Terminado el primer tiempo entre los Dallas Cowboys (28) contra los Buffalo Bills (10), aparece una cuenta regresiva, de la Radio City Music, anunciando al artista. En una de las pantallas, se ve la figura de Michael Jackson y se eleva hasta que hace su gran aparición como por arte de magia. Lo mismo ocurre en otra pantalla que está al extremo del estadio. Los gritos se vuelven ensordecedores. De pronto, hay una inmensa explosión y el cantante brinca en medio de ella. El público pierde los estribos. Y es que -sin saberlo- van a ser testigos de cómo la historia del halftime show del Super Bowl está por cambiar para siempre.
MIRA: Stephanie Cayo y Maxi Iglesias: la historia detrás del romance que protagonizan en la ficción de Netflix y en la vida real
Dos días previos a la presentación, Michael Jackson había coordinado con el equipo de producción que él iba a marcar el inicio del concierto. La señal: quitarse los lentes. Llegó el 31 de enero de 1993. El astro estaba en medio del estadio de Pasadena en California, vestido como militar, usando los clásicos lentes negros. Tardó aproximadamente minuto y medio en retirárselos. Los 90 segundos más largos para producción. Hasta que -finalmente- voltea la cara, da la señal e inicia con Jam.
Michael Jackson, cual mago, tenía encantados a los asistentes. Las explosiones anuncian que la primera canción acabó, pero lo mejor está por empezar. El artista se quita abruptamente la casaca militar y conserva su -icónica- camisa blanca. El ritmo de la batería solo confirma el siguiente single. Jackson se coloca el sombrero negro con brillos, se coge la cabeza y hace su singular pose. Le siguen unos complicadísimos movimientos de piernas. Billie Jean y el paso lunar se apoderan del recinto.
Habían pasado solo cuatro minutos y el ex Jackson 5 había revolucionado la industria del entretenimiento en los eventos deportivos. Apostó a ganador. Siguió con el infaltable Black or White. Al final, unas banderas que venían de ambos extremos del estadio no solo cierran la canción, sino también ofrece una experiencia visual al espectador detrás de la pantalla. Gritos y aplausos se escucharon durante todo un minuto.
El reto; sin embargo, venía a continuación. Las estradas empiezan a alzar unas hojas bond de varios colores. A lo lejos se logra apreciar los dibujos de niños de todo el mundo. “Hoy nos levantamos juntos en todo el mundo uniéndonos por un propósito común de rehacer el planeta y llenarnos de felicidad, entendimiento y cosas buenas. Nadie debería sufrir, especialmente nuestros niños. En estos tiempos, debemos tener éxito. Esto es para los niños del mundo”, dice Michael Jackson como introducción a Heal The World. Unos 3 mil 500 pequeños de todas las culturas llenaron el escenario. Un globo de la Tierra se infla y -con el estadio a una sola voz- el espectáculo concluye con fuegos artificiales.
La National Football League (NFL) tomó la iniciativa de buscar grandes artistas para el halftime y atraer a más público (enfrentaba una fuerte crisis en 1992: el 22% de los espectadores dejaron de ver el partido por falta de interés). Radio City Productions, encargada de la producción en 1993, mostró un interés particular por Jackson (por ese entonces estaba en plena gira Dangerous World Tour) y negociaron con su entonces mánager Sandy Gallin. Luego de tres tres intentos fallidos por contratarlo, el Rey del Pop accedió a presentarse en el espectáculo. Esos 13 minutos cambiaron la historia del Super Bowl. El halftime rondaba los 100 millones de espectadores y había superado al público que vio todo el partido durante ese día.
MIRA TAMBIÉN: El nuevo rumbo de la Rosa Náutica: un lounge en el muelle y platos para compartir
El espectáculo ayudó a que el entretiempo se convierta en un evento de gran relevancia. Michael Jackson, más allá de las controversias, abrió el camino para que cada año, la compañía productora se encargue de buscar a los más grandes artistas para presentarse y ofrecer un evento de calidad que el público merece. //
VIDEO RELACIONADO
Contenido Sugerido
Contenido GEC