Imprimir piezas metálicas como si se trataran de papel u obtener traducciones al instante con solo usar un dispositivo. Estas capacidades para modificar radicalmente la vida han hecho que dichas invenciones, así como otras, hayan sido incluidas por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en su listado de los avances científicos más revolucionarios del 2018.
1 Impresión de metales en tres dimensiones.
Se trata de una tecnología que permite obtener piezas metálicas más ligeras, fuertes y complejas –imposibles de lograr con los métodos comunes– a un precio más bajo y con mayor rapidez. Si se adopta ampliamente, cambiaría por completo los procesos de fabricación en serie. Empresas como Desktop Metal y Markforged ya venden sus prototipos de impresoras 3D.
2 Embriones artificiales.
Investigadores de la Universidad de Cambridge crearon estructuras similares a las de un embrión sin necesitar de óvulos o espermatozoides, solo células madre. Este logro no solo incentiva una nueva investigación del origen de la vida, sino también a un replanteo de los debates bioéticos.
3 Ciudades sensitivas.
Un nuevo proyecto de alta tecnología –a cargo de una empresa de Alphabet (Google)– hará que una zona de Toronto (Canadá) sea reconstruida desde cero, tomando todas las decisiones (de diseño, políticas y tecnología) a partir de la información existente de una gran red de sensores, capaces de recopilar datos relacionados con la calidad del aire hasta con las actividades de los ciudadanos.
4 Revolución inteligente.
La inteligencia artificial ya está aquí. Grandes empresas la aprovechan, pero sigue siendo costosa. Sin embargo, el desarrollo de soluciones de ‘machine learning’ –que la máquina aprenda por sí sola– está llevando sus ventajas a más gente, a más industrias que pueden ser más eficientes aprovechando el análisis de grandes bases de datos.
5 Redes neuronales combativas.
Si le pide a una inteligencia artificial que identifique a un perro dentro de un millón de imágenes, lo hará. Sin embargo, no puede crear, aunque esto podría cambiar. Especialistas están trabajando en un concepto llamado redes antagónicas generadoras. Se trata de entregar los mismos datos a dos redes neuronales (modelos matemáticos que tratan de emular al cerebro) para que luego ambas se enfrenten, aprendan y cooperen para crear variaciones de imágenes.
6 Traducción inmediata.
El entender lo que dice una persona sin importar el idioma es ya una realidad. Travis, un dispositivo parecido a un control remoto, puede traducir hasta 80 idiomas, afirman sus creadores. Pero no es el único, también está Pilot, de la compañía Waverly Labs.
7 Energía libre de contaminantes.
El gas natural representa el 22% de la electricidad mundial, según el MIT. Pero a pesar de ser menos contaminante que otras fuentes de energía, emite dióxido de carbono (CO2). Para cambiar este panorama, la iniciativa Net Power propone una planta de energía en la cual se recicla el CO2 –sometiéndolo a una alta presión y temperatura– para que ayude a generar más electricidad, el resultado: cero emisiones.
8 Protección de la privacidad.
Realizar transacciones financieras en línea puede filtrar información sensible. Para evitar este riesgo, especialistas están trabajando en un protocolo de seguridad llamado prueba de conocimiento cero. Este sistema utiliza la tecnología ‘blockchain’ –método de programación descentralizado usado en las criptomonedas– que permite realizar transacciones anónimas, que no pueden rastrearse.
9 Predicciones genéticas.
El ADN es como la receta que permite formar a una persona. Y a lo largo de años de investigaciones genéticas, científicos han podido identificar los puntajes de riesgo poligénicos. En sí, permite estimar el riesgo que tienen las personas de desarrollar ciertas enfermedades, como Alzheimer o cáncer.
10 Salto cuántico de materiales.
Se plantea que la computación cuántica sea capaz de realizar millones de millones de operaciones por segundo. ¿Pero para que serviría eso? Recientemente, investigadores de IBM emplearon su computadora cuántica de 7 qubits –partículas subatómicas– para producir una molécula de tres átomos. De acuerdo con el MIT, esto –en el futuro– podría servir para desarrollar fármacos más efectivos, así como mejores baterías y paneles solares.
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