Por su ubicación geográfica o la fuerza del viento, hay olas que merecen un especial respeto. Los tablistas veteranos aconsejan tenerlo en Puerto Viejo, a 76 kilómetros al sur de Lima. Aunque de lejos su cresta parezca consistente, dominarla es cosa de expertos. Por eso resulta extraordinario ver a una niña de ocho años enfrentarse a esa brava marea. Su nombre es Antonella Caballero y conoce este lugar como su propia casa: sabe por dónde entrar, las corrientes que debe evitar y qué áreas tienen mayor profundidad.
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