La epifanía ocurrió un 25 de diciembre del 2016. Pamela Díaz Escalante era entonces un animal corporativo. Una yuppie consumada. A los 33 años ya tenía la experiencia de más de dos décadas trabajando en distintos rubros de negocios, dado que desde los nueve comenzó a ayudar en la empresa farmacéutica a la que se dedicaba su familia. Para la Navidad en cuestión, de hecho, ya había integrado un directorio junto a puro señor con terno de marca y más de medio siglo encima; ya había sido la cabeza de 800 empleados; ya había vendido asesorías valorizadas casi en un cuarto de millón de dólares. Sueldazo. Camionetaza. Depa en San Isidro. Algo, sin embargo, la tenía hundida en una oscura tristeza. Lo peor es que no tenía claro qué. Porque así pasa también cuando tienes todo y nada a la vez.
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Un día antes, el 24, había visto en Internet una cartera que quería autorregalarse. Escribió a la tienda y le dijeron que pasara por ella. Hoy Pamela recuerda el camino a recogerla como una escena de la película Comer, amar, rezar, con la cual se identifica vívidamente. No había tráfico pese a la fecha. Sí buen ambiente en la calle. “Señorita, lo sentimos, acaban de llevársela”, le dijeron, no obstante, cuando arribó. Un poco desilusionada –nunca tanto–, decidió seguir caminando y llegó a un comercio donde vendían kits de pintura en lienzo para principiantes. Allí por la calle Cantuarias, en Miraflores. Lo pensó unos minutos y decidió adquirirlo, sin saber que estaba llevándose el gran presente de su futuro. Veinticuatro horas más tarde no podía dejar de llorar sentada frente a su primer cuadro terminado. Uno pequeño que ahora cuelga en su taller de Barranco. Eso era. La verdadera vocación, aquella que el mundo corporativo nunca le dejó ver, se había revelado brillantemente. El lienzo no fue lo único que dio a luz aquel feriado. También nació Menta Days, la artista plástica, su seudónimo, la marca. La vida entonces dejó de ser de color rosa pálido para ella y pasó a explotar en mil tonalidades. En mil posibilidades que siguen sucediendo.
CURARSE UNA MISMA
“El menta es mi color favorito desde siempre y Days es mi apellido en inglés. El cambio en mi vida ha sido drástico, claro. La gente creía que me había vuelto loca, que estaba en drogas o curándome de algunos procesos personales. Incluyendo mi familia. Y los comprendo. Yo era la corporativa exitosa, entaconada de arriba para abajo todo el día que, de pronto, quería ser artista plástica. Igual no fue que dejé todo de la noche a la mañana. Por tres años viví en paralelo en los dos mundos, hasta febrero, en que renuncié para siempre al corporativo para seguir mi sueño. Y en eso andamos”, detalla Pamela, limeña, hija orgullosa de padre cajamarquino y madre arequipeña. Cuadros, collages, fotos intervenidas y piezas extraídas del olvido para devolverlas al presente llenas de energía son un poco del trabajo que hace ella día a día.
Muchas obras vendidas aquí y llevadas al exterior, exposiciones y estudios en arte después, han terminado por llevar a Menta Days a compartir su testimonio de vida en talleres, charlas y su inspiradora cuenta de Instagram, a la que siguen más de 14 mil personas.
“Lo que hago es contar mi experiencia, que tal vez pueda serle útil a alguien. Encontré el castillo, pero primero tuve que pasar varias fosas. No solo profesionales, también personales. En un punto creía que mi vida era estudiar, casarme, tener hijos, el perro, la casa y ya, que eso era. Me casé, 500 invitados, fotos publicadas de la boda hasta en los papeles higiénicos. Y a los dos años me divorcié. Eso, entonces, tampoco era. Aparentemente estaba bien plantada, pero no fue así hasta que me conecté con el arte, mi niña interior, con crear permanentemente. Parte de la filosofía en la que creo es que nunca es tarde para ser tu mejor versión”, narra.
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Menta Days, por ello, decidió ir más allá. Pasa que cuando uno está feliz, muy feliz, quiere que el resto lo sea también. De ahí que publicó en el 2018 Reinventa tu creatividad, un libro con actividades para que cualquiera pueda reencontrarse con su lado creativo tan solo con una caja de crayolas o plumones. Quizá aquellos que uno no ha cogido desde el colegio. Hace poco lo ha vuelto a hacer con Reinventa tu creatividad 2, una nueva versión más ambiciosa y completa que la otra, concebida íntegramente durante la pandemia.
“Yo quiero inspirar. Si tu sueño es bailar, cocinar, escribir, puedo ser útil mostrándote unos rudimentos que despertarán tus ganas de hacerlo. Cosas que a mí me han servido”, cuenta una ferviente devota de los milagros concebidos una vez que uno se permite crear. Crear lo que sea, pero crear. “Cuando uno se atreve a vivir una vida creativa más allá del miedo, se atreve al color. Nadie que se ha dado la chance se ha arrepentido”, dice ella desde Tutti, su casa y headquarter, donde vive junto a sus lienzos, su pug Maki y sus muebles y artefactos eléctricos que pueden ser tan vintage como psicodélicos. Toda la cosa con Menta, pues, pinta bastante bien. //
SEPA MÁS
- La última muestra de Menta Days acaba de ser instalada en Chacarilla Design Market. Las piezas están inspiradas en una historia de amor nacida en tiempos de pandemia.
- La artista está preparando un libro autobiográfico que, además, compartirá herramientas para explorar nuestras aristas creativas muchas veces ‘enterradas’ por el miedo a iniciar proyectos o concretar metas.
- Próximamente realizará un nuevo taller virtual de “Desbloqueo Creativo”. Más información en www.mentadays.com o en sus redes sociales.
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