Esta historia inicia en color sepia o azulado, como en el clásico preámbulo de un cómic antiguo. De noche, en la cama de un hospital, un niño enfermo aguarda un diagnóstico que ya va tardando días. Con esa inquietud, mientras se distrae con el ballet de luces de la calle que se proyectan en su habitación, el pequeño piensa qué pasaría si su superhéroe favorito, el Hombre Araña, entrase al cuarto para hacerle compañía u ofrecerle algún consuelo. Pero esa visita tarda más que el diagnóstico. De hecho, nunca llega.
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El letrero de nuestra historieta marca ahora un salto: “Año 2022″. Jorge Huamán (22), el niño enfermo, es ahora un estudiante de Medicina con una identidad supersecreta: es el Hombre Araña para los niños del Hospital Rebagliati, a los que suele distraer de su dolor con visitas tan sorprendentes como el personaje. Nada más conmovedor que la mirada de un niño cuando ve algo inexplicable. Cuando pasa eso, Jorge se siente bien. Es lo que le habría gustado a él de niño y es como si un círculo se cerrara. Insertar el cartel de “Fin” para esta historia. O un “Continuará...”.
En su casa de San Martín de Porres, este Spider-Man peruano nos enseña fotografías de cuando tenía siete u ocho años y ya vestía un traje rojiazul de modesta confección. Con el tiempo, Huamán se ha obsesionado tanto con la idea de recrear los trajes de la araña que no ha escatimado gastos a la hora de elaborarlos a mano, con pinturas especiales e impresiones 3D. Incluso ha sido contactado por el vestuarista que diseñó el traje de Tobey Maguire en la primera trilogía de Spider-Man, que lo felicitó y le dio consejos para poder hacer más realista su trabajo, por ejemplo, en los ojos característicos de la araña.
Con casi medio millón de seguidores en Tik Tok (búsquenlo como Spider.peru), Jorge cuenta que la suya es una labor sacrificada. Tanto, que los doctores le han dicho que para su edad tiene las rodillas de un abuelo. Hacer la clásica pose arácnida, la de cuclillas con pierna extendida, cansa y duele. Le han diagnosticado condromalacia, grado 2, que es un desgaste de cartílago producto de esa postura maldita. Lo que callan los superhéroes...
EL PERUANO QUE DIBUJÓ A SPIDER-MAN
La estela de Spider-Man, un personaje creado hace 60 años por la imaginación de Stan Lee y Steve Ditko, ha tocado de diferentes maneras a muchos compatriotas, desde el fanatismo puro y hasta en lo laboral. Es el caso de Diego Olórtegui (34), quien no necesita mayor presentación. Su sola presencia en la tienda de cómics y mangas Akabane, del último piso del Centro Comercial Arenales, causa algarabía, sobre todo entre los vendedores, que son los más conocedores. No es por nada: es el peruano que ha dibujado a Spider-Man para Marvel Comics, en algunos números en los años 2018 y 2019.
“Para mí fue un logro desbloqueado y un honor. Creo que cuando uno se proyecta a dibujar en grandes editoriales, sueña con hacer a Batman, si trabajas para DC Comics, o a Spider-Man, si lo haces para Marvel. Dibujar al Hombre Araña para mí ha sido un honor tremendo y un objetivo desde que comencé”, recuerda Diego, que hoy día dibuja como free lance para la rival de Marvel, la DC Comics, en la serie New Golden Age, con guion de la leyenda de la historieta Geoff Johns.
UN SUPERHÉROE MUY CERCANO
Cuando Stan Lee concibió al Hombre Araña en agosto de 1962, para el número 15 de Amazing Fantasy, lo hizo con una idea muy especial en mente: que este fuese capaz de reflejar en su personalidad las angustias y ‘paltas’ de un adolescente típico. Atrás quedaban los enmascarados afectados por una distante seriedad. El Hombre Araña era cínico, un poco bromista y un tanto nerd. Todo esto respondía a necesidades creativas, pero también de mercado, pues para entonces eran los chiquillos el segmento de mercado que más crecía en Estados Unidos.
De su idea de un superhéroe que tuviese problemas románticos y se avergonzara de su acné salió el personaje de Spider-Man. “Es un héroe cercano. Porque el Capitán América es un militar. Iron Man es un millonario. En cambio, Spider-Man es un chico que va al colegio o a la universidad, y por eso te identificas más con él. Sus problemas son cotidianos porque probablemente te han pasado a ti”, cuenta el abogado Alex Pinedo-Mindreau, 28 años, con 37 mil seguidores en Tik Tok en su cuenta (Coleccionista.pe).
Pinedo-Mindreau junta figuras desde que empezó a ganar dinero y ya tiene más de 150, algunas tan caras que podrían costar más de mil soles, como la de Andrew Garfield, de Amazing Spider-Man 2, de la marca Mafex. “Me costó menos porque busco los mejores precios en Internet. Casi siempre compro a costo de preventa”. Alex también destaca por su trabajo personalizado. Puede elaborar cabezas nuevas a sus figuras, a veces con un mayor detalle que las originales.
Por los 60 años de Spider-Man, el mercado se ha inundado de productos licenciados que se pueden ubicar en diferentes malls de Lima. Se puede encontrar desde poleras y gorros, hasta zapatillas y sets de Lego. Por su parte, las películas y las series de Spider-Man se pueden ver completas en el servicio de streaming de Disney+. Los fans más antiguos conocieron al personaje por las historietas. El resto, por las películas. Es el caso de Jorge Huamán, el Spider-Man peruano. Junto a su mejor amigo y su hermanito, de 15 años, futuro genio de los efectos especiales 3D, disfrutan de El Hombre Araña 3, esa de los memes y el famoso traje negro. Se la saben de memoria y hasta pueden recitar los diálogos y canturrear toda la banda sonora. Más adelante, los tres intrépidos le ponen pausa, se visten para la foto y salen a disparar telarañas imaginarias desde el techo de su casa. //
Hasta el verano era posible encontrarse en calles de Lima a un Spiderman singular, que se subía a los techos de los buses para hacer diversas acrobacias. Se hacía llamar “el spiderman busetero”, que es el nombre que le pusieron en Ecuador a este peruano llamado Jorge Luis Hidalgo (35). Treparse a los autos y entretener a los transeúntes por los 90 segundos que dura una luz roja era un arte que dominaba. Las propinas eran generosas. Por estos días, Hidalgo ha vuelto a ecuador, nos cuenta al teléfono. Pide que no lo extrañen, que ya pronto vuelve.