparte escenario con Bruno Odar.(Foto: Diana Takahashi)
La actriz debutará en el Gran Teatro Nacional con un papel que busca crear conciencia sobre el bullying. Ella comparte escenario con Bruno Odar.(Foto: Diana Takahashi)

¿Por qué consideras importante que se ponga sobre la mesa el tema?

Porque las cifras son alarmantes. Siete de cada diez niños en el país sufren de bullying. Antes pasaba en el ámbito físico y mental, ahora además se suma el acoso cibernético. Estamos hablando de otra escala de violencia, de acciones que impactan en el cerebro y el alma de niños pequeños, que no están listos para eso. Para mí también es importante abordar la ayuda para ambas partes: el afectado y el incendiario. Quien ejerce bullying está llamando la atención por alguna razón, es una forma de pedir ayuda muy mal dirigida, pero no deja de ser una alerta. //







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