Ragi Burhum (Lima, 1980) se topó con los primeros datos de la peste en el Perú mientras miraba información para catastros mineros, en abril pasado. “La información estaba en un software que yo había ayudado a diseñar en EE. UU., en el 2004”. El ingeniero geoespacial comprobó que la data para entender lo que se nos venía no se estaba utilizando como una herramienta y que eso se convertiría en uno de los principales problemas en esta crisis. Empezó a compartir en Twitter información sobre mortalidad y el promedio de contagios por infectado. Otros investigadores y científicos de la pandemia hacían mapas, ‘semáforos’, analizaban testeos, tasas de positividad o automatizaban datos. Juntos crearon Open Covid Perú, un portal que alimentan de manera voluntaria y que ayuda a visualizar los números de la pandemia. En paralelo, Ragi Burhum adaptó a nuestro contexto la teoría del martillo y la danza (del ingeniero español Tomás Pueyo), llamándola el ‘martillazo y el huayno’. En pocas palabras: implementar una medida drástica como las cuarentenas, e ir poniendo presión o relajando acciones de acuerdo con cómo viene la marea. La realidad nos ha revolcado con una segunda ola que el experto trata, junto con nosotros, de entender.
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