Pesca ilegal, trata de personas, tráfico de armas, contrabando y piratería son algunos de los peligros y amenazas que enfrenta en altamar. (Foto: Karen Zárate)
Pesca ilegal, trata de personas, tráfico de armas, contrabando y piratería son algunos de los peligros y amenazas que enfrenta en altamar. (Foto: Karen Zárate)
Ana Núñez

Casandra Silva Gurrionero (36) entrecierra los ojos y comienza a sacar la cuenta: en los últimos 14 años, tiempo en el que salió de la Escuela Naval, ha estado por lo menos tres años en altamar. Es más, para el momento en que usted esté leyendo esta nota, la capitán de corbeta habrá zarpado nuevamente a la mar, al mando del buque Río Cañete, en su operación inaugural como la primera mujer comandante de una patrulla marítima en nuestras costas. 

La capitán Silva se sumó este año al grupo de mujeres pioneras que en estos tiempos de cambio comienzan a abrir camino a la igualdad. “Ahora se ve en la y en las Fuerzas Armadas que la mujer puede ocupar los más altos cargos igual que un varón. Ya no existe discriminación y para mí es un gran orgullo comandar a este grupo humano de 32 personas, en el cual –además– solo hay dos mujeres”, comenta Casandra.

Todo cambio implica un proceso de adaptación. La comandante Silva recuerda que, los primeros días, “algunos tripulantes del buque Río Cañete me miraban como si fuera de otro planeta. No sabían cómo actuar frente a una autoridad femenina, no sabían si decirme ‘señora’”. 

Pero ahora todo marcha como reloj suizo. Las tensiones iniciales se han disipado y Casandra está muy orgullosa del equipo que recorre la costa norte de nuestro país por estos días y posiblemente durante tres meses más.  

La nota completa este sábado en la edición impresa de la revista Somos

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