“El ‘cachetón’ estaba cercado”. Es lo que responde el coronel PNP Guillermo Bonilla Arévalo cuando le consultamos cómo se movían los hilos en el interior del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) a una semana de dar el gran golpe, hace ya 30 años. “Veníamos trabajando con mucha cautela más treinta meses, pero no podíamos perder la paciencia. Como los buenos cazadores, había que ir paso a paso tras los rastros de la presa”, comenta el también secretario ejecutivo de la macro región policial Lambayeque.
CORRECCIONESEsta nota fue publicada originalmente en la edición impresa de Somos del 5 de septiembre del 2021
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