Dibujos animados en los años 80 se hicieron por montones, pero lo que pasó con “Transformers” fue único. Los chicos del ayer quizá recuerden a los “Gobots”, una serie animada que presentaba a unos robots bien feos capaces de transformarse en autos y aviones. Tuvieron sus cinco minutos de fama, siendo buenos, pero cuando aparecieron los “Transformers” fue tal la revolución que erradicó a los primeros para siempre. La creación de Hasbro era de otro lote: la historia de la guerra entre Autobots y Decepticons era apasionante. Los dibujos estaban hechos con cariño. Las transformaciones mecánicas tenían lógica. Igual, ni el más adivino hijo de la crisis económica hubiera imaginado que casi cuarenta años después se seguiría hablando de Optimus Prime y Megatrón. Menos aún que Hollywood iba a venir al Perú, el país del que todos querían fugar entonces, para filmar una película sobre los robots que les quitaban el sueño.
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Los tiempos han cambiado y “Transformers” también. Muchos de sus fans son ahora adultos amantes de los ‘fierros’ o nostálgicos a los que nunca les compraron un robot y hoy se gastan su sueldo en costosas figuras de colección. En ese mundo del coleccionismo no hay techo, y en la Asociación Cultural Transformers-Cusco lo saben. Su nueva afición ya no es comprar figuras, sino autos de verdad, idénticos a los de las películas. “Somos el único club que tiene más de doce autos réplicas de los que se ven en las películas”, cuenta Emilio Mejía, de la asociación. Él, junto a los hermanos Farfán, familia cusqueña que colecciona autos, estuvo la semana pasada para concretar un anhelo: comprar un camión Freightliner de 1975, idéntico al líder de los Autobots, Optimus Prime.
Fue una búsqueda de meses en la que hallaron doce camiones en Lima, en estado ruinoso la mayoría. Así, hasta que dieron con el modelo ideal, un vehículo jubilado que acumulaba óxido en un canchón del Callao luego de medio siglo dedicado al transporte de pescado. Como si fuera una señal, el camión cumplía con otro requisito: no tenía papeletas. Si debía encarnar al buen Optimus Prime, tendría que ser una máquina noble, sin problemas con la justicia. El Optimus Prime peruano, que venía pintado de premonitorio color rojo cereza, partió rumbo a Cusco esta semana. Allá será ‘enchulado’, puesto a punto y sacado a pasear para el próximo estreno de “Transformers: El despertar de las bestias”.
UNA SAGA CON VIGENCIA
En el Perú, los fans de la franquicia se articulan en un gran club que este 2023 cumple 20 años de fundado. La comunidad se llama Transformers Perú y la creó David Buenaño, psicólogo organizacional que posee más de 7.000 robots. Su colección es tan grande que ha creado su propio museo, ubicado en Mall del Sur. Se trata de una exhibición permanente con robots de distintas épocas y rarezas como el cómic de Marvel que salió incluso antes de la serie. “El éxito de ‘Transformers’ radica en sus componentes mitológicos, como el eterno conflicto entre el bien y el mal. Además, para los niños tener un robot transformable siempre fue como tener dos juguetes en uno”, dice. Imposible competir con eso. Otro factor que explica la vigencia de esta historia es que siempre ha cambiado. Comenzó siendo una serie en 2D. En los noventa fue animada mediante tecnología 3D (“Beast Wars”) y en el siglo XXI empezó su nuevo ‘boom’, con el estreno de las películas ‘live action’.
Así llegamos a “Transformers: El despertar de la bestias”, filmada el 2021 en lugares como Cusco y Tarapoto. Fue una producción que se realizó contra viento y marea, porque faltaba legislación y sobraba burocracia. “Se filmó en el Perú gracias a que la producción se empeñó en hacerla aquí, porque bien se pudo hacer en otro país que considerasen más competitivo que el nuestro”, comenta Bruno Canale, de Apu, la empresa responsable de la producción y logística de la película por el lado peruano. Acaso por esas trabas, que aún deben superarse, es que la película “Paddington en Perú” se rodaría en gran parte en Colombia, sostiene el productor.
Las tareas que tuvo que cumplir Canale y equipo para lograr el cometido fueron titánicas, sobre todo porque somos un país virgen en proyectos así. Nos sacan ventaja Colombia, Brasil y México, destinos más amigables para filmaciones. “Fueron meses de coordinaciones en el ámbito gubernamental. Nos apoyó mucho Promperú. Por ejemplo, se tuvo que conseguir un nuevo tipo de visa para que la producción pudiera trabajar, pues no existía una que se ajustara a la necesidad. Gracias a ‘Transformers’ ahora sí existe, se llama ‘visa de producción artística’”, explica. Importar los vehículos fue otro parto, pues las leyes peruanas poco más y consideran chatarra fuera de circulación a los hermosos autos ‘vintage’ que se ven en la película.
Del rodaje, Canale recuerda el esfuerzo que constituyó filmar el pasacalle en la Plaza de Armas de Cusco. En esos días, la producción daba de comer a 1.500 personas. “Como anécdota nos pasó que nos desplazábamos con el camión de Optimus Prime por calles estrechas, y ocurrió que chocó algunas veces. Se arregló con los dueños, pero ellos parecían felices. ‘¡Me ha chocado Optimus Prime!’”, decían, emocionados. Eso no sucede todos los días. //
Transformers: El Despertar de las Bestias" tendrá un 'Avant-Première' en Cusco y Tarapoto el 3 de junio. Y en Machu Picchu y Lima el 4 de junio. La cinta se estrenará en todo el país el 7 de junio, un día antes que en el resto del mundo.
Ventajas de filmar en el Perú
Según Daniel Córdova, director de Promoción de Inversiones Empresariales de Promperú, existen tres razones para convertir al país en un destino para filmaciones. Estas producciones ayudan a fomentar los valores del Estado Peruano y el prestigio de la nación, además de generar un gran impacto económico en el sector hotelero. También tienen un efecto positivo en la especialización de la mano de obra peruana en el rubro audiovisual.Promperú participó en las gestiones para lograr que “Transformers: El Despertar de las Bestias” se realizara en el país, a pesar de los obstáculos que surgieron en el camino. Aunque todavía hay mucho por mejorar, se deben simplificar los procesos y coordinar mesas de trabajo. A raíz de esta experiencia, se ha creado la plataforma “Film in Perú” para facilitar a las productoras audiovisuales la información necesaria si desean venir a rodar en el país. El hecho de que el Perú sea visto en todo el mundo puede fomentar el turismo cinematográfico, como sucedió en Nueva Zelanda después del estreno de “El Señor de los Anillos”, lo cual fue muy exitoso.
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