MDN
(Foto: El Comercio)
Arturo León

Hay algo de lo que Ricardo Gareca no se puede jactar. Para algunos puede no ser algo menor. Lo digo por la historia, la rivalidad. El 'Tigre' nunca ha sacado puntos contra Chile. Enfrentó tres veces al país sureño y siempre cayó. En la Copa América 2015 y los duelos de Eliminatorias a Rusia 2018. Nuestro técnico argentino no sabe lo que es celebrar en el denominado Clásico del Pacífico. Claro, después fuimos al Mundial y ellos no. Finalmente es lo que importa. Pero este viernes la historia es quizá algo distinta. Se trata un amistoso en Estados Unidos. No hay nada en juego: solo la posibilidad de ganar, perder o empatar. 

Si se trata de darle vuelta a la historia, es una buena oportunidad para dejar atrás un pasado reciente negro para la Blanquirroja. 10 partidos, 9 victorias para ellos, solo 1 para nosotros. Así de contundente. Ese único triunfo fue en Lima. Antes del Ecuador-Perú en Quito, debe ser el partido que más festejamos los peruanos. En el último minuto, con gol de Jefferson Farfán y una llama que se mantenía viva. Ni qué hablar de la narración de Daniel Peredo. El 22 de marzo del 2013, Perú derrotó 1-0 a Chile (debutaba Jorge Sampaoli como técnico) pese a hacer un mal primer tiempo, salvar dos pelotas en la línea y no contar con Paolo Guerrero en ataque.

UN PARTIDO DIFÍCIL

El entretiempo fue lo mejor que le pasó a Perú. Los primeros 45' fueron todos para Chile. Era un equipo que tenía fresco el sello de Marcelo Bielsa. Presión alta, recuperación rápida y vértigo en ataque. Ese primer tiempo no estuvieron finos en la definición y se encontraron con buen Raúl Fernández. Lobatón, uno de los tres volantes que alineó Sergio Markarián, fue el que más sufrió con la intensidad del equipo chileno. No se conectó nunca con Cruzado y Cachito -dos fijos en ese momento de la selección- y Pizarro, Farfán y Hurtado quedaban muy lejos de ellos. Perú no tenía conexión de volante-ataque. Abajo, Rodríguez y Ramos (hoy titulares con Gareca) hacían lo que podían. Jhoel Herrera resistía por derecha, lo mismo que Yotún, que por esos tiempo seguía siendo lateral. ¿Cuál fue la fórmula, entonces?

Los cambios de Sergio Markarián dieron resultados. El primero fue Juan Carlos Mariño. Necesitaba alguien más rápido, más potente, con mayor fortaleza física, pero tan capaz con el balón en los pies como Lobatón, quien finalmente dejó el campo. La posesión de balón se equiparó. Perú le robó la pelota a Chile. ¿La consecuencia? Generó ocasiones de gol. Pizarro pivoteava todo lo que podía, Farfán hacía daño con su velocidad y Hurtado con sus centros y lanzamientos envenenados. El técnico uruguayo movió el tablero de ajedrez y vio resultados en el campo. Yordy Reyna ingresó a los 80', potenció al equipo de emotividad (nunca paró de correr para ganar una pelota) y la posibilidad de ganar el partido llegó.

Jefferson Farfán anotó el 1-0 sobre el 87 ' y se trajo abajo el Nacional. Fue un triunfo agónico, de esos que estábamos esperando desde el empate de Fano contra Argentina luego de la gran corrida de Juan Manuel Vargas. 

-"Ahí, Jefferson. Te tenía fe ahí. En el área, Jefferson. De '9'. De punta. Cómo fregamos para que Jefferson juegue ahí. La banda en Alemania, Jefferson. Eres goleador, Jefferson. No sabes cuánto quería gritar un gol tuyo, un gol que tenga peso, que resuelva, un gol que sirva para ganar. Jefferson Agustín Farfán Guadalupe, por su mamasita, nos dice que Perú le gana a Chile"

Contenido Sugerido

Contenido GEC