El 2023 terminaba cuando una noticia aparecida en la agencia gubernamental Andina nos llegaba como si proviniera de una realidad paralela: “El Perú cada vez más cerca de construir su primer puerto espacial”. Los comentarios en las redes sociales fueron desde el asombro y el escepticismo hasta la burla. ¿Cómo un país que se demora diez años en construir cinco kilómetros de un tren se alista a meter sus manos en una empresa de esa envergadura? ¿Qué implica, además, que el Perú cuente con un puerto de este tipo? ¿Es ciencia ficción?”.
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Pues no, no se trata de un sueño o un delirio. Según el Informe Multianual de Inversiones en Asociaciones Público-Privadas 2023 del Ministerio de Defensa, este es un tema muy concreto y posible. De hecho, ya se formalizó la intención de construir este puerto espacial en una base de la Fuerza Aérea del Perú, posiblemente en Talara. La misma FAP compartió un tuit a principios de año con una imagen futurista, posiblemente creada con inteligencia artificial, donde se observan transbordadores espaciales esperando su turno para despegar, como si estuviesen en una pista tugurizada de nuestro aeropuerto Jorge Chávez.
Un puerto espacial, aunque pueda evocar imágenes de “Star Wars”, es en realidad una infraestructura bastante más terrenal. En Sudamérica, el único existente se encuentra en la localidad de Kourou, en la Guayana Francesa, y es actualmente utilizado por la Agencia Espacial Europea para llevar a cabo sus lanzamientos. “La conveniencia de hacer puertos espaciales cercanos a la línea ecuatorial es porque los cohetes tienen que ser lanzados hacia el este, y en esta zona se aprovecha la velocidad angular de la Tierra. Se usa menos combustible y se genera más velocidad para el cohete en su salida del planeta”, explica Andrés Paredes, comunicador con estudios de Ciencia Política y Relaciones Internacionales y un apasionado del tema espacial.
Si nuestro país se convierte en un ‘hub’ internacional para el lanzamiento de cohetes, supondría una ventaja estratégica. “Algo así nos pone cerca de lo que podría ser el nuevo despegue de la carrera espacial, que ha estado adormilada desde hace medio siglo. Ahora, ves que China tiene la disposición de poner un hombre en la Luna, lo mismo que Estados Unidos con su proyecto Artemis. Y la India ha puesto un rover en el polo sur lunar. Otra ventaja para el Perú es el intercambio tecnológico que tendría la FAP con Estados Unidos, con quienes ha hecho el trato”, apunta Paredes.
PERUANOS QUE VOLARON ALTO
Cuando se piensa en la relación que tiene nuestro país con el espacio exterior, la figura que viene a la mente es la de Pedro Paulet, conocido como el padre de la astronáutica y un pionero de la era espacial. Su contribución más significativa fue la construcción del primer motor cohete propulsado por propelentes líquidos. A principios del siglo XX, ya había diseñado este motor y hasta ideado una nave voladora, el famoso avión torpedo. Sus inventos estuvieron décadas adelantados a su tiempo y son reconocidos en el mundo. Es por esta razón que la agencia espacial peruana, Conida, ha nombrado a los cohetes con sondas que ha lanzado con el apellido del ilustre peruano.
También se recuerda el caso de nuestro compatriota Carlos Noriega, el astronauta de la NASA que en mayo de 1997 recibió su primera misión fuera de la Tierra. En su tiempo en actividad, el peruano pasó un total de 461 horas en el espacio, dedicando 16 de ellas a paseos espaciales. Noriega incluso llevó chicha al espacio para celebrar el acoplamiento del transbordador Atlantis con la estación rusa MIR. También se cuenta que portó una bandera bicolor. En la NASA, trabaja además la ingeniera astronáutica peruana Aracely Quispe, quien formó parte del proyecto del telescopio espacial James Webb.
El campo de la ficción también está repleto de fantasías acerca de peruanos que abandonaron la órbita terrestre. Desde la destacada obra de Daniel Salvo y su libro de cuentos “El primer peruano en el espacio”, hasta best sellers como “Yo visité Ganímedes”, que en 1972 presentó las supuestas memorias de un peruano que viajó hasta la luna de Júpiter para encontrarse con una civilización alienígena. Aunque el libro se vendió en todo el continente, su autor, Yosip Ibrahim, confesó al final de sus días que todo fue inventado.
En el teatro destaca la obra “Astronautas”, que narra la historia de tres peruanos enviados a la Luna como parte de un ficticio programa espacial creado por el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas. Este recuento no estaría completo sin mencionar a “El Súper Cholo”, el personaje de caricatura de El Comercio, que se aventuraba a otros mundos para vivir emocionantes peripecias espaciales que dejaron una marca indeleble en más de una generación. //