Ha rodado cuatro películas en los últimos ocho meses, y el entusiasmo como consecuencia de esa venturosa circunstancia es evidente a través de la pantalla del Zoom. Salvador del Solar, amable, calmo y distendido de palabra, relata que vive un extraordinario tiempo inmerso, como actor, director y guionista, en proyectos que le han confirmado lo que desde hace casi 30 años dice ser por sobre todo: un comunicador. Hoy, trabaja en Argentina y culmina su intervención como parte del elenco de su primera película en ese país, “Operación Relleno”; sin embargo, estuvo en Lima no muchas semanas antes filmando otra cinta, “Astronauta”. Y en el interín, entre locaciones, dándole los toques finales al guion de lo que será su segundo largometraje como director: “Un lugar para Ramón”. Las tres cintas coproducidas por Tondero. De todo eso conversa con Somos, pero también de la vida tras su incursión en la política peruana, de la que hoy está desligado por completo.
MIRA TAMBIÉN: Luis Horna: “El futuro del tenis peruano me llena de esperanza”
—Vas de un lugar a otro. ¿Dónde radicas realmente?
En Lima. Lo que pasa es que viví muchos años en Colombia, mi hija mayor, de hecho, sigue allá, por eso voy frecuentemente. Trabajo allá también. En los últimos tiempos he estado alternando, además, con Buenos Aires donde acabo de actuar en una película que tentativamente se llamará “Operación Relleno” con Carla Peterson y Julieta Ramírez. Pero yo vivo en el Perú.
—Hace no tanto también terminaste de filmar “Astronauta”, la ópera prima de Paul Vega.
Sí. Paul Vega es un gran amigo mío, ambos comenzamos nuestras carreras casi al mismo tiempo. Él me mandó un mensaje pidiéndome que leyera el guion y que evaluara si me interesaba uno de los personajes. Lo hice y me pareció que este era profundo, sutil, detallista. Claro que acepté.
—¿Cuál es la trama?
Es la historia de una pareja interpretada por el actor uruguayo Daniel Hendler y Angie Cepeda. Él es un exitoso conductor de TV que empieza a aburrirse de su buena suerte. Un hombre en sus 40 que tiene pendiente resolver algo con sus sueños de ser escritor. Su esposa es una fotógrafa publicitaria. En medio de ese contexto, ambos se reencuentran con Javier, mi personaje, gran amigo de la universidad de los dos. Entre este último y ella surge la sensación de que hay una atracción no resuelta en el pasado.
—Coincides nuevamente con Angie Cepeda. ¿Estos encuentros profesionales son adrede?
Nunca lo hemos buscado, por eso sentimos una alegría grande cuando sucede. Mi carrera me regaló la oportunidad de trabajar con Angie en proyectos que fueron tan importantes en la vida de los dos, pero sobre todo nos dio esta amistad tan bonita.
"Yo no planeé ser ministro de Cultura o presidente del Consejo de Ministros, pero sucedió y traté de asumir el reto con responsabilidad. Pero yo soy actor, director y guionista"
—¿Surgió algún conflicto en ti por volver a actuar tras haber asumido dos de los cargos públicos más importantes del país?
Siempre tomé con profundo agradecimiento el haber servido a mi país. Yo no planeé ser ministro de Cultura o presidente del Consejo de Ministros, pero sucedió y traté de asumir el reto con responsabilidad. Pero yo soy actor, director y guionista. Entrar en política implicó un cambio de carril bastante drástico. Fue tanta la intensidad de esos trabajos (en el Estado) que al terminarlos me quedé con la sensación de que necesitaba respirar. Entonces, no me pareció tan sencillo retomar mi actividad actoral.
—¿Cómo se produjo esa reconexión?
Lo primero que hice después de pasar por el servicio público, ya en el 2020, fue un monólogo que escribí y se llamaba “Varado”. Mi adorada amiga Norma Martínez lo puso después en soporte audiovisual porque estábamos en pandemia. Lo escribí a partir de esa sensación rara de no saber dónde estaba o cómo aterrizar.
—La pandemia colaboró con esa pausa también.
Sí. Pero luego me di cuenta de que ya no estaba siendo convocado como actor y director. Ya solo me tenían en cuenta en la esfera de lo político. Joana Lombardi fue la primera en preguntarme si quería volver a la realización audiovisual. Claro que quería, y así codirigí una serie para ‘streaming’ sobre Los Prisioneros. En ningún momento pasó por mi cabeza no volver a actuar. Tenía clarísimo que a eso iba a regresar, así como a impulsar proyectos de escritura de ficción.
—Había más historias después de dirigir y escribir “Magallanes”…
Claro. Estas se pusieron en pausa cuando llegó la convocatoria al servicio público.
—¿En alguna estás trabajando?
Sí, he estado escribiendo el guion de mi segundo largometraje durante los dos últimos años junto a Héctor Gálvez. El título tentativo es “Un lugar para Ramón”. Esperamos comenzar el rodaje a fin de año. Aborda la vida de Ramón, un joven que en el confinamiento de la pandemia recibe las cenizas de su padre con el que no tenía cercanía. Se queda encerrado con eso y también con varios asuntos pendientes de esa relación.
—Acabas de cumplir 53 años, ¿qué te motiva a darle luz verde a un proyecto?
En esta etapa de mi vida, he tomado con mucha alegría participar en proyectos audiovisuales. Desde setiembre hasta hoy, he participado en cuatro películas. A los 53, agradezco mucho el estar en el lugar que elegí: contando historias.
—No es muy conocido esto, pero eres también conferencista.
Sí, lo he estado haciendo con cierta frecuencia desde la pandemia. La virtualidad promovió el ofrecimiento de dictar estas conferencias en torno a temas que me interesan mucho como es el de las vocaciones y la ciudadanía. Me gusta compartir ideas que espero puedan ser valiosas y motiven a la reflexión.
—¿Continúas alejado de la vida política peruana?
Sí. Apareció la oportunidad de servir a mi país en el pasado, pero en esencia soy comunicador. Estoy por cumplir 30 años en el terreno de la actuación, dirección y narración de historias y eso me tiene contento.
—Escribías columnas en El Comercio y “El País América”. ¿Tampoco volverías a ello?
No en este momento. Dejé de escribir columnas políticas porque entendí que había mucha gente que me vinculaba a esa temática. Podía generar confusión y expectativas de que yo tuviera alguna participación política que no pienso tener.
—¿Por eso no tuiteas desde hace un año?
De alguna manera. Dejé Twitter porque no encuentro un terreno fértil para nada de lo que me interese. No es un espacio real para conversar con algún ánimo constructivo.
—Y como peruano de a pie, ¿qué reflexión te suscita la coyuntura nacional hoy?
Creo que hoy hay una enorme oportunidad, y también una necesidad, de que nos fortalezcamos como ciudadanos. Con ello se pueden resolver tantos desafíos que tenemos. Necesitamos partidos políticos de verdad. También liderazgo que tenga representación en los ámbitos local, regional y nacional. Eso se consigue con educación. Este momento de hartazgo de la política en el que vivimos nos juega en contra, pero creo que nada se queda quieto nunca. La apuesta está en las nuevas generaciones. //
OPERACIÓN RELLENO
Título tentativo de la primera película argentina en la que participa. Acaba de terminar el rodaje en Buenos Aires. Actúan también las reconocidas Carla Peterson y Julieta Díaz.
AUTOGOL
Así se llama la primera serie original de Paramount+ filmada en Colombia en la que Del Solar actúa. Está basada en la novela del escritor Ricardo Silva Romero que aborda el asesinato del jugador de fútbol colombiano Andrés Escobar, quien con un autogol marcó en favor de Estados Unidos durante el Mundial jugado en ese país en 1994. El peruano interpreta a un locutor de TV. Aún no hay fecha de estreno.
SOLTERA CODICIADA 2
En la segunda parte de la comedia romántica escrita por María José Osorio, por estrenarse el 6 de julio, Salvador del Solar toma el rol del padre del personaje de Gisela Ponce de León. La madre es Norma Martínez.