Iván Orlando Chaccolli Machaca tiene 45 años y es ingeniero mecánico. Un día se sentó a conversar con su esposa. Su vocación de investigador le había comenzado a plantear muchas interrogantes. Entonces decidieron adquirir un auto del 2017 para ser parte de un experimento. Luego de algunos años, ese vehículo se convertiría en el primer auto eléctrico adaptado por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA).
“Es de mi propiedad. Es un tema familiar. Con mi esposa decidimos adquirir un Yaris (modelo de la marca Toyota) que ya hacía taxi y lo convertimos a eléctrico”, indicó Chaccolli en diálogo con El Comercio.
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El vehículo fue presentado a fines de mayo en la Escuela Profesional de Ingeniería Mecánica, hasta donde llegaron las autoridades universitarias; el viceministro de Electricidad, José Martín Dávila Pérez; y los funcionarios del Consejo de Administración de Recursos para la Capacitación en Electricidad (CARELEC) del Ministerio de Energía y Minas.
Pero el proyecto de Chaccolli Machaca no hubiera llegado a buen puerto sin la guía de Edgar Cáceres Cabana, director del Diplomado de Electromovilidad y del Instituto de Investigación de Energías Renovables de la misma universidad.
“Él trajo su carro, se empezó a estudiar cómo se puede convertir y así se fue avanzando porque esta tecnología no es nueva. O sea, ya hay esta tecnología. El tema es cómo hacerlo acá, más simple y barato”, comentó el catedrático a este Diario, sobre las investigaciones que realiza con sus alumnos, ya que Chaccolli Machaca también es miembro del instituto que dirige.
Y es que para Cáceres Cabana la electromovilidad no es un tema desconocido. En 1993 recibió una beca y se fue a estudiar en la Universidad Nacional de Aviación Civil de Kiev, en Ucrania, se graduó como ingeniero electricista y en ingeniería de ciencias. Luego trabajó en Suecia, Finlandia, China e India, donde pudo conocer el desarrollo de esta tecnología. En Arequipa investiga sobre la electromovilidad desde hace 10 años, en medio de muchas pruebas y muchos fracasos, como los recuerda.
A grandes rasgos se puede resumir en tres tipos de autos electrificados: el híbrido no enchufable (aun usa combustible); el híbrido enchufable (usa combustible pero se conecta a un cargador) y el vehículo eléctrico puro. En nuestro país hay unos 3.500 vehículos electrificados y solo alrededor de 100 corresponden al último tipo, según la Asociación Automotriz en el Perú, que no depende de combustible, se recarga a una toma de corriente y no emite gases. Se estima que para el 2030 se llegue a 450 mil autos electrificados.
¿Por qué se animó a realizar este proyecto?
Toda investigación no solo nace por una curiosidad. Hay un problema que se quiere enfrentar.
“Esta idea nace por un aspecto donde observábamos la contaminación en Arequipa, por el parque automotor que viene creciendo con vehículos de motor de combustión, ya sean nuevos o antiguos que vienen contaminando de manera exponencial”, comentó Chaccolli Machaca sobre ese problema, y que se hace mucho mayor en ciudades grandes como Lima.
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Es así que se ha propuesto reducir la contaminación ambiental y también a generar puestos de trabajo en el futuro con estas adaptaciones. “Queremos aplicar e incentivar la economía circular, donde vehículos que ya fueron parte del parque automotor, poder convertirlos a eléctrico y traerlos a una nueva tecnología. En otros países hacen restauración de vehículos de los años 60 y la ingeniería en Perú está provista para poder realizar esto”, indicó sobre una de sus metas con la electromovilidad.
Hoy su vehículo es un eléctrico puro, cuenta con 130 km de autonomía, con una batería que puede llegar a tener una vida útil de 8 a 10 años. Pero lo que más destaca es su capacidad de ahorro. Detalló que en combustible, por esa misma distancia le estaría costando unos 60 soles. Pero ahora que es eléctrico se está energizando entre 10 a 12 soles, en su propio domicilio. Esto significaría un ahorro anual de 20 mil soles.
¿Cómo se hizo? El profesor Edgar Cáceres detalló que el auto queda completamente vacío y “solo necesitamos tres elementos para que se puedan adaptar al vehículo”, es decir, el motor eléctrico, la batería y el controlador. Pero, también enfatizó que cada vehículo tiene sus propias características, una ingeniería por aplicar para que funcione correctamente.
“Ahora tenemos una visión muy clara de qué es lo que se necesita para fabricar carros eléctricos. A partir de ahora ya prácticamente son meses para sacar nuevos vehículos. Ya hay toda una línea de secuencias”, comentó sobre los avances que han hecho.
Un auto 100% eléctrico hecho en Perú
Para el profesor Cáceres Cabana las universidades tienen un papel importante en la generación de conocimiento, y más con una tecnología que tendrá impacto en la sociedad.
“La universidad genera conocimientos, pero los alumnos tienen que ser los empresarios que comiencen a extrapolar estos productos a la sociedad. Entonces de allí nació el proyecto del Yaris”, contó el catedrático.
En ese sentido, también mencionó que todos los proyectos son de los alumnos y la UNSA proporciona el laboratorio y un software especial, pero serán sus egresados quienes apliquen los conocimientos que consigan de estas investigaciones. Por ello, adelantó que están trabajando dos proyectos más de conversión que incluye una moto a base de hidrógeno, como parte de una tesis. Incluso están trabajando en un vehículo 100% construido en el Perú, y que podría ser anunciado en algunos meses más.
“Los alumnos tienen muy buenas ideas y mucha motivación. Lo resaltable es que nosotros en el Perú tenemos que darle la oportunidad sobre líneas de investigación para la sociedad, que hay que formar porque la sociedad lo pide”, dijo Cáceres Cabana.
Para ello, recordó que se debe trabajar con suma responsabilidad y cuidado con elementos como las baterías de Litio, una de las piezas importantes para la conversión que pueden explotar. “En los últimos dos años (el auto) ha estado en constantes pruebas porque tenemos que ver las cosas buenas y malas, el mantenimiento para que sea algo seguro”, detalló sobre el Yaris que adaptaron y todas las pruebas que hicieron para brindar seguridad. Ahora está dispuesto a compartir la experiencia con otras universidades.
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Regulación: una necesidad
La experiencia de la UNSA también abre nuevos retos en el país. Ellioth Tarazona, gerente técnico normativo de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), consideró que es importante que las universidades investiguen sobre la electromovilidad; sin embargo, todavía falta mucho para que la adaptación de un vehículo convencional a eléctrico se masifique y sea llevado al mercado, sobre todo en lo que respecta a las normas.
“Antes de impulsar este tipo de conversiones, primero se tienen que trabajar en el marco técnico y en el marco normativo. En el marco técnico a través de normas técnicas que regulen cómo debe hacerse esta conversión. Y en el marco normativo regular básicamente el procedimiento de conversión”, indicó a El Comercio. En ese sentido, según el especialista la adaptación de autos eléctricos podría seguir un camino similar al Gas Natural Vehicular (GNV), realizarse en talleres autorizados con certificaciones que garanticen que la conversión se hizo correctamente. Pero, antes de todo, es importante garantizar la viabilidad técnica. ¿Y quién deberá hacer eso? El Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Recordó que hasta la fecha el Perú solo cuenta con normas generales en torno a la electromovilidad. A diferencia de Chile, en donde ya se está evaluando normas sobre adaptaciones, pero solo en vehículos carburados de menor tecnología. “Una de las cosas que están planteando es permitir la conversión de solamente vehículos carburados, no de los inyectados. Por el argumento de que los vehículos carburados tienen una tecnología más básica, por lo que el instalar un motor eléctrico no implica interferir en los demás componentes del vehículo”, contó Tarazona.
Y cuál es la razón de todas esas normativas. El especialista de la AAP explicó que la manipulación de la tecnología puede representar un peligro para los ocupantes o para otras personas, pues se trata básicamente de vehículos que usan alto voltaje y alto amperaje. Además, en vehículos modernos se podría afectar algunas funciones.
Por otro lado, también se le consultó sobre la posibilidad de producir un auto eléctrico en el Perú. Para Tarazona el camino sería el mismo que con la adaptación. Es decir, establecer una regulación adecuada, pues también existe una normativa internacional que identifica a los fabricantes a nivel mundial. Estimó que lo más práctico sería fabricar mototaxis, que ya se trabajan acá, aunque muchas de sus piezas son importadas.
“Podemos empezar con lo más básico que es la fabricación de mototaxis eléctricos, pero igualmente tiene que regularse. Es decir, una empresa tiene que obtener la autorización del Ministerio de la Producción, y le falta modificar esa normativa para incorporar todos los requisitos. Allí todavía hay un vacío porque aún no se ha regulado”, comentó. Sin embargo, destacó el potencial de los técnicos peruanos que salen de las universidades e institutos, a pesar de todas las trabas legales y la falta de capacitación, y señaló que “tenemos técnicos, ingenieros, profesionales que, bajo una adecuada capacitación, pueden entrar a trabajar en estos temas nuevos”.
De esa manera, la ruta para adaptar o fabricar vehículos eléctricos en el Perú aún es larga. Corresponde a las autoridades establecer las normas para liberar el camino, antes de que sea demasiado tarde y los agarre desprevenidos como en tantas otras ocasiones.