Arrancó el CES 2024, la feria de tecnología de consumo de Las Vegas que suele traer novedades en televisores y notebooks, pero que, también, muestra los intereses de la industria en un montón de rubros, que en muchos casos pueden resumirse en “hacer las cosas más fáciles para la gente”. En este caso, de la mano de dos compañías: Philips y Lockly.
¿De qué se trata? De ir más allá de la llave para abrir una puerta (como la de casa por ejemplo). Sí, hay múltiples opciones modernas y tecnológicas, bastante establecidas, que en general apelan a una clave numérica, una tarjeta magnética, una huella dactilar o la app en el teléfono como alternativa a la llave clásica.
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Salvo la app, todas requieren el contacto físico entre la persona que intenta franquear la puerta y la cerradura; hoy ya no le prestamos atención, pero hace no tanto (en pandemia) ese contacto no era deseado. Así que en el medio surgieron algunas alternativas, que estamos viendo ahora y que aunque hayamos superado al coronavirus podemos aprovechar igual.
En el caso de Philips, se trata de la Philips Wi-Fi Palm Recognition Smart Deadbolt (no es exactamente un nombre muy atractivo) que escanea nuestra palma de la mano para validar nuestra identidad (pero no nos dice el futuro, por ahora). Sin contacto con el lector y aprovechando que la ubicación de las ventas en nuestra mano es única. La cerradura de Philips puede identificar hasta 50 personas, ofrece un teclado para ingresar una clave común (si estamos con guantes, nos lastimamos la mano, etcétera) y un timbre que se escucha con un parlante o una app. También tiene un sensor de proximidad en el lado interno de la puerta, que corre la cerradura antes de que agarres el picaporte, y bloquea la puerta cuando la cierras. También es compatible con Alexa y Google Assistant (para, por ejemplo, abrir la cerradura a distancia para dejar entrar a alguien que no tiene la palma de su mano identificada). La compañía dice que comenzará a vender esta cerradura antes de mitad de año, a un precio internacional de 360 dólares.
Otra compañía es Lockly, que presentó el Visage Smart Lock: una cerradura equipada con un sistema de reconocimiento facial y soporte para Apple HomeKey y Matter. Funciona como uno espera: escanea nuestro rostro y si nos reconoce, abre la puerta. También tiene, por las dudas, un sensor de huellas digitales, un teclado numérico, la posibilidad de asignar claves temporales y habilitar el acceso en forma remota vía Wi-Fi. Estará disponible a mitad de año a un precio internacional de 349 dólares, y es un paso más para dejar atrás la cerradura convencional, que nos acompaña hace milenios.
“La Nación” de Argentina/GDA
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