Agencia EFE

Las hormigas carpinteras de Florida son capaces de identificar heridas en las extremidades de sus compañeras y las tratan de forma selectiva, dependiendo de dónde se localicen, ya sea limpiándolas o amputándolas con la boca, como medida preventiva ante infecciones.

El cuidado de heridas en hormigas se conoce por otros estudios, pero este “es literalmente el único caso en el que se produce en el reino animal una amputación sofisticada y sistemática de un individuo por otro miembro de su especie”, según el primer autor de la nueva investigación, Erik Frank de la Universidad de Würzburg (Alemania).

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La amputación evita que las infecciones de las heridas, potencialmente mortales, se propaguen por el cuerpo de las hormigas, de las que alrededor del 90 % sobreviven y a pesar de la pérdida de una de sus seis patas, son capaces de reanudar sus tareas.

El año pasado se descubrió que otro grupo de hormigas, la Megaponera analis, utiliza una glándula especial para inocular en las heridas compuestos antimicrobianos destinados a prevenir posibles infecciones.

Sin embargo, las hormigas carpinteras de Florida (Camponotus floridanus), una especie común de color marrón, carecen de esa glándula, por lo que parecen utilizar únicamente medios mecánicos para tratar a sus compañeras.

La investigación que publica Current Biology indica que la elección del tipo de ‘tratamiento’ depende de la localización de la herida y solo se produce la amputación de la pata si el problema está en el muslo independientemente de esté infectadas por bacterias.

Cuando las heridas están en la parte inferior de la pierna (tibia) no amputan sino que las lamen intensamente, una forma mecánica de eliminar las bacterias. Esta terapia también tiene un éxito relativo, con una tasa de supervivencia de alrededor del 75 %.

Para tratar de entender por qué no amputaban también las patas de sus congéneres con heridas en la parte inferior de la pata, los investigadores lo hicieron en heridas e infectadas por bacterias, pero la tasa de supervivencia fue solo del 20 %, lo que tiene que ver con la circulación y la anatomía de los animales.

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Una amputación tarda al menos 40 minutos en completarse y las pruebas experimentales demostraron que, con lesiones en la tibia, si no se extraía la pata inmediatamente después de la infección, la hormiga no sobrevivía.

Así, al no poder cortar la pata con la rapidez suficiente para evitar la propagación de bacterias, “las hormigas intentan limitar la probabilidad de infección letal dedicando más tiempo a limpiar la herida de la tibia”, dijo el también firmante de la investigación, de la Universidad de Lausana (Suiza).

Keller indicó que estas hormigas son capaces de un cuidado tan preciso porque, en realidad, se trata de un comportamiento innato. “Los comportamientos de las hormigas cambian en función de la edad del individuo, pero hay muy pocas pruebas de aprendizaje”.

Además, dado que la hormiga que recibe los cuidados permite la lenta extracción de un miembro mientras está consciente, esto exige una mayor exploración de nuestra comprensión del dolor en las sociedades de hormigas.

“Cuando se ven los vídeos en los que la hormiga presenta la pata herida y deja que la otra se la arranque de un mordisco de forma totalmente voluntaria, y luego presenta la herida recién hecha para que otra pueda terminar el proceso de limpieza, este nivel de cooperación innata me parece bastante sorprendente”, dice Frank.

El equipo estudia ahora otras especies de Camponotus para ver hasta qué punto se conserva este comportamiento y empezar a desentrañar si todas las especies de hormigas sin la glándula antimicrobiana especial (metapleural) también realizan amputaciones.

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