Trabajar, estudiar, visitar, pasear, nuestro día a día, casi siempre estamos apurados. Trasladarse con comodidad y ahorrando tiempo, implica subir a un taxi. Pero tomar una de las unidades independientes estirando el brazo en una esquina, podría convertirse en una mala experiencia. De un tiempo a esta parte solicitar uno de estos servicios ya no es una decisión tan segura que digamos.
Esta semana César Mauricio analiza en su más reciente post del blog Papá Digital las nuevas oportunidades que se abren con esta revolución en el servicio de transporte.