El fin de semana se estrenó finalmente Watchmen, una de las series más esperadas de la cadena HBO. Sí, es oootro relato de héroes y superhéroes pero, a decir de los expertos y de los más respetados frikis del mundo de los cómics, uno de los mejores que se han escrito. Esta nueva propuesta televisiva se desprende de una saga del mismo nombre compuesta por doce historietas publicadas entre 1986 y 1987 y creadas por Alan Moore y Dave Gibbons para la compañía DC Cómics.
El show sobre el que nos referimos ahora no pretende recrear los acontecimientos del cómic, sino más bien contar, en una versión libre, qué ocurrió después de lo que allí se planteó, es decir, se enmarca en un universo nuevo. El responsable de poner esto en la TV es el productor ejecutivo Damon Lindelof, conocido por otros hits televisivos como Lost y The Leftovers. Somos tuvo acceso a una entrevista concedida por él a propósito de la salida al aire del proyecto, pero antes de reproducir lo que tiene que decir al respecto, es necesario más background sobre la historia pues no es una sencilla de seguir.
Primero: ¿de qué va a muy grandes rasgos el cómic? En el Nueva York de 1985 viven héroes enmascarados, hombres y mujeres de carne y hueso que durante mucho tiempo trataron de hacer justicia con sus manos, pero que ahora no pueden porque el Gobierno americano se los tiene prohibido. Solo dos de ellos, de hecho, tienen permiso. Uno es conocido como El Comediante, cuyo asesinato da pie al desarrollo de la trama. Como la policía no hace ningún intento por resolver el crimen, aparece en escena un ex compañero suyo, uno de esos héroes forzados al retiro: Rorschach. Él sospecha que el crimen es un acto de venganza y decide convocar a otros como él para averiguar qué paso.
Entre ellos: Dan Dreiberg (Buho nocturno), Adrian Veidt (Ozymandias, quien supo aprovechar las ventajas de su época de superhéroe y crear su propio imperio de marketing), Jon Osterman (Dr. Mahnattan) y Laurie Juspeczyk (Espectro de seda).
Mención aparte merece el brazo de la historia del Dr. Manhattan, el único que tiene supérpoderes (como Superman o Hulk) luego que su cuerpo se desintegrara accidentalmente en un experimento que terminó convirtiéndólo en un ser azul capaz de controlar la materia (él es el otro que tiene autorización del Gobierno para “realizar actividades superheroicas”). Su aparición en la década del 60, de hecho, cambió el curso de la historia. Al ser este usado como arma, propició que para 1985 Estados Unidos ganara la guerra de Vietnam y que Richard Nixon fuera reelegido presidente. Durante la historia, el Dr. Manhattan es invitado a la TV donde es acusado de producir cáncer en antiguos amigos suyos, por lo que es exiliado a Marte. Y hasta ahí, para no spoilear si quiere leer el cómic.
Todo este precedente sirva para entender que pretende ofrecer Damon Lindelof con el show que ahora protagonizan célebres actores como Jeremy Irons y Regina King. La trama de la serie, como hemos dicho, se desenvuelve luego que, y para usar términos sencillos, termina el cómic. Ocurre, pues, en la ficticia ciudad de Tusla, tres años después de un salvaje ataque contra la policía y sus familias coordinado por The Seventh Kavalry, un grupo de supremacistas blancos. Después del ataque, los oficiales de policía comenzaron a usar máscaras amarillas para proteger sus identidades, mientras que, forzados a las sombras, el grupo detrás del ataque utiliza máscaras "Rorschach" en blanco y negro. La propuesta de Lindelof, entonces, apuesta por personajes nuevos en un mundo nuevo y los amalgama con los antiguos reposando siempre en ser fiel al cómic original. Sí, Watchmen no es una apuesta fácil de digerir, pero quienes ya han visto los primeros capítulos del show sostienen que cualquier espectador que no tenga conocimiento del cómic pude verlo sin problema. De cero.
Sobre la premisa de situar la historia en Tusla y más detalles del show habla Lindelof.
Las historias originales se desarrollaron en Tulsa o fue algo que agregaste?
¿Del Watchmen original? No, era en la ciudad de Nueva York.
Entonces, ¿fue la masacre real que ocurrió en Tusla en 1921 la que te hizo querer ubicar la serie allí?
Creo que había varias ideas diferentes que comenzaban a girar en mi cabeza. La primera fue ¿cómo es que todas las historias de superhéroes y estas historias de género se ambientan en Nueva York, en una metrópoli o en Gotham City? ¿Qué pasa si hay un crimen en Wisconsin?
Tal vez no haya crímenes en Wisconsin.
No, hay crímenes en Wisconsin. Hay cosas peligrosas pasando fuera de Nueva York y en todo el país. Entonces ese fue mi primer instinto. ¿Quiénes son los superhéroes en los mercados fuera de marca que no se han mudado a Nueva York? Y entonces la segunda cosa fue que leí un ensayo de Ta-Nehisi Coates para The Atlantic, “The Case For Reparations” (El caso de las reparaciones). Ese ensayo cambió completamente mi pensamiento y me educó sobre la historia de los Estados Unidos de una manera que nunca antes había visto. Cosas que pensé que sabía, pero que realmente no sabía ni entendía en su contexto completo. En ese ensayo, se mencionó a Black Wall Street y la masacre de Tulsa de 1921. En ese momento, no tenía idea de qué era eso. Entonces, entré a Amazon y busqué en Google la masacre de Tulsa y hay muchos libros sobre el "disturbio racial" de Tulsa y de repente pensé: “Esperen un minuto, no sonó como un disturbio racial. ¿Por qué lo llamarían así?”
Y así comenzó una profunda inmersión para comprender qué sucedió en Tulsa…
Sí.Y creo que a pesar de que eso fue en 1921, hace casi un siglo, la idea de una sociedad afroamericana próspera aquí en los Estados Unidos, en Oklahoma, donde poseían sus propios negocios y prosperaban, que era altamente educada, había veteranos de la Primera Guerra Mundial, esa utopía existió en 1921 en la era de Jim Crow en los Estados Unidos. Literalmente, una generación eliminada de la emancipación. Todo fue completamente diezmado en 24 horas. El gobierno federal voló biplanos y lanzó bombas sobre esta ciudad y aún se desconoce el verdadero número de muertes. Mientras más aprendía, más me avergonzaba de que no solo no supiera nada sobre lo que sucedió durante la Masacre de Tulsa, sino que nunca antes había oído hablar de eso. Entonces, me preguntaba por qué no se había contado esta historia y si con todo mi poder e influencia como narrador, ¿puedo contar esta historia siendo un hombre blanco? ¿Es apropiado para mí contar esta historia? Y en medio de esas preguntas, me preguntan…
“… ¿quieres hacer Watchmen?”
Así es. De repente pensé: “Oye, tal vez esa es una manera de contar esta historia. Tal vez esa sea una manera de hacerlo de una manera que se encuentre dentro de una obra de entretenimiento de la cultura pop”, pero una obra muy específica de entretenimiento de la cultura pop que hace preguntas difíciles sobre una idea provocativa, política y cultural, en términos de lo que es ser estadounidense ¿Y puede Watchmen básicamente mantener una conversación sobre raza? ¿Y hasta dónde queremos llegar?
Tu serie definitivamente pregunta dónde está la línea entre el héroe y el vigilante. Es todo una cuestión de perspectiva.
Tengo fuertes sentimientos sobre qué es correcto y qué es equivocado, pero sí estoy de acuerdo con alguien que quiere ser policía, en que ese es un trabajo muy peligroso y las decisiones que tomas afectan a las personas. Si tomo una mala decisión y escribo un episodio de televisión de mierda, la gente se enoja conmigo, eso es todo. Si eres policía y tomas una mala decisión, alguien podría terminar muerto. Por lo tanto, hay una enorme responsabilidad y la forma en que ese tipo de responsabilidad, presión y ansiedad afecta a las personas es enorme. Y sí creo que muchas personas que se convierten en oficiales de policía son increíblemente bien intencionadas, pero también creo que hay muchas que se hastían o se vuelven cínicas a medida que avanza el proceso. Esa es la razón porque comenzamos la historia con un niño en 1921 mirando a una gran versión proyectada de un sujeto con una placa y ve una cara que se parece a la suya y dice: “Confía en la ley. No habrá justicia de la mafia hoy. Confía en la ley”. Ahí es donde está comenzando, ese pequeño niño, y para el noveno capítulo termina en un lugar muy distinto. //