MDN
China
Rafaella León

Beijing, 21 millones de habitantes, 13 horas más que Lima. La capital de la República Popular China está llena de turistas en esta época del año. Pero no son visitantes extranjeros: son chinos que llegan a Beijing desde todos los rincones del país más poblado del planeta. Abordamos a Huan mientras visita con su familia (incluidos los abuelos) la famosa plaza Tiananmén, en el centro político de la ciudad. De unos 20 años, la joven proveniente de la provincia de Guizhou lleva un gorro amarillo patito con el que se protege del sol (en China, la blancura de la piel es símbolo de belleza; mientras más blanca, más bella). Sus abuelos se refugian en paraguas de colores. Hay unos 32 grados de calor (ya se está yendo el verano) y el sol no tiene piedad al mediodía. Los gestos del cuerpo son más prácticos que el Google Traductor. Ella sabe que le estoy pidiendo permiso para fotografiarla. No hay traductor para su sonrisa.  

La histórica plaza donde Mao Tse-Tung proclamó en 1949 la fundación de la República Popular China es escenario de algunos de los retratos de este reportaje. Por allí caminamos equipados con un teléfono de alta gama con cuatro cámaras incorporadas, todas funcionando con inteligencia artificial. Se trata del Huawei Nova 3, que acaba de ser lanzado al mercado por la fabricante china de teléfonos. Un sensor captura detalles con un lente de gran apertura; uno secundario detecta información de profundidad de campo a través de un software que reconoce más de 200 escenarios en ocho categorías (por ejemplo, cielo azul, playa o una zona con vegetación). La marca asiática no se anda con rodeos: su experto en ingeniería de software, Ryan Liu, ha dicho que no se trata de capturar caras con claridad, sino de “retratar la historia detrás de sus expresiones y estilo”.  

Nuestro recorrido continúa hacia el parque Jingshan y sus colinas artificiales rodeadas de pequeños templos. El parque mira por el norte a la Ciudad Prohibida, el palacio de los emperadores de China durante 500 años, hoy uno de los lugares más visitados de la ciudad. En nuestra mano, los algoritmos del teléfono están trabajando en optimizar los filtros de embellecimiento. Es difícil hacer más bella la imagen de una niña en tutú mordisqueando un helado. Pero la inteligencia artificial del equipo detecta el contorno donde ella está parada, la textura y la iluminación de los objetos en la toma, y la harán más bonita. Los diligentes algoritmos combinarán vestimenta, postura, iluminación ambiental y expresión de la niña para mejorar el retrato que ella no sabe que se está contemplando en esta página, a 16.672 kilómetros de distancia en línea recta. //

Contenido Sugerido

Contenido GEC