Los sacerdotes peruanos que producen pisco en Mala y ya venden en un supermercado

Está en la Biblia: “Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y abundancia de grano y de mosto” (Génesis 27:28). Ya se sabía desde el Viejo Testamento: la vid no solo es sagrada, sino también generosa. Los sacerdotes de la Congregación de la Preciosa Sangre han puesto en práctica aquellas enseñanzas y se han entregado al trabajo en un pequeño viñedo ubicado en Mala, cuyas tierras son de su propiedad. De allí provienen las uvas quebranta que destinan a la elaboración de un pisco muy peculiar. Lo han bautizado –nunca mejor dicho–como Destila.

El padre Edgardo Chero es quien comanda hoy la misión. Cada uno de los miembros de la congregación tiene a su cargo labores específicas, indica él, pero incluso con protección divina algunas tareas escapan a su conocimiento. Lo que ellos querían era hacer un producto que cumpliese con todos los estándares para la venta al público. “Tuvimos que buscar profesionales que supiesen de siembra, cosecha y procesado del producto de la uva”, sostiene Chero, cada vez más empapado del oficio pisquero. “Esto nos sirve para nuestro propio sustento y también para la formación de jóvenes seminaristas, gastos de salud, ayuda social y misiones en el interior del país”. Detrás del proyecto hay cariño, dedicación y, sobre todo, respaldo de conocedores, añade. “Es una experiencia nueva en nuestras vidas como sacerdotes, pero no por ello hemos dejado de lado nuestras labores pastorales y de evangelización”, continúa Chero. Para probar el fruto de su esfuerzo –aconseja–, lo mejor es servirlo puro o con un par de hielos. Clásicos como el chilcano, el pisco sour y la algarrobina tampoco vienen mal.

“Entonces, ya sea que comáis, que bebáis o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. No lo dijo Edgardo, pero puede encontrarse en Corintios 10:31. //

LO QUE DEBES SABER
Destila está elaborado solo con uva quebranta, nuestra uva bandera. En olfato presenta ligeros aromas frutales, herbales y a pasas negras. En boca es cálido, pero equilibrado. El de 2018 es un lote único que ya puede encontrarse a la venta en Plaza Vea (consultar precios en tienda). La imagen que aparece en la etiqueta pertenece a San Gaspar, fundador de la congregación.