Aceptación: palabra que suena a milagro pero que es realmente complicada de aplicar cuando estamos desconectados de nuestra sabiduría consciente. Y es que la aceptación se presenta como opción ante lo difícil, lo desagradable, lo que no me gusta sentir. En tu mente quizás ronden estos cuestionamientos cuando alguien te dice “acepta cómo te sientes” - ¿Cómo voy a aceptar estar molesto, triste, cansado, ansioso, confundido? ¿Cómo quieres que acepte que me siento mal si no quiero sentirme así? ¿por qué todo siempre a mí? –
Quiero hablarte desde mi experiencia, la aceptación funciona y te ayuda a surfear las olas del sufrimiento cuando el dolor aparece y te resistes a reconocerlo como parte de tu vivencia, pero para eso necesitas, primero, estar presente, para reconocer las emociones que te visitan. ¿Qué son las emociones? Son reacciones psicofisiológicas que buscan adaptarnos ante los estímulos que se presentan en nuestra vida, y te pregunto ¿acaso la vida no está llena de estímulos, momento a momento? ¿Y estos estímulos no están cambiando constantemente? y en alguno de ellos, ¿acaso tú tienes control sobre cuál será el siguiente? La vida es cambio constante y alguno de esos cambios, te generará ira, estrés, incomodidad.
Entonces, ¿por qué crees que estas emociones no “deberían” ser parte de tu vida? Cada una de ellas tiene una función específica, la tristeza se siente ante una pérdida, la confusión ante necesidades insatisfechas, la ira se siente ante los “obstáculos” que nos alejan de nuestros objetivos. Cada una, nos ayuda a entendernos, a conocernos, a saber por qué fue que reaccioné y sentí de esta manera. Sin ellas, ¿cómo podrías transitar el camino del auto-conocimiento, dándote cuenta de las creencias limitantes y paradigmas que te acompañan?, ¿cómo podrías evolucionar?, ¿cómo podrías sentirte vivo? Las emociones difíciles son nuestras aliadas, en ellas encontramos oportunidades preciosas para mirar dentro y encontrar respuestas.
La aceptación es un proceso que no puedes apurar, conforme vas disminuyendo tu resistencia, vas alimentándola y haciéndola más disponible para ti. ¿Estás triste? Reconoce que estás triste, siente la tristeza en tu cuerpo, en tu mente y en tu corazón, pero aquí hay algo muy importante y consciente por comprender, sentir la tristeza no es buscar hacerla más intensa, ¿y cómo la haces más intensa? Pensando una y otra vez en lo que la generó, rumiando en tu cabecita la escena, lo que se dijo, cómo lo dijo y lo que pasó. ¿De qué sirve repetir esto una y otra vez? Estos pensamientos no aportan a tu vida. Vuelve al momento presente y déjalos ir. No quieres hacer más fuerte tú tristeza, lo que tú en realidad quieres es ayudarla a procesar para sanar.
¿Estás enfada@ con tu pareja? Reconoce tu enfado, reconoce que dijo o hizo algo que no te gustó y ábrete a sentir la emoción sin agregarle dramas ni rumiaciones que no generan valor. Aceptar es también dejar ser, y cuando dejas ser, entonces le das espacio a la realidad para fluir, y al fluir, llegará a su fin. Las emociones son energía en movimiento y así como inician y aparecen en tu vida, también terminan y dejan entrar nuevamente la tranquilidad. “Esto también pasará” – me repito cuando una de ellas me visita.
¿Estás confundid@? Son muchas las veces en las que no sabemos qué es lo que queremos, nos hacemos muchas preguntas, pero es importante tener en cuenta que por más que queramos, no podemos controlar el momento en el que lleguen las respuestas, solo podemos aligerar nuestro sentir confundido aceptándolo como unos cuantos días de nuestra vida, en los que estaremos confundidos. Así de simple. Así como hay días felices, también hay días grises. Y no confundas aceptación con resignación, ya que a diferencia de esta última, adoptas una actitud activa en la que decides reconocer las cosas tal cual son y a partir de ese momento, ver con claridad y hacerte cargo de lo que sucede en tu interior y de lo que acontece en tu vida. Aceptar es de valientes, de los que se hacen responsables, y en vez de huir del dolor, aprenden a respirarlo.
Melissa Hilbck es Experta en Mindfulness por la Universidad Complutense de Madrid en convenio con el Nirakara Institute. Licenciada en Ingeniería Industrial, especializada en Finanzas, con experiencia de 9 años en el sector corporativo. Emprendedora de Bienestar y Salud Emocional.