-Mariana, esta semana se estrena tu primera obra en los términos que decreta esta cuarentena. ¿Cómo te sientes con este formato? ¿El teatro puede vivir en una videollamada y fuera de un escenario?
-En realidad, no. Obviamente en un principio esto es parte de un impulso, una necesidad de recuperar un poco lo que aparentemente se ha perdido. Pero, en realidad es otra cosa. Es distinto. Tiene muchas similitudes, pero es otra cosa, otra realidad. Se logran otras cosas. De todas maneras resulta retador y divertido. Y por otro lado, también estamos tratando de generar algo que generalmente logramos en el teatro, que es conectar con la gente, con las preguntas que se está haciendo el público e indagar en ciertos temas que le preocupa a la comunidad. Juntos hacer catarsis, digamos. Revolver en esas angustias, en esos miedos y juntos mirarnos unos a otros y quizás con eso apaciguar un poco la angustia que estamos viviendo hoy.
-¿Qué te genera esta temporal distancia que estamos obligados a tener del teatro?
-En un principio me generó una pena muy grande. Yo siento que el teatro, voy a hablar por Lima porque no conozco tanto el teatro fuera de Lima, pero al menos en Lima y en muchos lados del país, el teatro ha ido escalando en los últimos, digamos, 20 años y conquistando públicos y a la vez complejizando sus procesos de producción y también mejorando en calidad. Hay cada vez más dramaturgos y todo esto. Entonces, en un inicio fue un poco desolador pensar que todos estos avances, que todos esos los logros que todavía estaban por ver frutos mas grandes en el futuro, de pronto se iban a tirar al tacho. Pero poco a poco, luego del duelo inicial, muchos trabajadores de teatro hemos empezado a ver posibilidades de creatividad con los medios tecnológicos y también en otro tipo de formas de llegar al público. Y por último, siempre agarrados de la certeza de que el teatro siempre logra resurgir. El teatro ha atravesado muchas crisis a lo largo de su historia. Siempre se ha escuchado aquello de “el teatro ha muerto” a lo largo de su historia...
-Y nunca muere…
-Y nunca muere; por el contrario, se fortalece después de cada crisis, después de cada guerra, después de cada supuesta muerte.
-Claro. El teatro ha acompañado a la humanidad durante gran parte de su existencia.
-Exacto. Es el arte más antiguo y siempre es el espacio donde los seres humanos volvemos para hacernos las grandes preguntas de la humanidad. Entonces, siempre vamos a regresar a él. El tema es que cada cierto tiempo a los teatreros se nos pone todo cuesta arriba. Y el problema no es tanto que el teatro vaya a seguir o no vaya a seguir. Ahorita nuestra gran preocupación es qué va a pasar con toda la gente que depende del teatro, que una vez que se levante la cuarentena no va a poder retornar a sus trabajos. Qué va a pasar con esos teatros pequeños que con mucho esfuerzo se han abierto en los últimos años, qué va a pasar con las pequeñas organizaciones teatrales, barriales, que son el único punto de cultura que tiene muchos lugares de nuestro país. Esa es la preocupación principal ahorita: cómo sostener todo esto. Que su trabajo no desaparezca, porque todo ese esfuerzo toma mucho tiempo y sería una pena que si el teatro demora uno o dos años en resurgir, todas estas organizaciones desaparezcan por falta de recursos.
-Según artistas, escritores, el ministerio de Cultura no está haciendo nada por el sector en este momento.
-Sí, claro. No hay una postura clara del ministerio con respecto a la importancia de la reactivación cultural. En general hay una especie de desprecio hacia todo lo que es cultura y educación en nuestro país y por eso estamos como estamos, obviamente.Y es casi mala palabra defender, digamos, la sostenibilidad de los proyectos culturales que se han quedado un poco en stand by. Creo que ahorita estamos en una situación tan extrema que incluso a la gente del teatro nos cuesta pedir nuestros derechos porque vemos que hay tanta necesidad y hay tanta desesperación. Pero también creo que un país sin cultura, sin espacios de desfogue en los que podamos simbolizar lo que estamos viviendo, va a ser bien difícil que salgamos adelante como país y como sociedad. Necesitamos esos espacios culturales, necesitamos el teatro para pensarnos, para abrazarnos, para comprendernos, para generar identidad también. Y sobre todo empatía, que creo que es algo que falta muchísimo.
-¿De dónde crees que viene este desprecio Mariana?
-Bueno, obviamente somos un país pobre y cuando existe una pobreza tan grande, las prioridades son las necesidades básicas. Pero yo creo que este desprecio por la cultura y por la educación también es parte de un modelo económico que privilegia unas cosas por encima de otras y que va a tener que revisarse. No es posible sacar a un país del subdesarrollo si es que no vas a formar a la gente desde chiquito. No es una cultura de este. A esas horas ya esté diciendo que conectan entre sí. Osea, no es posible salir del subdesarrollo si uno no va a formar a la gente y sobre todo a formar a las personas en el pensamiento crítico, en ciudadanía. Y lo que estamos viendo ahorita es que simplemente tenemos una cultura maravillosa, por el emprendedurismo y cada uno vela por sus intereses. Pero nadie se pone a pensar en la comunidad. En el bien común.
-Hay casi un acuerdo de que todos tendremos que “reinventarnos" tras esta experiencia que nos está cambiando el mundo. ¿A ti te gusta esa palabra?
-No me es ajena la palabra porque yo siento cada momento de dificultad como una oportunidad y siento que que cada vez que enfrento un nuevo proyecto, me estoy lanzando al vacío. Así que no es nada ajeno el término, la reinvención. Lo que pasa es que hay un rechazo a esa palabra ahorita, porque hay también como una presión por ser productivo todo el tiempo. Y eso, sí, no me gusta tanto.Tal vez no dejamos la posibilidad de la introspección, del vacío, del silencio. La hibernación es algo muy importante para los artistas también y para todo el mundo. No tenemos que ser siempre productivos, no tenemos que siempre estar aprovechando. Me parece súper válido que alguien diga “no quiero hacer teatro y no me da la gana. Quiero aprovechar todo este tiempo para hacer otras cosas. No sé, leer”. Porque también el silencio es muy productivo. Es más, me parece importantísimo de vez en cuando hacer una buena pausa de no producción.
Funciones: viernes 29 y sábados 30 de mayo, y viernes 5 y sábado 6 a las 9 de la noche.
Las entradas están a la venta en joinnus.com