Rafael Nadal tendrá que esperar hasta mayo para sumar un título más de Grand Slam a su impresionante carrera. El deportista español cayó este miércoles ante el austriaco Dominic Thiem en los cuartos de final del Australian Open 2020. Fueron cuatro sets muy reñidos y tres de ellos se definieron en tie-break.
Thiem, uno de los jóvenes talentos llamados a reemplazar la generación de Federer, Nadal y Djokovic, no solo mostró un extraordinario nivel de juego -su revés a una mano es sencillamente espectacular- sino que tuvo que poner alma y mucho corazón para vencer a un tipo como Rafa.
El español, lo sabe todo el mundo, es incansable cuando está en la cancha. Corre a todas las pelotas, se tira al campo si es necesario y celebra cada punto como si fuera el último. Su motivación interna para recuperarse de los momentos adversos en el juego es impresionante y suele desmoralizar a sus oponentes.
Eso no pasó esta mañana con Dominic Thiem. El austriaco aguantó la embestida final de Nadal, se cayó -literalmente- y se volvió a para contestar todas las pelotas del número uno del mundo y lo terminó eliminando en cuartos de final. Ahora lo espera Alexander Zverev, otro de los jugadores que está dentro de esa nueva camada de futuros ganadores de Grand Slam.