A María Lucía Privat siempre le gustó andar rehaciendo cosas. Eso desde chiquita. Armaba y desarmaba lo que podía en casa como pasatiempo. La relajaba el poder regalarle a los objetos una segunda vida. Por eso, cuando se vio encerrada en su hogar durante la cuarentena, no dudó en retomar el hobby, aquel pospuesto por tanto tiempo al dedicarse al diseño de modas. Lo curioso es que esto devino en la idea de crear una cuenta de Youtube donde ella compartiese lo que sabe. Al programa virtual lo llamó ‘El taller de Malú’. Y tan bien le ha ido que un canal de cable mexicano lo vio y ya le compró 20 capítulos.
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“Estoy muy contenta. Nos ha sorprendido en qué ha terminado todo esto que empezamos en el confinamiento como jugando. En el programa tratamos de presentar proyectos caseros fáciles de hacer con recursos que todos podríamos tener en casa. La idea no es ir a comprar, sino reciclar, aprovechar lo que ya está por ahí a veces desperdiciado”, cuenta el rostro de la marca Privat. Ella agrega que lo primero que hizo fue tapizar unas banquetas con tela que tenía. “Quedaron geniales”, acota. Asimismo ha enseñado a renovar marcos de fotos, pintar repisas, reparar lámparas y hasta preparar pañitos desinfectantes para piel en casa.
La diseñadora comenta que también la impresionó el pedido del canal mexicano del material que ella estaba ‘colgando’ en Youtube. “Lo cierto es que son videos que están bien hechos, con nuestros mismos celulares, pero son de calidad. Esas son las ventajas de vivir con un director de cine y editor que tiene nociones claras de composición e iluminación”, cuenta Privat refiriéndose a su novio, el realizador Sandro Ventura.
“Continuaré con el canal de Youtube y a la par seguiré trabajando con mi marca de ropa. Ahora estoy un poco atrasada con grabar más videos, pero ya nos pondremos al corriente”, afirma.
Seguridad con estilo
En tanto, la coyuntura ha ocasionado que Malú Privat impulse particularmente uno de los brazos de la compañía. “Privat confeccionaba ya las líneas Kids, Teens, para adultos y uniformes para empresas. Esta última siempre tuvo los mismos acabados que las otras, pero también buscaba ser funcional. Ahora, además, queremos que sea segura”. Según afirma, la marca hace casacas y enterizos para motorizados de restaurantes, por ejemplo.
“Y, claro, también hacemos mascarillas. Si son para el uso personal, tenemos de un solo color para que combine con cualquier tipo de ropa. Algunas se personalizan con el bordado de las iniciales del comprador o con el logo de Privat. Hemos sacado unas a las que hemos denominado ‘diadema’ porque tiene unos brazos largos que terminan armando una vincha en la cabeza. Ahora, si las mascarillas son para empresas, bordamos el nombre del restaurante o del trabajador. Es cuestión de conversar siempre con los clientes”, finaliza.
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