El techo de Gady Gálvez Mendoza, en El Agustino, estuvo dominado en noviembre por un enorme cóndor hecho de fibra de vidrio que no se supone que debía estar ahí. El artista de 55 años, residente en Lima desde 1984, tenía la tarea de moldear y pintar los animales del nacimiento huancavelicano que desde el 10 de diciembre se exhiben en la Plaza de San Pedro del Vaticano por la fiestas de Navidad y fin de año. En la lista encargada figuraban especies del Ande como vizcachas, parihuanas, alpacas; y también carneros, vacas, patos. “Deben de haber sido los 35 años dominando la fibra de vidrio, reflejados en los animalitos avanzados, que casi al final me dijeron que era yo quien debía hacer un majestuoso cóndor de tamaño real. No quiero pecar de creído, pero salió excelentísimo”, relata Gady riéndose. Sin embargo, aclara ya serio, hay otra razón mucho más poderosa. Su oración, la misma que repitió con cariño y fervor cada una de las 100 noches en las que fue a acostarse tras las largas jornadas de labor, fue escuchada. “Niñito Jesús, por favor, ayúdame con el proyecto. Que todo salga muy bien. Así sea”. Y así fue.
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