"El viaje de Javier Heraud". (Foto: Difusión)
"El viaje de Javier Heraud". (Foto: Difusión)
Miguel Villegas

Como si su leyenda no bastara, este 2019 se estrenan dos películas sobre la vida, obra y muerte del joven poeta peruano Javier Heraud (1942-1963). Una es El Viaje de Javier Heraud, documental dirigido por Javier Corcuera, que ya está en cines. El otro se estrena el 26 de setiembre y se llama La Pasión de Javier, filme de Eduardo Guillot. ¿Qué tipo de admiración inspira el poeta, a 56 años de su muerte?

A los 18 años, cuando algunos ni siquiera sabemos si el micro que nos lleva es la 73 B o la A, el hijo flaco de Jorge Heraud Cricet y Victoria Pérez Tellería ya había escrito dos poemarios, estudiaba el segundo año de Derecho en San Marcos y compartía con su amigo César Calvo el noble título de “El Poeta Joven del Perú”. Era 1960 y aunque en Lima no había Metro y menos Uber, él ya sabía qué camino tomar, para dónde ir. Se vestía de traje y caminaba por La Colmena vieja, tenía una novia/musa/cómplice, Adelita, a quien le regalaba sus poemas en delgadas hojas de papel bulky y quería estudiar cine en Cuba, una Cuba que era imán para tantísimos adolescentes.

El muchacho se llamaba Javier Heraud (1) y aunque nunca sonreía para la foto, y su visión del mundo iba más allá de su casa hoy derrumbada en Miraflores, escribía esto:

Mi cuarto es una
manzana,
con sus
libros,
con su
cáscara,
con su cama
tierna para
la noche dura.
Mi cuarto es el
de todos
es decir,
con su
lamparín que
me permite reir
al lado de Vallejo,
que me permite ver
la luz eterna de
Neruda.
Mi cuarto, en
fin,
es una
manzana,
con sus libros,
sus papeles,
conmigo,
con su
corazón.

El 15 de mayo de 1963, a una hora que nadie precisa con exactitud, el poeta "eternamente" joven, como lo llama su amigo Arturo Corcuera (1935-2017) en el documental -todavía en cartelera en algunas muy concurridas salas en horas de la noche- (2), le dispararon al cuerpo más de 30 veces en la selva de Madre de Dios y murió.

***

Ariarca Otero, sobrina nieta de Heraud, su voz, su andar, sus recuerdos, su intenso buceo en la vida y los archivos del poeta, es el lamparín que alumbra la biografía que se desarrolla en la película "El Viaje...", un documental que básicamente busca recuperar el humor, las aulas, los amores, las decisiones y la poética del autor de El Río y El Viaje, sus dos primeros (únicos) poemarios editados en el Perú antes de su muerte. La crítica ha sido unánime: hay que verla. , "la película de Corcuera tiene muchas virtudes. Una es la fina urdimbre de imágenes y sonidos –que incluyen la música de Pauchi Sasaki– (...). Todo es evocativo y casi incorpóreo: efecto que se suscita desde las voces de los entrevistados, pero que llega a tener una indudable fuerza poética por la peculiar composición visual y la serena luminosidad fotográfica". Para Eduardo Adrianzén, dramaturgo y autor de series y telenovelas de carácter peruano, "El Viaje"... "es imprescindible para quienes amen la literatura o quieran entender el idealismo de muchos jóvenes en el mundo de los años 60's".

Esta noche de setiembre en el Alcázar hay sala llena. Con las justas quedan un par de asientos. Está, a un lado, Raúl Vargas, la voz por décadas de RPP. Por otro lado, dos jóvenes universitarios con una bufanda de Perú. También, un hombre de 40 años que escucha la voz de Emanuel Soriano -la voz en off del poeta en el filme- y recita, bajito, mientras sostiene su libro. Es la función llena de las 8:30 de la noche -cola para la de las 10:30- y en pantalla no sale ningún rockstar, ningún influencer, nadie ni medianamente popular para el peruano promedio. Nadie de la TV, nadie de los comerciales, nadie de la farándula: solo sale un poeta. 

A medio documental, en casa de una de las hermanas del poeta, un zapato talla 45 con el taco gastado despierta la emoción de un chimpunazo de Paolo Guerrero. Guauuuu. ¡Dios! La sala sonríe: en el cine nadie se carcajea.

***

Cuando tenía 20 años y terminaba la facultad de comunicaciones, dos matemáticas eran importantes de resolver después del desayuno: 1) Cuáles eran los litros de ron barato suficientes para no emborracharme. 2) Cuántas monedas podía ahorrar si no almorzaba para ir al cine, comprarme alguna cosa que no necesitaba o rastrear en Quilca alguna librería de viejo. Sobre lo último, una tarde, atascado bajo un cerro de ejemplares de la Biblioteca Peruana que editó Peisa en 1963 (3) y que nadie hojeaba, encontré "Javier Heraud, Poesías Completas y Cartas", como quien va caminando por la margen de un río del Amazonas y encuentra una pepita de oro. Mis amigos, Daniel Tejada y José Luis Bardales, tenían la misma edición, solo que con anotaciones a lápiz, resaltador, pies de páginas, propios plagiados poemitas sobre los impresos. Diez años después, en el mismo sitio, y bajo el sello Campodónico Ediciones de 1973, y con la bellísima portada de Claude Dieterich de flores, árboles y pájaros, encontré la única foto en la que he visto al poeta sonriente, con su uniforme del Markham, su camisa blanca, su corbata a rayas, sus orejas como parabólicas y su eterna raya al costado. La foto es del 19 de diciembre de 1957, cuando Javier Heraud, el poeta que se hizo guerrillero y murió en esa aventura, tenía solo 15 años.

¿Qué más se puede hacer a los 15 años que no sea sonreír y querer cambiar al mundo desde la habitación?

Javier Heraud: ¿quién era el joven poeta y por qué este año se estrenan dos películas sobre él? FOTO: Campodónico Ediciones 1973.
Javier Heraud: ¿quién era el joven poeta y por qué este año se estrenan dos películas sobre él? FOTO: Campodónico Ediciones 1973.

La foto cierra un texto de Sebastián Salazar Bondy -poeta, crítico, escritor, periodista y dramaturgo peruano de la Generación del 50- que dice lo siguiente: "A mediados de mayo, tras abandonar Cuba, a donde se había dirigido para estudiar cinematografía, penetró en unión de siete estudiantes más la frontera selvática del Perú y el Brasil e ingresó en su tierra patria para luchar como guerrillero (...) Aquí las informaciones periodísticas y oficiales se contradicen. Es probable que el grupo, agotado por el esfuerzo, fuera sorprendido por la policía. En la huida, resultaron apresados tres de sus miembros, mientras uno, aún prófugo, conseguía escapar. Los otros dos, Heraud uno de ellos, fueron acorralados por la fuerza pública y la población armada (...) Hubo un tiroteo. Cayeron un policía y el balsero, y luego Heraud y su camarada, después de que ambos habían enarbolado bandera blanca de rendición. En el cuerpo del poeta -de acuerdo a la declaración de su padre- había una treintena de balazos, varios de un proyectil explosivo habitualmente empleado en la zona para la cacería de fieras. Eso es todo".

Fue el corresponsal de El Comercio, Jorge Díaz, el encargado de cubrir esa noticia, que se puede revisar hoy en el archivo histórico con la velocidad de un clic. En la edición del domingo 19 de mayo de ese año 1963 se publicó en la portada la foto del joven intelectual. Carlos Batalla, profesor y periodista, "Para unos fue el 'poeta guerrillero; para otros el comunista saboteador. El pueblo peruano estaba dividido ante los hechos y las evidencias".

***

El 23 de mayo de 1963, Jorge Heraud, padre del poeta, escribió una carta dirigida a un par de diarios de la época. "Para nuestra familia, sin distingos, nuestro Javier es el símbolo de la pureza", decía. (4)

Es lo que algunos quisiéramos que digan de nosotros, una vez en la vida.

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