Cosas buenas le pasan a la gente buena, dicen. Entonces el joven Luis Solano, a pesar de trabajar empeñosamente en uno de esos call centers famosos por su cargosa insistencia, debe ser una buenísima persona. Él es quien se ganó el viaje doble de Somos y Volt para viajar hasta París y ver jugar al PSG de Mbappé, Neymar y Messi.
Solano debe ser más que bueno porque no es el primer concurso que gana. Ya antes había salido favorecido con una entrada para el partido definitorio en Lima para Rusia 2018 de Perú versus Nueva Zelanda y con un iPhone. Esta vez, a este joven suscriptor piurano de El Comercio le bastó enviar una sola postulación para nuevamente cautivar a la fortuna. El problema fue que su novia y natural candidata a acompañarlo, Elsa, no contaba con la vacunación requerida para volar. Con la anuencia de su contraparte sentimental, entonces decidió llevar a su mejor amigo del trabajo y de Fortnite, el suertudo Caleb Robles. El siguiente obstáculo, barreras que el señor Solano suele afrontar con una sonrisa, era que no tenía vigente el pasaporte. Fácil: se fue a dormir al aeropuerto antes de su vuelo. El día de este cedió su asiento a una pareja que quería ir junta, no importándole que ello le significara viajar en la última fila del avión, al lado de un baño siempre tibio y en actividad. Todo da vueltas: minutos antes de despegar fue favorecido con un upgrade a Business. Solano es de los que nacieron parados.
SOBRE LA CANCHA DE LOS PRÍNCIPES
Más de cien afortunados ganadores de la promoción hecha por el grupo Aje en América y Asia llegaron al mítico estadio del Parque de los Príncipes para conocerlo en privado dos días antes del partido del PSG. Mientras Solano ingresaba al coliseo vistiendo valiente y temeraria camiseta del Alianza Lima, viendo en su teléfono el episodio de Super Campeones referido al partido de Francia versus Japón –”para hacer ambiente”–, cuatro decenas de ganadores desde Tailandia hacían lo propio, aunque rigurosamente enmascarados. Una vez dentro del estadio, los asiáticos desplegaron una inmensa bandera del grupo Aje desde las tribunas, coreando arengas con orgullo. Esta compañía peruana fundada por la familia Añaños en el convulsionado Ayacucho de 1988 está ahora presente en más de 20 países del mundo, y a través de sus productos Volt y Big Kola se ha hecho socia regional del club campeón del futbol francés hasta el año 2024.
La carta que Juan Alonso le escribe a Mbappé
El Parque de los Príncipes fue el lugar de ocio y caza del rey y aspirantes al trono francés. Ha sido escenario de dos finales de la copa del mundo, 1960 y 1984. Pero, lo más importante para la mitología nacional, es que sobre su gramado en 1982 la selección peruana ofreció un balet inolvidable protagonizado por un pas de deux entre César Cueto y Julio César Uribe. Este último desplegó esa noche la plasticidad atlética de una jugada de su creación. Se trata del regate cunda y bajopontino que desafía la geometría del espacio al irse para allá pero regresando por acá que es conocido tanto como la ‘Cucharita’ como por la ‘Elástica.
A la expectativa de los ganadores internacionales por ver en persona a los nuevos monstruos del fútbol, se le sumaba la ilusión de un niño peruano esperando ver el partido a miles de kilómetros de distancia. Vincent Tchoreloff, gerente de auspicios del PSG, leía la carta que este niño le había escrito al 7 del PSG. Empezaba así: “Hola Mbappé, soy yo, Juan, ¿me recuerdas? Soy el niño peruano que estaba peleando contra la leucemia en Nueva York”.
EL NIÑO QUE CONVERSÓ CON MBAPPÉ
En junio del 2020, Juan Alonso Ramírez estudiaba en el Carmelitas y era un niño feliz que se ocupaba de las cosas en que se ocupan los niños, que en su caso era ser el mejor arquero del mundo.
Empezó a palidecer y sentirse permanentemente cansado. Luego le dio covid y vinieron los exámenes de rigor. El diagnóstico no fue bueno, se trataba de una leucemia. Con esfuerzo y ayuda, su madre pudo hacerlo tratar en Nueva York. Su caso era grave y salió del colegio sin siquiera poder despedirse de sus amigos. Estando hospitalizado le ofrecieron cumplirle un deseo. El suyo era casi imposible. Quería conocer a Kylian Mbappé. La ubicuidad del Zoom unió el camarín del Parque de los Príncipes con una habitación clínica donde el rostro de felicidad de Juan Alonso, sin un solo cabello en la cabeza, hacía olvidar la seriedad del pronóstico.
Juan Alonso fue dado de alta en el 2021. Es ahora otro niño. Definiendo su vocación, está dividido entre ser un oncólogo pediatra o un abogado. Ha vuelto al colegio, al arco, y al enterarse de que cabía la posibilidad de hacerle llegar a Mbappé un mensaje se emocionó y se quebró en la carta y videos respectivos.
Luego de agradecerle por ese encuentro virtual que él afirma fue clave en su recuperación, Juan le hizo un pedido al deportista francés. Este era que si nos encontrábamos nuevamente en Qatar no nos volviera a hacer un gol de esos que despejan el humo y matan la ilusión blanquirroja.
Ahora que Mbappé tiene resuelto el futuro familiar de sus próximas diez o más generaciones gracias a una transacción estimada en 300 millones de euros, es de esperarse que el futbolista francés tenga un tiempito para responderle a Juan. La carta está literalmente en su cancha.
Mbappé tiene casi 50 millones de seguidores en Instagram y 6 millones más en Twitter. La mejor hinchada del mundo ya sabe qué hacer: taggearlo en el video de Juan.
EL PARTIDO
El último partido de la Ligue 1 francesa no pudo ser mejor para el PSG. Se enfrentó al Metz, esforzado equipo que tras el choque con el PSG descendió estrepitosamente de categoría, evidenciando que entre sus filas tenía varios discípulos inadvertidos del ‘Cóndor’ Mendoza. La goleada fue rotunda, 5 a 0, con hat trick de Mbappé, gol y disfuerzos de Neymar, el juego sostenidamente apático de Messi y una emotiva despedida de Angel di María. Pero la cereza en la torta de la hinchada local, el éclair de las expectativas francesas para Qatar y el esfuerzo de Aje en su sociedad con el club, fue la confirmación oficial de que Mbappé había estado paseando al Real Madrid todo este tiempo: se quedaba en París, según lo anunció él mismo en la cancha antes del partido. El estadio rugía su nombre y así empezó una noche rotunda para este deportista multimillonario y campeón del mundo de apenas 23 años.
Casi todos los ganadores del concurso peruano vivieron este bombástico derroche de poderío futbolístico qatarí desde la última fila de lo que vendría a ser la tribuna de oriente del Parque de los Príncipes. Eran casi todos porque uno de ellos, junto con su acompañante, se ganó un sorteo interno entre ganadores. El premio era ver el partido desde una zona VIP muy próxima al champagne y a la cancha, hasta donde llegaba casi una brizna de la colonia de Mbappé.
El ganador, no podría ser otro, fue el piurano favorito del destino, Luis Solano. Que San Pedro lo bendiga, pero que ojalá al buen Luis jamás se le ocurra postular a la presidencia del Perú. //
TE PUEDE INTERESAR
- Natacha de Crombrugghe: la misteriosa historia de su desaparición en el Colca, contada por sus padres
- Día de la hamburguesa: ¿cuál es la historia de este platillo en el Perú?
- Ray Liotta: la historia del mafioso que inspiró su protagónico en “Buenos Muchachos”
- Día de la hamburguesa: La Vikinga, el dark kitchen que te permite diseñar tu menú
Contenido Sugerido
Contenido GEC