Bruno tiene 42 años y administra Critteria Coleccionables desde el 2007. La tienda es la 5/24 del Centro Comercial Arenales. (Foto: Archivo Personal Bruno Lecca)
Bruno tiene 42 años y administra Critteria Coleccionables desde el 2007. La tienda es la 5/24 del Centro Comercial Arenales. (Foto: Archivo Personal Bruno Lecca)

La tienda de figuras de acción y juguetes de Bruno Lecca tiene un sillón azul de un cuerpo. Un gran sticker pegado en la puerta del local del Centro Comercial Arenales evidencia que se llama , pero todos saben que funge, en verdad, de consultorio al que la gente acude por terapia. El hombre de 42 años es uno de los peruanos que más sabe de la historia que envuelve a estas piezas y esa es una virtud que no cualquiera ostenta. Así, puede hablarte con precisión sobre la colección de He- Man que salió en los 80, pero también de la del 2003. De los Thundercats más vendidos. De los Cazafantasmas mejor fabricados. Y también de los últimos lanzamientos de artículos de Deadpool o Thor –con la cara de Chris Hemsworth-. De lo que se viene en mercadería con The Mandalorian. Del pasado y presente, pues, de la fantasía y la cultura popular hecha plástico. De ahí que, más que clientes, ha formado desde hace 13 años una comunidad de amigos que, por turnos, acuden periódicamente a nutrir sus propias antologías articulables, pero, sobre todo a escucharlo. El relato, en su voz y pasión, de cómo dos chicos que estaban aburridos en sus casas terminaron concibiendo las Tortuninjas, relaja. Entretiene. Distrae. Arrulla. Transporta. Sana.

El aprendizaje y el deleite de la experiencia adrenalínica/nostágica/comercial, por supuesto, va de ida y vuelta. Para Bruno, descubrir dónde residen las necesidades emocionales y racionales de quienes visitan la tienda 5-24 es una gran satisfacción para la vocación. Ya sea conversando, viendo una película en la tele que tiene ahí colgada o haciendo en vivos para las cuentas geek de – de cuyo equipo forma parte-, el diseñador gráfico de carrera también recarga baterías.

“Como toda persona que creció con los padres divorciados, y que además era poco social, me la pasé siempre frente al televisor o en mi cuarto con mis juguetes. Fue muy natural el que eventualmente quisiera dedicarme a algo que tuviera que ver con ellos, cómics, series, dibujos animados, películas. Debo confesar que hubo una época de mi vida que pensé que iba a rendirme frente a la normalidad de una carrera o ir a la oficina. Pero finalmente no sucedió así y estoy feliz por ello”, le cuenta Bruno a Somos. Él estudió diseño gráfico y diseño de interiores, pero luego se daría cuenta que ese no era el camino.

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Su madre, continúa contando, había tenido un stand de juguetes en el Centro Comercial Camino Real. Esto ocurrió en los 80, la época dorada del sitio. Ahí vendía, de contrabando pues, piezas que traía de Estados Unidos, a donde viajaba seguido para visitar a familiares. “Traía las cosas de moda y les sacaba el jugo porque el mercado entonces era reducido. De ella aprendí el teje y maneje del trato con los clientes. Hoy soy muy engreidor con ellos. Me esfuerzo mucho por complacerlos y así somos felices todos”.

En Critteria, el emprendedor también compra figuras de acción. La gente que se aburrió de sus colecciones y quiere renovarlas, o simplemente porque necesita dinero, lo busca muchas veces con tesoros valiosos. “Y también reparamos piezas para que estas acompañen todo el tiempo que se pueda a sus dueños. ¡Nuestra especialidad son las articulaciones!”, dice. La pandemia, que lo obligó a cerrar el espacio entre marzo y noviembre, lo hizo enfocarse más en el negocio virtual, y aunque le fue bien en el principio, hoy le es claro que al peruano le gusta más ver in situ para adquirir. “Le damos fuerza a los dos canales, el presencial y el on-line, así todos podemos estar conectados”, afirma.

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Colección de poeta

Como no podía ser de otra manera, Bruno tiene sus propias colecciones. La más grande es la de Transformers, conformada por unas 800 figuras. “A diferencia de otras que tienen un ciclo de vida, esta se renueva cada año desde 1984. Entonces uno tiene que ir a la par”.

Unas 800 piezas conforman la colección de Transformers de Bruno Lecca. En la foto, solo una parte de ella. (Foto: Archivo Personal Bruno Lecca)
Unas 800 piezas conforman la colección de Transformers de Bruno Lecca. En la foto, solo una parte de ella. (Foto: Archivo Personal Bruno Lecca)

Y, claro, algunas piezas favoritas. Como un portaaviones de los GI Joe que mide 2,30 m. Casi una cama. “Tenerla fue un sueño hecho realidad porque de niño solo era posible ver algo como ella en los avisos de las revistas. Lo compré para la tienda y alguien muy entusiasta se lo llevó. Sin embargo, me pidió que estuviera conservado en mi vitrina porque quería darle un lugar especial en su casa. Así sucedió y él venía a la tienda de cuando en cuando a visitar el portaviones, a conversar, ver tele. Después me confesaría que el motivo real del desprendimiento era que en su hogar ya no cabía un alfiler y que su esposa lo iba a matar. Al final esta regresó a mi poder a crédito de otras tantas figuras. Era el destino porque muchas veces quise quedármelo antes de venderlo. Una vez de nuevo en mi poder, lo llevé a mi casa y ahí está guardado hasta que tenga un local más grande para exhibirlo como se merece”, detalla el ducho. Larga vida a Bruno, comprometido intermediario geek de juguetes y sus dueños. Y, cómo no, también a las representaciones articuladas de la mitología contemporánea que son mucho, pero mucho más, que simples muñequitos.//

El portaviones de GI Joe que mide casi como una cama. (Foto: Archivo Personal Bruno Lecca).
El portaviones de GI Joe que mide casi como una cama. (Foto: Archivo Personal Bruno Lecca).


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