Miguel Villegas

El fútbol peruano no es una fábrica de cracks. Por eso es tan doloroso cuando un jugador con potencial se ciega ante el primer flash. Y tan costoso para una selección que, pese a tener intacto el sueño Qatar 2022, busca oro entre escombros. Son las dos orillas: hay muchachos mediáticos desde la primera foto, y hay otros, acaso menos perseguidos, que crecen en el silencio. Sin prensa. O mejor, entregan mensajes sin pirotecnia. De estos últimos, el mejor ejemplo en la selección es arquero y capitán, acaba de batir un récord con su club en EE.UU. y se llama Pedro Gallese.

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